La patata es uno de esos alimentos que no gozan de mucha popularidad ya que pensamos que engordan. Sin embargo, este tubérculo originario de América del Sur tiene muchas virtudes; solo hay que consumirla de manera adecuada y en el momento adecuado. Veamos como cultivarla.
El cultivo de la patata
- Fisiología de la patata
- Patata temprana o tardía
- Necesidades de clima y suelo del cultivo de la patata
- Manejo de la semilla de patata
- Cultivo de la patata
Fisiología de la patata
En la mayoría de las plantas los dos procesos más importantes y que determinan el éxito final de su cultivo es el balance entre fotosíntesis (producción de carbohidratos) y respiración (consumo de carbohidratos) pero en la patata este balance tiene mucha mayor importancia ya que el contenido final en carbohidratos de los tubérculos, la parte importante económicamente, depende directamente de este balance; en este cultivo el éxito está en conseguir la mayor acumulación de carbohidratos en los tubérculos. Para conseguir un buen rendimiento en el cultivo de la patata tendremos en cuenta la siguiente fórmula:
Rendimiento del cultivo = Producción diaria x Nº de días
Viendo esta fórmula tenemos dos formas de maximizar el rendimiento del cultivo: llevar al máximo la producción diaria de nuestra planta o aumentar el número de días de cultivo.

Patata temprana o tardía
Los principales ciclos de cultivo de patata en España son los siguientes:
Denominación |
Duración del ciclo |
Fecha de recolección |
Extratemprana |
<90 días |
15 de febrero a 15 de abril |
Temprana |
90-120 días |
15 de mayo a 15 de junio |
Media |
120-150 días |
15 de junio a 15 de septiembre |
Tardía |
150-200 días |
15 de septiembre a 15 de diciembre |
Necesidades de clima y suelo del cultivo
Necesidades de agua y CO2 La patata es uno de esos cultivos en los que más vale pasarnos en el riego (en cierta medida) que quedarnos cortos. Durante todo el ciclo de cultivo el suelo deberá estar como mínimo al 60-65% de la capacidad de campo del suelo y en el momento de la tuberización un contenido por debajo del 70% de la capacidad de campo afectará negativamente al rendimiento final; fluctuaciones grandes en el contenido de agua del suelo afectan negativamente al cultivo. En contra de lo que pudiéramos pensar, solo una pequeña cantidad de esta agua es utilizada en el proceso fotosintético; la mayor parte del agua se usa como mecanismo de transporte de los fotoasimilados desde las hojas a los lugares de almacenamiento, los tubérculos. Así mismo, un alto contenido de humedad en los tejidos de la planta mantiene la turgencia de esta y por lo tanto la apertura de los estomas, con la consiguiente entrada de CO2 lo que redunda en una mayor tasa fotosintética.
Temperatura La patata es un cultivo de clima más bien fresco (sobre todo en cuanto a las temperaturas nocturnas) y los mejores rendimientos se obtienen cuando las temperaturas medias diarias rondan los 21ºC. Con temperaturas nocturnas bajas el proceso de la respiración se ralentiza y se consigue una mayor acumulación de almidón en los tubérculos. La tuberización comienza cuando la temperatura del suelo ronda los 15-20ºC. Las altas temperaturas aumentan la tasa de respiración y por lo tanto aumenta el consumo de almidón. Así mismo, un exceso de nitrógeno en la fertilización unido a altas temperaturas produce un retraso en el inicio de la etapa de tuberización y redistribuye el almidón en la parte aérea en detrimento de los tubérculos.
La luz La patata requiere de altas intensidades lumínicas y fotoperiodo corto, de ahí que las zonas con cierta altitud son idóneas para este cultivo. Bajo condiciones de fotoperiodo corto la parte aérea se desarrolla menos, la planta tuberiza antes, los estolones son más cortos, y el almidón se redistribuye hacia los tubérculos.
