Aunque el rosal no es una planta excesivamente delicada vamos a ver los cuidados mínimos y las condiciones climáticas más favorables para su correcto desarrollo.

Elegir la variedad de rosal más adecuada.

El emplazamiento.

El suelo.

La plantación.

La fertilización.

Calendario de trabajos.

Los cuidados del rosal.

Elegir la variedad de rosal más adecuada.

  1. Rosa de Provenza o rosa Gálica. Su origen se sitúa en el sur de Europa y Turquía. Son plantas muy rústicas y que no reflorecen; los rosales reflorecientes son aquellos que hacen varias floraciones entre los meses de marzo y octubre. Es una planta vigorosa que alcanza el metro y medio de altura y cuyo color del follaje es más oscuro en la parte superior de la planta. Las flores aparecen una por tallo, casi sin espinas y generalmente son de color oscuro. Aun a pesar de su rusticidad es sensible a las enfermedades causadas por hongos.
  2. Rosa Pimpinella. Planta en forma de arbusto de ramas finas con abundantes espinas en su base; las hojas son pequeñas y de color más oscuro en la zona alta de la planta. Es una planta refloreciente con flores de colores claros. Es medianamente resistente a los fríos y a las plagas.
  3. Rosa sempevirens. Planta de buen porte con follaje perenne no refloreciente y originaria de la cuenca mediterránea. De floración temprana reunidas en ramilletes, es una planta que tolera la sombra por lo que es idónea para decorar muros y tapias. Es resistente a las enfermedades.
  4. Rosa moschata. Planta con aspecto invasor, refloreciente de olor similar a la rosa de té. Es una planta poco rústica que requieren de un cuidado especial con los fríos.
  5. Rosa de té o rosa índica. Existen discrepancias del origen de su denominación; hay quien dice que proviene por el color de la flor y el aroma que recuerda al de la planta del té y hay quien sostiene que los agricultores chinos la usaban en sus infusiones de té para afinar el sabor. Planta con pocas espinas con tallos largos, finos y colgantes. Son perennes, reflorecientes y poco rústicas. Las flores son grandes y densas.
  6. Rosa china. También conocida por rosa de Bengala ya se cultivaba mucho antes de que la rosa fuera introducida en Europa. Planta no muy alta, poco vigorosa, refloreciente, de tallos cortos finos y sin espinas. Las hojas, perennes, son más oscuras en el haz que en el envés. Las flores son de un color blanco a rojo intenso y requiere una ubicación soleada. No soporta los fríos.
  7. Rosa lutea. Procedente de la zona del Himalaya, Afganistán y Persia, es un arbusto con ramas largas y con pocas espinas, flores simples, rústica y cuya aportación a los híbridos ha sido el color amarillo.
  8. Rosa rugosa. Originaria del norte de Asia se caracteriza por ser un arbusto de follaje verde claro y con muchas espinas. Planta muy rústica resiste las heladas y las enfermedades. Las flores son simples, de color rosa y grandes, con tendencia a desprenderse si las tocamos. Se usa en hibridaciones para transmitir resistencia al oídio, al mildiu y a la mancha negra.
  9. Rosa de Wichura. Originaria de Japón es una planta de porte llorón, no refloreciente, con espinas ganchudas y pequeñas flores blancas que aparecen a finales de primavera.
  10. Rosa multiflora. Originaria del Extremo Oriente es una planta refloreciente de porte arbustivo pero alto, con pocas espinas y pequeñas flores simples, blancas y muy perfumadas.
  11. Rosa musgosa. Su nombre proviene de un tejido glandular que se forma en los tallos y capullos florales y que asemeja a un musgo pardusco que emite un olor característico. Planta de porte alto, de vigor medio y con muchas espinas. Florece en verano dando flores desde blancas, pasando por amarillo y púrpura con un agradable olor afrutado. Es muy sensible a cochinillas y al oídio.
Rosal con flor compuesta.
Rosal con flor compuesta.
Rosal con Flor simple.
Rosal con Flor simple.

El emplazamiento.

La mayoría de las veces y a la hora de elegir el emplazamiento de nuestras plantas prima el aspecto estético sobre el sentido común pero no debemos olvidar de que estamos manejando seres vivos. La mayoría de las rosas son plantas que necesitan el sol, pero en ciertas latitudes y en ciertos momentos del año este puede resultar excesivo. Para ello la mejor orientación es al sureste o al suroeste ya que así evitaremos el sol directo del medio día. En latitudes más septentrionales podremos orientar la planta más directamente al sur. Es también importante tener en cuenta que los rosales crecen tanto en altura como en achura por lo que deberemos asegurarles el espacio adecuado. Deberemos evitar plantarlos cerca de árboles ya que no soportan la competencia radicular ni el goteo del rocío de la mañana. Por último, las especies menos rústicas son también sensibles a los fuertes vientos.

