La mancha marrón de los cítricos es una enfermedad que causa serios problemas en determinadas variedades de mandarinas y otros cítricos y una vez dentro de una parcela es muy difícil erradicarla. Aprovechando que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha autorizado el uso excepcional de fungicidas a base de Piraclostrobin para su control vamos a tratar a fondo esta enfermedad

Cítricos: la mancha marrón (Alternaria brown spot of tangerines)

  1. Qué es la mancha marrón de los cítricos
  2. Ciclo biológico de Alternaria alternata
  3. Sintomatología de la infección por Alternaria alternata en cítricos
  4. Métodos de control de Alternaria alternata en cítricos
  5. Control genético
  6. Control cultural
  7. Control biológico
  8. Control químico

Qué es la mancha marrón de los cítricos

La mancha marrón de los cítricos es causada por un Patotipo (un Patotipo es una población de una misma especie que difiere del resto de especies por su capacidad patogénica) del hongo Alternaria alternata (Fr.) Keissl y es un factor que limita el cultivo de algunas variedades de mandarina y otros cítricos en determinadas áreas geográficas. Las principales variedades de mandarina afectadas por esta enfermedad son “Dancy” y sus híbridos “Fortune”, “Nova”, “Minneola”, “Page”, “Orlando”, “Lee” y “Sunburst” pero también puede desarrollarse la enfermedad en otras variedades no derivadas de Dancy como Murcott, Primosole, Ponkan, Emperor y Tangfang.

La mancha marrón de las mandarinas se citó por primera vez en Australia a principios del siglo XX y actualmente está presente en los cinco continentes, causando daños de gravedad tanto en las áreas citrícolas de clima húmedo como de clima semiárido. La mancha marrón de las mandarinas es detectada en España a finales de 1998, extendiéndose rápidamente a las principales zonas citrícolas peninsulares.

El género Alternaria fue definido por Nees en 1817 (Ellis, 1971) y aunque existen más de 44 especies de Alternaria las cuales se comportan en general como organismos necrotrofos pudiéndose alimentar de una gran variedad de sustratos orgánicos, algunas especies son fitopatógenas; unas solo son capaces de causar enfermedades en aquellas plantas senescentes o debilitadas por algún tipo de estrés, pero otras poseen una mayor capacidad patogénica y dependen menos de la predisposición del hospedante.

En los cítricos se han descrito un total de cuatro enfermedades causadas por especies del género Alternaria: la mancha marrón de las mandarinas, la mancha foliar del limón rugoso, la mancha foliar de la lima mejicana y la podredumbre negra de los frutos cítricos. Solel (1991) designó al agente causal de la mancha marrón de las mandarinas como Alternaria alternata pv. citri, para diferenciarlo de los aislados no patógenos y de los causantes de la mancha foliar del limón rugoso.

Cítrico afectado por la mancha marrón, alternaria alternata
Hoja de cítrico afectada por la mancha marrón, alternaria alternata

Ciclo biológico de Alternaria alternata

Las enfermedades causadas por el género Alternaria se desarrollan mejor en las zonas cálidas y húmedas, pero también puede darse en zonas semiáridas y una característica común de este tipo de patógenos es su elevada resistencia a las condiciones climatológicas desfavorables. Sus esporas son de gran tamaño y están pigmentadas con melanina lo que las hace muy resistentes a la desecación. Su capacidad infectiva es muy alta ya que, gracias a su estructura multicelular, cada espora puede emitir varios tubos germinativos. El Patotipo causante de la enfermedad posee un pequeño cromosoma adicional que le permite sintetizar la toxina ACT, capaz de afectar selectivamente a las variedades de mandarina susceptibles actuando sobre la membrana plasmática de las células del hospedador.

La reproducción se lleva a cabo mediante esporas asexuales (conidios) y se produce principalmente sobre lesiones foliares antiguas, aunque también se puede pr0ducir sobre lesiones nuevas en hojas, tallos o frutos; aparece con humedades relativas superiores al 85%, no requiere de la presencia de agua libre y ocurre entre 15 y 40 días después de la aparición de los primeros síntomas. En las hojas caídas la esporulación es prácticamente nula si las hojas se descomponen rápidamente lo que sucede en regiones húmedas, pero en zonas semiáridas como el mediterráneo las hojas tardan más en descomponerse por lo que la esporulación en la hojarasca puede ser de mayor cuantía.

Los conidios se diseminan de dos formas: por acción de la lluvia o por una bajada brusca de la humedad relativa y después por el aire; la primera es propia de los climas húmedos y la segunda de los climas semiáridos. Siempre existe cantidad suficiente de inóculo para que se pueda producir la infección, aunque la mayor concentración se produce en primavera, durante el periodo de floración, y después en otoño.

Una vez depositados los conidios estos germinan con las temperaturas adecuadas (20-28 ºC) y la presencia de agua libre sobre los tejidos durante 12-36 horas (lluvias de más de 2,5 litros/m2 durante al menos 10 horas); los tubos germinativos se introducen por los estomas, pero también pueden penetrar directamente la cutícula. La producción de la toxina ATC comienza al inicio de la germinación y la aparición de los tejidos necrosados es muy rápida (15-35 horas). En los climas húmedos el agua libre proviene de la lluvia y en los semiáridos del rocío de la mañana.

