COMO MINIMIZAR EL RIESGO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES EN NUESTRO JARÍN O HUERTO.

Antes de lamentarnos ante cualquier contingencia que pueda pasarle a nuestro huerto o jardín vamos a ver cómo debemos manejarlo para minimizar los riesgos. Los patógenos van buscando hospedadores débiles para infectarlos y empezar su ciclo. Como a los seres humanos, un organismo en buenas condiciones será más resistente a cualquier fitopatología que pueda comprometer su existencia. La biodiversidad como principal arma contra las plagas.

1.-Que es una plaga y que es una enfermedad.

2.-A la hora de comprar nuestras plantas.

3.-Obtención de nuestras propias plantas.

4.-El trasplante.

5.-La nutrición.

6.-El manejo del riego.

7.-La poda y eliminación de restos vegetales.

1.-Que son las plagas y que es una enfermedad.

El concepto plaga engloba a todos los vertebrados que pueden causar daño a nuestras plantas (animales, aves, anfibios, reptiles, etc.), insectos, ácaros y moluscos. Los daños que nos pueden causar suelen ser limitados y casi siempre reversibles. Los daños se pueden clasificar en dos grupos:

  • Daños directos; mordeduras, picaduras, excavación de galerías en ramas o tallos, daños en raíz, etc.
  • Daños indirectos; segregación de melazas y fumagina, inoculación de virosis, colonización de las heridas por hongos, perdida de masa por absorción de savia, etc.

Las enfermedades engloban a la acción de los hongos, los virus y las bacterias. Su diagnóstico es más complicado ya que normalmente no dan la cara hasta que la infestación está avanzada. Su entrada muchas veces va precedida de la acción de las plagas a través de picaduras, mordeduras, etc.

Un tercer grupo sería el de las plantas “no deseadas” y su acción se restringe en la mayoría de los casos a la competencia en agua y nutrientes con nuestros vegetales.

2.-A la hora de comprar nuestras plantas.

Todos tenemos nuestro vivero de confianza, pero ellos no pueden estar al tanto del estado sanitario de cada planta. Cuando compremos una planta:

  • Lo primero es tener conocimiento de la especie que estamos adquiriendo.
  • Que tenga una buena formación y coloración de acuerdo a su estándar.
  • Que no esté dañada por factores abióticos (heladas, golpes de calor, sequía, etc.)
  • Por supuesto que no tengan plaga ni síntomas apreciables de enfermedades.
Imagen de jardín sin plagas
Imagen de jardín sin plagas

3.-Obtención de nuestras propias plantas.

Si por el contrario optamos por ser nuestro propio proveedor de plantas, bien mediante la siembra desde semillas bien mediante la reproducción asexual:

  • Deberemos de saber la edad de la semilla y el tiempo que mantiene su poder germinativo. De nada sirve comprar semillas viejas ya que lo más seguro es que no germinen y en el mejor de los casos producirán plantas no viables y propensas a enfermar.
  • Si reproducimos asexualmente nuestras plantas por cualquiera de los métodos que tenemos a nuestro alcance, lo primero será asegurarnos que las plantas madres están exentas de enfermedades; después desinfectaremos cuidadosamente los utensilios a emplear (legía diluida al 10-20% en agua) y por supuesto realizaremos la operación en la fecha propicia.

4.-El trasplante.

Si hemos llegado a este punto hemos pasado lo peor; ahora procederemos a poner a nuestra planta en la maceta apropiada a su estructura radicular y aérea. Este momento llegará cuando veamos que las raíces se agolpan en nuestra maceta de forma antinatural. Elegiremos el sustrato más adecuado y la maceta en función del tamaño que requiera la planta, y por supuesto, de nuestros gustos. Los sustratos que podemos encontrar en el mercado nos aseguran una cierta asepsia, pero si queremos asegurarnos, podemos desinfectarlo usand0, por ejemplo, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 3%, es la que podemos encontrar en las farmacias) a una dosis de 200 a 300 cc (un centímetro cúbico es lo mismo que un mililitro) por cada litro de disolución. El agua oxigenada se descompone rápidamente por efecto de la luz por lo que deberemos aplicar la mezcla una vez hecha.

Lo más importante a la hora de realizar el trasplante es escoger la época adecuada a cada especie y el momento apropiado del día; la mayoría de las especies las trasplantaremos en época de baja actividad metabólica que suele coincidir en la mayoría de ellas con la época de frío (no en todas). En cuanto al momento del día escogeremos aquellos que nos proporcionen las condiciones meteorológicas más favorables; si trasplantamos en invierno lo haremos por la mañana una vez se pase el frío, y si lo hacemos en época de calor lo podremos hacer a primera hora del día o a última de la tarde. Situaremos a nuestra planta en un lugar sombrío, sin viento y debidamente hidratada hasta que se adapte a su nuevo hogar.

5.-La nutrición.

Una vez la planta en su nueva maceta os aconsejo aplicarle simplemente un extracto de algas para favorecer la multiplicación radicular. Una vez veamos que la planta se ha adaptado a su nuevo hogar (“sentido y sensibilidad”) podremos empezar con una nutrición completa. En el mercado existen multitud de abonos en cuanto a equilibrios y presentación. Os recomiendo un abonado equilibrado que aporte todos los macronutrientes (nitrógeno a poder ser en forma nítrica o con un 10% como máximo de forma amoniacal sobre el total, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre) y micronutrientes (hierro, manganeso, zinc, boro, molibdeno, cobre). El uso de fertilizantes con urea tiene su razón de ser en suelos, ya que estos disponen de la suficiente población de bacterias para transformarla en las formas asimilables (nítrica y amoniacal). En cuanto a la relación nitrógeno potasio, esta será función del estado vegetativo de la planta y de lo que esperemos de ella.

Ejemplo de abonado equilibrado.
Ejemplo de abonado equilibrado.

6.-El manejo del riego.

En este blog podréis encontrar una tabla para calcular la dosis de riego en función del volumen y forma de la maceta, el sustrato empleado y la calidad el agua de riego.

Distintos tamaños de maceta.
Distintos tamaños de maceta.

7.-La poda y eliminación de restos vegetales para proteger de las plagas.

Cuando realicemos algún tipo de corte en nuestras plantas nos aseguraremos de tener desinfectados los utensilios de corte y aplicaremos pasta cicatrizante en la herida. Los restos vegetales ya sean de poda o de la eliminación de las malas hierbas lo quitaremos para evitar su putrefacción y la consiguiente presencia de insectos.

Si tenemos alguna planta a la que ya no podamos recuperar la eliminaremos a ella, así como el sustrato que la contenía y precederos a desinfectar la maceta sumergiéndola en agua y lejía unos minutos. No os recomiendo reutilizar los sustratos; en el caso de que no haya mas remedio procederemos a desinfectarlo, pero tener en cuenta que un sustrato no lo deberemos emplear más allá de dos años ya que pierde sus propiedades físicas y mecánicas.

El entorno que rodea a nuestro jardín es de suma importancia; el tener planas hospedadoras de insectos beneficiosos no evitará muchas veces el empleo de químicos.