Suelo El cultivo de la patata se extiende dentro de una amplia variedad de suelos, si bien, las condiciones óptimas para maximizar rendimientos son las siguientes:
- El contenido en materia orgánica debe ser superior al 1,5 %, lo que no es frecuente en nuestros campos.
- Prefiere suelos de textura ligera, mullidos, profundos, aireados y con buen drenaje, o lo que es lo mismo, suelos francos o arenosos preferentemente.
- El pH del suelo conviene que sea ligeramente ácido (6-6,5), condiciones que suelen darse más en los terrenos arenosos. Es una planta que tolera una fuerte acidez (pH=5); en estos suelos ácidos las enfermedades criptogámicas se desarrollan en menor medida.
- También podemos obtener buenos rendimientos en terrenos arcillosos en incluso calizos, llegando a tolerar un pH igual e incluso superior a 8, aunque en este tipo de suelos calizos es donde más fácilmente se da la enfermedad conocida como “sarna”; además, con un pH alto se pueden presentar problemas de asimilación de nutrientes (fundamentalmente se bloquean los microelementos), debido al alto contenido del suelo en carbonato cálcico.
- La patata debe ser cultivada con conductividades eléctricas por debajo de 2 dS/m.
Manejo de la semilla
Podemos emplear tubérculos enteros o troceados; el usar trozos de tubérculo como semilla tiene el inconveniente de los problemas fitosanitarios, principalmente por hongos y bacterias, pero por otro lado se adelanta la emergencia de la planta y tendremos menos tubérculos, pero de mayor tamaño.
En cuanto al uso de tubérculos enteros como semilla, los calibres están comprendidos entre 25 y 65 mm.
En general, la diferencia entre usar semilla pequeña o gorda es la siguiente:
- La semilla pequeña produce más brotes.
- La semilla gorda emerge antes.
- La semilla gorda alcanza altas densidades de tallo.
- En caso de suelos pobres se produce una mejor emergencia con la semilla gorda.
- En caso de heladas tempranas la recuperación es mejor si usamos semilla gorda.
- Si se producen temperaturas muy altas después de la plantación la semilla gorda tiene ventajas sobre la pequeña.
En cuanto a la edad de la semilla, si usamos semilla vieja la parte aérea se desarrollará menos y la tuberización y maduración de los tubérculos se producirá antes; si por el contrario usamos semilla demasiado joven es posible que esté todavía en periodo de latencia por lo que deberemos de romper este mediante la inmersión de los tubérculos en una disolución de Tiourea al 1,5% durante 1-2 horas o mediante la aplicación de giberelinas.

Cultivo de la patata
La patata es una planta con un sistema radicular débil por lo que deberemos prestar especial atención a la preparación del suelo. Lo ideal es dar dos pases de subsolador perpendiculares entre sí y después aplicar fresadora evitando dejar el suelo con una textura demasiado fina para evitar la compactación de este. Una vez pasada la fresa hacemos los caballones a una altura de 25 cm y una separación de 60 a 75 cm.
Densidad de siembra Cuando hacemos un cultivo, la competencia por existir se puede plantear de dos maneras:
- Competencias entre plantas; se da cuanto menor es la distancia entre plantas.
- Competencia entre tallos de una misma planta; ocurre cuanto mayor es la distancia entre plantas.
Si lo que queremos es obtener tubérculos de gran tamaño debemos de espaciar más las plantas y esto se hace cuando tenemos carencia de agua o suelos malos y nos ayudará el usar semilla pequeña o semilla troceada de tubérculos grandes. Lo normal es usar de 40.000 a 50.000 plantas por hectárea lo que supone de 1,5 a 2,5 toneladas de semilla por hectárea. Si buscamos muchos tubérculos, pero de menor tamaño espaciaremos las plantas menos.
