El control Biológico se viene usando desde hace millones de años, pero no ha sido hasta finales del siglo XIX, cuando se lo reconoció como uno de los métodos más importantes de control de plagas en agricultura y jardinería

 

Control biológico de plagas

  1. Qué es una plaga
  2. Qué es el control biológico
  3. Historia del control biológico
  4. Control Integrado de Plagas
  5. Tipos de control biológico
  6. Ventajas e inconvenientes del control biológico

 

Qué es una plaga

Se puede definir el concepto plaga como aquel organismo que reduce la disponibilidad, calidad o valor de unos recursos que los seres humanos consideran valiosos para el normal discurrir del día a día. Estos recursos pueden ser una planta que nosotros cultivamos o un animal que criamos para algún uso, o bien pueden ser la salud o el bienestar de una persona. La definición de una plaga como vemos está muy relacionada con las necesidades y valores del ser humano. En la actualidad solo el 1 o el 2% del total de los organismos conocidos pueden ser considerados como plagas.

Se puede fechar el inicio de la agricultura 8.000 años antes de Cristo y no fue hasta 6.500 años después (1.500 a.C.) cuando aparece la primera descripción de una plaga. La primera documentación sobre el uso de un insecticida se produce 2.500 años antes de Cristo siendo el primer plaguicida un compuesto de azufre para controlar insectos y ácaros por parte de los Sumerios. Son los chinos en el año 1.200 a.C. los que desarrollan insecticidas a base de sustancias extraídas del reino vegetal.

Ejemplar de mariquita depredando pulgón

Ejemplar de mariquita depredando pulgón

 

Qué es el control biológico

El control biológico se basa en el uso, de alguna manera, de poblaciones de enemigos naturales de las plagas para reducir poblaciones de estas a densidades menores, ya sea de forma temporal o permanentemente, por debajo del umbral económico de daño (UED). El concepto de UED es el nivel de población de una determinada plaga el cual al ser sobrepasado necesitamos de una intervención que lo limite y sin la cual el cultivo corre el riesgo de sufrir pérdidas económicas superiores al coste de las medidas de lucha previstas y a los efectos indeseables que dicha intervención pueda suponer. Este UED varia con el tipo de cultivo, las técnicas de cultivo, el área geográfica, del organismo nocivo y de los factores socioeconómicos de la población a la que van destinados los productos finales.

 

Historia del control biológico.

El paso de la agricultura de subsistencia a una agricultura monocultivo trajo un considerable incremento de los rendimientos, pero también la aparición de todo tipo de plagas y enfermedades. Como hemos visto antes el control biológico es conocido desde hace varios miles de años, pero no es hasta finales del siglo XIX cuando no se constata su utilidad; la cochinilla acanalada que afectaba a las plantaciones de cítricos en California llevó al gobierno de los Estados Unidos a enviar a un entomólogo al país del cual era originaria la plaga en busca de un remedio. Una vez en Australia descubrieron que el escarabajo Rodolia cardinalis controlaba la plaga y enviaron 140 individuos los cuales controlaron la plaga en menos de dos años.

A principios del siglo XX se siguió con el desarrollo de la lucha biológica pero la aparición de nuevas tecnologías dio un fuerte impulso al uso de los agroquímicos. La segunda guerra mundial trajo con ella una revolución en cuanto al control de plagas con plaguicidas orgánicos sintéticos muy efectivos que repusieron los compuestos inorgánicos. Como parte de los escenarios de esta guerra eran zonas tropicales donde las enfermedades transmitidas por insectos, como la malaria, el tifus y la enfermedad del sueño causada por la mosca Tsé-Tsé, acuciaban a las tropas las investigaciones sobre plaguicidas se volvieron la prioridad número uno. En Estados Unidos y Europa miles de científicos estuvieron probando centenares de compuestos por sus cualidades insecticidas hasta que dieron con el Dicloro Difenil Tricloroetano, conocido como DDT. Este veneno, superior a cualquier otro, mataba a cualquier tipo de insecto en cantidades mínimas y tenía una gran persistencia.

Una vez terminada la guerra el uso de los plaguicidas se extendió ampliamente abandonándose todos los trabajos encaminados a la lucha biológica iniciados a principios del siglo XX. Pero en 1946 en Suecia se detectó que la mosca común había desarrollado resistencia al DDT. Los agricultores empezaron a notar que tras una fumigación los niveles de plaga descendían para después volver a niveles incluso superiores a los iniciales. Los agricultores entraron en la rutina de aplicar cada vez más tratamientos con DDT y a mayores dosis hasta que en 1966 se publica el libro “Primavera silenciosa” escrito por la Señora Rachel Carson.

Hoy en día, podemos decir que “Primavera silenciosa” marcó el inicio de la conciencia sobre el uso de los pesticidas y del movimiento ambientalista en Estados Unidos lo que desembocó en la prohibición del uso del DDT que fue prohibido en 1972 y la creación de la Agencia de Protección del Medioambiente EPA.

Pero, mientras los Aliados desarrollaban compuestos organoclorados como el DDT, los alemanes habían desarrollado un grupo mucho más tóxico de insecticidas: los organofosforados. Estos productos surgen como resultado directo de la investigación sobre gases tóxicos que actúan sobre el sistema nervioso y que fueron usados en la primera y segunda guerra mundial. Con el desarrollo de la resistencia de las plagas a los organoclorados, los organofosforados se abrieron paso y mercado rápidamente, pero se volvió a repetir lo mismo que pasó con el DDT, incluso se produjeron algunas muertes de agricultores que fueron relacionadas con el uso de los productos organofosforados debido a su alta toxicidad vía dermal y oral.

