El preparado de silicio es uno de los preparados fundamentales en agricultura biodinámica y Demeter, la marca que certifica la agricultura biodinámica , exige su aplicación al menos una vez por ciclo de cultivo. En este artículo vamos a ver cómo prepararlo y cuando y como aplicarlo.
Agricultura Biodinámica: el preparado de sílice (501).
Cómo elaborar el preparado de sílice.
Cuando aplicar el preparado de sílice.
Qué es el silicio.
El silicio es el segundo elemento más abundante de la tierra y el primero con carga eléctrica positiva; excede en mucho a cualquier otro elemento con excepción del oxígeno. Constituye el 27,72% de la corteza sólida de la Tierra, mientras que el oxígeno lo hace en un 46,6%, siendo el siguiente elemento después del silicio el aluminio, que se encuentra en un 8,13%. El silicio puede encontrarse en forma amorfa o cristalizada y en la naturaleza no se encuentra como tal sino asociado y formando óxidos y silicatos en minerales como la arena, la arcilla, el cristal de roca, el ágata y el cuarzo, entre otras. Es un semimetal duro e insoluble y es capaz de transmitir más del 90% de la radiación infrarroja. Su número atómico es 14, su masa atómica 28,085, tiene una densidad de 2,33 kg/l, un radio iónico de 0,41 Angstroms (1 Angstrom = 1×10-10 m) y valencia 4.
El preparado de sílice 501.
Para el elaborar el preparado de sílice necesitaremos cristal de cuarzo, cristal de roca (cuarcita), ágata, o feldespato potásico y cuernos de vaca como ya explicamos en el artículo del preparado de boñiga. El material de sílice del cual partamos deberá tener un 98% como mínimo de sílice. En primer lugar, partiremos con un martillo las partes más gruesas para posteriormente introducirlas en un mortero de metal; podemos fabricar uno casero cortando una botella de butano siempre realizado por un profesional. Si la botella contiene óxido deberemos quitarlo machacando una mezcla de arena y grava.
El material de sílice debe ser machacado en el mortero y filtrado en un tamiz fino tantas veces como sea necesario hasta conseguir un material con una textura harinosa. Una vez reducido el material de sílice a una sustancia pulverulenta haremos una papilla usando agua de lluvia hasta alcanzar la textura adecuada para que fluya hacia el interior de los cuernos de vaca; pondremos los cuernos en posición vertical y los rellenaremos con la papilla. La época idónea es antes de Pascua.
Una vez rellenos los dejaremos reposar en posición horizontal 24 horas tras las cuales la sílice se habrá depositado en el fondo del cuerno dejando una capa de agua en la superficie; la retiraremos y pondremos más papilla hasta llenar el cuerno hasta el borde. Dejaremos reposar hasta que la pasta se compacte y taponaremos la abertura del cuerno con una pasta hecha con tierra húmeda.
Ahora los cuernos se entierran como vimos en el preparado del preparado de boñiga: en una tierra con un buen contenido en humus y a una profundidad de 30-50 cm. Evitaremos las zonas encharcadizas, con raíces y con sombras de árboles o arbustos, es más debemos elegir una ubicación que reciba la máxima luminosidad diaria. Evitaremos también los muros, las zanjas y los caminos y si hacemos varios hoyos los separaremos como mínimo 50 metros. Para evitar la entrada de agua a los cuernos estos se posicionan en el hoyo con la abertura hacia abajo. El cuerno tiene que estar totalmente rodeado de tierra. Si tenemos enterrados preparados de boñiga no los enterraremos cerca. El enterrado del preparado de sílice se debe hacer entre Pascua y Pentecostés para que estén sometidos a las fuerzas solares durante todo el verano hasta finales de septiembre o primeros de octubre. Una vez desenterrados los cuernos, se rasca la costra de tierra, se saca el contenido y se guarda en un recipiente de vidrio transparente, pero no cerrado herméticamente y en un lugar luminoso, pero donde no reciba la luz del sol directamente y lo más importante, lejos de cualquier fuente de contaminación electromagnética (teléfonos, enchufes, cables, wifi, etc.). Agitaremos el tarro con regularidad y así podremos conservar el material molido varios años. Muy importante; los cuernos usados no pueden volver a usarse para hacer otro preparado de sílice.
Cómo elaborar el preparado de sílice.
Las condiciones de dinamización del preparado de sílice no son tan rígidas como las descritas pare el preparado de boñiga y el calentamiento del agua no es tan necesario y la calidad del agua no es tan estricta, pero si lo hacemos mucho mejor. La dosis es 0,25 gramos (un cuarto de gramo) de preparado de sílice en 5 litros de agua y por 1.000 m2 de terreno; en el caso de arbolado muy tupido podemos diluir ese cuarto de gramo en 10 litros de agua.
La dinamización del preparado no puede hacerse en ausencia de luz solar por lo que debemos esperar a los primeros rayos de luz del amanecer. Dinamizaremos enérgicamente durante una hora.
Cuando aplicar el preparado de sílice.
Lo ideal con el preparado de sílice es aplicarlo inmediatamente después de su dinamización o cómo máximo tres horas después, y a la salida del sol ya que si lo aplicamos con el sol muy alto podemos causar quemaduras en la parte aérea de las plantas; no olvidemos que el silicio refleja la luz. Las mañanas idóneas son aquellas sin viento ni nubosidad y con escarcha en la superficie foliar de las plantas. La temperatura no debe pasar de los 22ºC. El preparado 501 se puede aplicar varias veces durante todo el año, pero evitando periodos de fuerte insolación y heladas; en general deberemos esperar 10 días después de aplicar el preparado de boñiga. Deberemos evitar aplicar este preparado en plántulas jóvenes, en plantas débiles, y en periodos de estrés hídrico ya que la aplicación foliar de silicio crea un aumento de potencial osmótico y la planta debe de estar los suficientemente hidratada y disponer de agua disponible en la rizosfera.
En cuanto a los materiales para su aplicación, lo ideal es conseguir una nebulización por lo que emplearemos equipos que apliquen una presión como mínimo de 3 bares y hasta 12.
En cereales lo aplicaremos en ahijamiento, con nudo visible y durante la formación de la espiga.
En hortícolas deberemos esperar a que la planta esté los suficientemente arraigada al terreno para que el choque osmótico que provoca la aspersión del silicio no le cause daño.
En frutales, cuando las hojas se han desarrollado (BBCH19 a BBCH39), nunca en floración, y después en fase de formación de fruto y para forzar maduración (BBCH73 a BBCH81).
En pastizales cuando la hierba tiene una altura de 10-12 cm.
En viñedos podemos hacer tres pulverizaciones desde BBCH15 hasta BBCH53. Si durante el verano sufrimos lluvias podemos hacer nuevas aplicaciones para evitar hongos desde BBCH71 a BBCH81. Si hacemos una aplicación entre 20 y 10 antes de la recolección aumentaremos la vida postcosecha.
En general no aplicaremos a plántulas ni a plantas en parada vegetativa por exceso de frío o calor. Evitaremos fumigar en presencia de flores ya que estas pueden resecarse a excepción del melón, la sandía, el pepino, el calabacín, el tomate y las fresas, en las que podemos aplicar el preparado 501 en presencia de flores sin ningún problema.
La diferencia entre el preparado de boñiga y el de sílice es que en el primero las condiciones de conservación son más delicadas, y en el caso del preparado de sílice lo más controvertido es elegir el momento de aplicación.
Si producimos un bloqueo en nuestro cultivo por aplicación del preparado de sílice podemos desbloquearlo aplicando el preparado de boñiga a su dosis recomendada.