Prebrotado Una vez tenemos nuestra semilla esta no debe ser plantada directamente, sino que debemos hacer que asomen los brotes, si no tardará mucho tiempo en emerger y cuanto más tiempo esté el brote bajo tierra más posibilidades tenemos de que sea atacado por patógenos. Una semilla de pata prebrotada emergerá antes y tuberizará antes. Para hacer una prebrotación correcta y obtener unos brotes robustos y verdes se debe de exponer la semilla a la luz natural, pero a una temperatura no muy alta y tiene que estar convenientemente ventilada.
Profundidad de siembra Si entendemos como profundidad de siembra la distancia entre la parte superior del tubérculo y la superficie del suelo, la patata se puede plantar superficialmente (2 cm), a una profundidad media (2-5 cm) o profundas (más de 5 cm) y esto es función de la edad de la semilla, de la temperatura del suelo y de la humedad.
Se siembra superficialmente una semilla vieja, cuando hace frío, si vamos a regar a surco, si estamos en zona de alta pluviometría, o si la recolección es mecanizada; si sembramos superficialmente debemos plantar en un buen caballón y mantener la tierra que rodea a la semilla siempre húmeda (cuanto más superficial plantemos más alto y más ancho será el surco o caballón). Se planta más profundo cuando las temperaturas son elevadas, cuando no tenemos la suficiente agua para regar, si no podemos hacer caballón o si tenemos riesgo de ataque de la palomilla de la patata.
Aporcado La labor de aporcado consiste en elevar tierra del fondo de los surcos hacia las crestas de los caballones con el fin de sujetar a la planta, favorecer la aparición de raíces adventicias y evitar que los estolones se conviertan en tallo; debemos evitar que la tierra supere la zona media de la planta. Se hace cuando la planta tiene de 10 a 15 cm de altura y se repite a los 15 días.
El riego La patata es un cultivo particularmente sensible a la sequía, sobre todo durante la tuberización, pudiendo llegar a requerir en nuestras condiciones hasta 80 m3 por hectárea y día.
Fertilización de la patata La patata es un cultivo muy exigente en nutrientes y responde muy bien a la aplicación de fertilizantes, ya sea en forma de estiércol o de abonos minerales.
Un plan de abonado para un cultivo de patata con un rendimiento de 25.000 kg/ha podría ser el siguiente:
N |
P2O5 |
K2O |
CaO |
MgO |
125 |
75 |
250 |
100 |
50 |
- Nitrógeno El nitrógeno es uno de los nutrientes, junto con el potasio, que influyen en el tamaño final del tubérculo, pero dosis altas de nitrógeno al inicio del cultivo favorecerán un gran desarrollo de la parte aérea y un retraso en la tuberización. El desarrollo de la parte aérea está relacionado inversamente con la tuberización. Por otro lado un exceso de vegetación acumula gran cantidad de almidón que no termina en los tubérculos.
- Fósforo Este elemento no tiene excesiva influencia en el tamaño del tubérculo, pero si influye en el desarrollo radicular, en el adelanto de la etapa de tuberización, en el número final de tubérculos y en la precocidad del cultivo.
- Potasio Este elemento está relacionado directamente con el rendimiento final, pero sobre todo con la calidad del tubérculo. Aumenta el grosor de la piel con lo que reduce el riego de sufrir daños al producto final. También aumenta la resistencia de la planta a periodos de sequía o de bajas temperaturas y al ataque de patógenos.
- Calcio También influye en el desarrollo de una piel consistente.
- Magnesio Forma parte de la molécula de clorofila, de ahí su importancia en el proceso fotosintético.
- Aplicación de estiércol La aplicación de un estiércol bien descompuesto ayuda a disminuir la dosis de fertilizante nitrogenado, estructura el suelo y ayuda a retener al agua. El empleo de estiércol fresco o poco descompuesto libera los nutrientes al final del ciclo de cultivo lo que aporta un sabor raro al tubérculo y una disminución en el contenido en materia seca.