Sintomatología de la infección por Alternaria alternata en cítricos

La mancha marrón de las mandarinas puede afectar tanto a los frutos como a las hojas y brotes de las variedades susceptibles. Cuanto más joven sea un tejido más susceptible es a la enfermedad. Las lesiones aparecen como áreas necróticas y suelen presentar un halo clorótico a su alrededor y muchas de las hojas afectadas caen prematuramente. En muchos casos, estas lesiones avanzan rápidamente siguiendo las nervaduras de las hojas Conforme los tejidos van completando su desarrollo se van haciendo más resistentes a la infección del hongo. En un momento determinado las lesiones dejan de crecer en tamaño, pero confieren un aspecto asimétrico y deformado a las hojas.

Los tallos de los brotes pueden presentar también lesiones necróticas de 1-10 mm de diámetro. En casos de infecciones muy severas, los brotes pueden incluso llegar a necrosarse por completo. Los frutos afectados por la mancha marrón presentan depresiones necróticas de tamaño variable y pústulas suberosas en la corteza. Estas lesiones quedan restringidas a la zona del pericarpo y no afectan a los lóculos. Cuando las infecciones afectan a los frutitos jóvenes, muchos de ellos sufren una abscisión prematura. Los daños causados por la mancha marrón afectan principalmente a la calidad externa de los frutos, pero la caída prematura de frutos puede reducir también el rendimiento productivo de los árboles. La defoliación en la brotación de primavera es también un factor limitante que afecta negativamente al rendimiento.

Síntomas de alternaria, mancha marrón, en hoja, fruto joven y fruto desarrollado
Síntomas de alternaria fruto joven
Síntomas de alternaria fruto desarrollado

Síntomas de alternaria en hoja, fruto joven y fruto desarrollado

Métodos de control de Alternaria alternata en cítricos

  • Control genético En las zonas propensas al desarrollo de la enfermedad es necesario el empleo de las variedades más resistentes a la enfermedad, pero este cambio varietal conlleva el renunciar a determinadas características productivas que, en ausencia de los daños causados por la enfermedad, podrían suponer un mayor beneficio económico a la explotación.
  • Control cultural El uso de material sano se hace imprescindible para evitar la enfermedad y para ello los viveros obtentores de plántula deben de evitar instalar sistemas de riego por aspersión y evitar la aparición de condensaciones de humedad que permitan la presencia de agua libre sobre los tejidos. El manejo de la poda debe enfocarse a no provocar una excesiva aparición de tejidos jóvenes que son los más susceptibles a la enfermedad. La instalación de las plantaciones en zonas bien ventiladas orientadas a los vientos dominantes y marcos de plantación anchos también ayudan a que la enfermedad no se instale en nuestro cultivo. Por último, debemos de evitar los riegos por aspersión y controlar el abonado nitrogenado en las épocas más propicias para la aparición de la enfermedad y estos periodos son antes y durante la floración y en otoño después de las primeras lluvias.
  • Control biológico Ciertas especies de bacterias, como Bacillus amyloliquefaciens y Bacillus subtilis ejercen una cierta acción fungiestática sobre ciertos hongos.
  • Control químico Todo lo visto anteriormente tiene su utilidad, pero para evitar pérdidas económicas cuantiosas el control de Alternaria alternata pasa por el uso de fungicidas que pueden ser de forma preventiva, impidiendo la infección; de forma curativa, actuando sobre las infecciones ya iniciadas impidiendo la aparición de la sintomatología característica; y de forma erradicante, impidiendo el crecimiento y la esporulación de las lesiones ya producidas. En el caso de A. alternata el control debe ser de manera preventiva ya que una vez iniciada la infección no se puede curar debido a lo rápido de la aparición de los síntomas (13-36 horas) y los productos que existen para evitar la esporulación tienen acción limitada.

En el control preventivo las aplicaciones deben estar programadas de manera que siempre exista una capa protectora de fungicida sobre los órganos más susceptibles durante los períodos favorables para la infección. Las secuencias de estas aplicaciones van en función de la zona climática de la que se trate; en las zonas tropicales y subtropicales húmedas, por ejemplo, las condiciones climáticas favorables para la infección van desde la primavera hasta el otoño, pero sólo es necesario realizar aplicaciones durante la primavera, ya que conforme se van desarrollando los frutos van adquiriendo resistencia a la enfermedad (resistencia ontogénica).

En las zonas de clima mediterráneo se comienza con las aplicaciones desde primeros de abril hasta finales de junio y en otoño desde primeros de septiembre hasta mediados de noviembre.

Los compuestos cúpricos son la base de los tratamientos preventivos contra A. alternata, pero como ya sabemos estos productos presentan fitotoxicidad en periodos secos y calurosos.

Del grupo de los Ditiocarbamatos, Mancozeb es el que mejores resultados ha presentado.

De las Dicarboximidas, la Iprodiona es la que mejor actúa contra el patógeno, pero puede crear resistencias.

En cuanto a los triazoles y otros fungicidas inhibidores de la biosíntesis del ergosterol su éxito ha sido variable.

Las estrobilurinas como el azoxistrobin, trifloxistrobin y piraclostrobin, presentan buena acción contra el hongo, pero son muy propensos a crear resistencias.

En cuanto a los volúmenes de caldo estos van desde los 1.500 litros a los 3.000 litros por hectárea en función del potencial infectivo y se requiere un alto grado de cubrimiento.

El MAPA a fecha del artículo solo autoriza el uso de los siguientes productos:

  1. Oxicloruro de cobre. Se permite un solo tratamiento a dosis de 1 ml/L en otoño y volumen de caldo de 1.000-3.000 litros/Ha.
  2. Sulfato cuprocálcico. Se permiten 3 aplicaciones entre BBCH 15 hasta BBCH 89 a intervalos de 7 días a dosis de 3,75-5 kg/Ha y un volumen de caldo de 1.000-2.000 litros/Ha.