Huevos de Chrysoperla carnea depositados junto a una colonia de pulgón para facilitar la depredación de las larvas una vez emerjan

Huevos de Chrysoperla carnea depositados junto a una colonia del pulgón para facilitar la depredación de las larvas una vez emerjan

Control Integrado de Plagas

Las investigaciones llevadas a cabo en Francia por el Dr. Françis Chaboussou basadas en la teoría de la Trofobiosis demostraron que el uso de plaguicidas se traduce en la planta en una especie de envenenamiento ya que en las plantas tratadas con plaguicidas las sustancias solubles no pueden ser transformadas en proteínas y se vuelven toxinas. Estas toxinas, al final, atraen a una mayor cantidad de plagas y provocan un debilitamiento de la resistencia natural de las plantas. Fueron este y otros postulados los que en 1959 sentaron las bases definitivas de lo que hoy conocemos como Control Integrado de Plagas, una estrategia de control basada en la ecología y en prácticas de manejo encaminadas a proteger y favorecer a los enemigos naturales de las plagas permitiendo, eso sí, un uso moderado de los plaguicidas solamente después de un monitoreo sistemático de las poblaciones de plagas obteniendo unos valores umbrales predeterminados que así lo determinen.

Existen cuatro condiciones necesarias para poder desarrollar un programa de control integrado de plagas:

  1. Toda la gente que participe en un programa de control integrado de plaga tiene que estar capacitada.
  2. Tener acceso a la información necesaria.
  3. Observación y monitorización de las poblaciones de los insectos plagas y de los insectos que controlan sus poblaciones.
  4. Decidir el momento exacto y el producto pertinente en el caso de que haya que realizar un tratamiento fitosanitario.

Y es el control biológico el método más económico, duradero, eficaz y el que menos interfiere en el normal desarrollo del medio ambiente. Si ha esto le unimos la gran cantidad de sustancias nocivas que ingerimos en los productos tratados químicamente comprenderemos porque el control biológico debe ser el pilar fundamental de la agricultura moderna.

Hormiga custodiando una colonia de pulgón

Hormiga custodiando una colonia de pulgón

 

 

Tipos de control biológico

El objetivo del control biológico es que los depredadores naturales de las plagas sean los encargados de realizar el control de las poblaciones de estas de manera que no lleguen a causar daños económicos al cultivo.

  • Control biológico clásico. Consiste en la regulación de las poblaciones de una plaga alóctona mediante la introducción de enemigos naturales de su lugar de origen y que han evolucionado conjuntamente con la plaga en cuestión. Se hace cuando una plaga es introducida en un país determinado y la fauna autóctona es incapaz de controlarla. Requiere de un minucioso estudio antes de la introducción de una especie foránea para que no existan interferencias con la fauna autóctona. Los proyectos de control biológico clásico requieren de la colecta de los enemigos naturales en el área de origen del invasor, su envío al país invadido y (después de las pruebas adecuadas de cuarentena para asegurar la identificación correcta y la seguridad) de su liberación y establecimiento.
  • Control biológico por aumento. Se trata de incrementar la población de los enemigos naturales de la plaga en cuestión y se puede realizar de dos maneras:
    • Por inoculación. Se trata de ir aumentando la población de manera paulatina, periódica y desde los primeros estadíos de desarrollo del cultivo, de forma que los enemigos naturales se reproduzcan y controlen la plaga mientras dura el ciclo de cultivo, pero no de forma permanente. Es lo que se hace en los invernaderos.
    • Por suelta masiva. Consiste en la suelta masiva del enemigo natural de la plaga en un momento determinado.
  • Control biológico por conservación. El objetivo es reducir al mínimo los factores y las prácticas que afectan negativamente a las especies beneficiosas y reforzar aquellas que hacen del agrosistema un hábitat adecuado para los enemigos naturales. Aquí se parte de la premisa de que los enemigos naturales ya presentes en el agrosistema de forma natural pueden potencialmente suprimir la plaga si se les da la oportunidad de hacerlo. Incluye la realización de ciertas prácticas encaminadas a favorecer la presencia de los enemigos naturales de las plagas y entre estas prácticas tenemos:
    • Utilizar plaguicidas selectivos y compatibles con la fauna auxiliar.
    • Promover las cubiertas vegetales y setos que sirven como refugio a la fauna auxiliar.
    • Controlar a los insectos que protegen a ciertas plagas, como las hormigas.
    • Tener en cuenta el ciclo de vida de los enemigos y adecuar las prácticas en tiempo y forma.

 

Ventajas e inconvenientes del control biológico

Ventajas

  • No existe riesgo de toxicidad para las personas y las plantas
  • No hay que respetar plazos de seguridad a la hora de consumir los productos
  • No existen problemas de residuos
  • No contamina el medio ambiente
  • Mantiene el equilibrio ecológico
  • Evita la aparición de plagas secundarias
  • Pueden llegar a controlar a una amplia gama de insectos

Inconvenientes

  • Aún no existen en el mercado productos biológicos para controlar eficazmente todos los enemigos de las plantas
  • En ocasiones, la eficacia del control depende de las condiciones climáticas por tratarse de organismos vivos
  • Deben evitarse los tratamientos químicos utilizando productos nocivos para los organismos empleados
  • Requiere asesoramiento técnico especializado para ser realizado de forma adecuada
  • Los resultados no son apreciables a corto plazo