El suelo.

La tierra ideal para una buena rosaleda son los suelos de textura franco arcillosa, profundos y con un buen contenido en materia orgánica. En cuanto al pH prefiere los ligeramente ácidos (pH 6-6,5); en el caso de que tengamos un suelo alcalino (pH 7,5-8) deberemos hacer todos los años un aporte en forma de enmienda con azufre o silicio. En el caso de suelos demasiado ácidos la enmienda estará compuesta de calcio.

En el caso de suelos arcillosos con poco drenaje deberemos aportar arena en la proporción adecuada a fin de aligerar la estructura ya que, aunque el rosal gusta de humedad no soporta el encharcamiento radicular.

Si lo que tenemos es un suelo arenoso haremos aportaciones de materia orgánica en forma de estierco o compost o simplemente de turba o fibra de coco.

La plantación de un rosal.

Podemos plantar los rosales en los primeros meses del otoño y en los últimos del invierno. Unos días antes de la plantación eliminaremos las malas hierbas, bien de forma mecánica o con un herbicida autorizado al uso y mulliremos bien la tierra. Haremos un agujero de 30×30 cm para los rosales más pequeños y de 50x50x para los de porte más grande. Extraeremos el cepellón con cuidado, cortaremos aquellas raíces dañadas y podaremos la parte aérea a 15-20 cm de la zona del injerto; los trasplantes son de las situaciones más estresantes para una planta y con el recorte de la parte aérea disminuimos la superficie transpirativa hasta que la raíz se extienda y colonice su nuevo entorno. La distancia de plantación oscila entre 30 cm hasta el metro para los de más desarrollo. Una vez la planta en su agujero echaremos la tierra encima y la compactaremos suavemente para evitar dejar bolsas de aire. La profundidad de plantación será aquella que deje el lugar del injerto unos cm por encima de la superficie del suelo. Lo último será hacer el cubículo que contendrá el agua de riego. Una vez la planta en su ubicación daremos un riego abundante con extracto de algas que favorezca el enraizamiento.

Alcorque
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Fertihouse Kelp con extracto de Eklonia máxima.
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La fertilización del rosal.

Como en la mayoría de las plantas usaremos una solución fertilizante para crecimiento vegetativo con una relación nitrógeno/potasio de 3 al inicio de la plantación y en primavera y otoño durante el desarrollo de los tallos florales. Una vez estos desarrollados recurriremos a una solución de floración con un balance nitrógeno/potasio de 1. Por último y unas semanas antes de la parada vegetativa de invierno le aportaremos una solución rica en fósforo y potasio para generar reservas de cara a la próxima primavera. Un aporte regular de aminoácidos en periodos de estrés le vendrá muy bien a la planta para sobrellevarlos.

Línea de productos fertilizantes Fertihouse
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Calendario de trabajos.

Época

Labores

Octubre-Noviembre

Nuevas plantaciones. Acolchar los pies de las plantas con material aislante para evitar daños por frío en las raíces. Si las plantas son reflorecientes abonar con crecimiento vegetativo. Mucho ojo a las enfermedades causadas por hongos como el oídio, marsonia, mildiu y roya. Pueden aparecer problemas de araña roja, pulgón y mosca blanca.

Diciembre-febrero

Podar los rosales enanos a una altura de 30 cm del suelo y los arbustivos a 50 cm. No podar los trepadores ni los de tallo. Terminar las nuevas plantaciones. Es el momento de hacer tratamientos en madera con sustancias a base de cobre para esporas de hongos y aplicar aceite de parafina buscando eliminar huevos de parásitos ahora que las plantas tienen menos follaje.

Marzo-mayo

Podar los rosales trepadores y de tallo. Empezar con un abonado rico en nitrógeno. Empiezan los problemas serios de hongos, pulgón, marsonia, trips y araña roja. Eliminar las malas hierbas.

Junio a septiembre

Disminuyen los problemas de hongos, pero pueden aumentar los de cochinillas y araña roja. Pasar aun abonado de floración. Eliminar las flores marchitas

tabla de cuidados del rosal por meses