El cultivo del tomate de árbol.
El tomate de árbol o Tamarillo pertenece a la familia de las solanáceas y es una planta originaria de los Andes Peruanos, pudiéndose encontrar también en Chile, Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú, Chile, Venezuela, Brasil y Colombia. También se cultiva en las zonas montañosas de África, India y Australia. Los frutos del tomate de árbol se han hecho tan populares que en Nueva Zelanda han desplazado al kiwi, lo que demuestra el potencial internacional de esta fruta.
4.-Condiciones de clima y suelo para su cultivo.
6.-El cultivo del tomate de árbol.
7.-Propiedes y beneficios de tomate de árbol.
8. Manejo del tomate de árbol con .
1.-Origen y distribución.
El tomate de árbol o Tamarillo (Solanum betaceum sp.) incluye cerca de 50 especies todas originarias del continente suramericano distribuidas en origen entre los paralelos 20º Norte y 35º Sur. Su origen se centra en una región comprendida entre el noroeste de Argentina y el sur de Bolivia, desde donde se extendió rápidamente a Chile, Venezuela, Perú, Colombia, Ecuador y Brasil. Los países andinos tropicales pertenecen a la selecta élite de países mega diversos tanto por la condición amazónica de todos ellos como por su condición andina. Gran parte de la producción mundial de alimentos proviene o se origina de los recursos genéticos andino-amazónicos. Esta planta comenzó a domesticarse en un contexto social y cultural precolombino, de hecho, formó parte durante siglos de la base alimenticia de una gran población andina hasta la llegada de los españoles. A partir de la conquista española su multiplicación fue interrumpida y desplazada por otros cultivos traídos por los conquistadores desde Europa y Asia. En los últimos años de la conquista se produjo un rescate y revalorización de frutos nativos (como el tomate de árbol) que continuaron utilizándose en regiones apartadas del continente suramericano.

En el siglo XIX fue introducido en zonas subtropicales de Nueva Zelanda y sur de Europa y áreas tropicales de otros continentes como India, Nepal y el sureste de Asia. Se trata de una especie que integra el elenco de las denominadas Especies olvidadas e infrautilizadas, cuya sigla, en inglés se corresponde con NUS en su traducción de Neglected and underutilized species y sobre las que existe especial interés en su estudio dadas las necesidades de superar las dificultades generadas por la creciente escasez y desigualdad en la disponibilidad de alimentos a nivel mundial debido al crecimiento exponencial de la población. También está catalogada como Vulnerable (VU) y se encuentra en la Lista Roja de especies con alto riesgo de extinción en estado silvestre, según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (IUCN, International Union for Conservation of Nature and Natural Resources).
2.-Clasificación taxonómica.
Reino: Plantae.
División: Fanerógamas.
Subdivisión: Angiospermas.
Clase: Dicotiledóneas.
Subclase: Metaclamídeas.
Orden: Tubiflorales.
Familia: Solanaceae.
Género: Solanum (Cyphomandra)*
Especie: Solanum betaceum (Cyphomandra betacea Send).
*Antiguamene se catalogaba en el género Cyphomandra pero estudios genéticos la han devuelto al género Solanum.
3.-Descripción morfológica.
El tamarillo es una planta arbustiva de porte erecto, con tallos inicialmente suculentos tornándose semileñosos con la edad, cilíndricos de color verde-grisáceo en estado adulto y que llega a alcanzar hasta los tres metros de altura (si la planta proviene de injerto no supera los dos metros).
El sistema radicular es fasciculado, poco extenso y relativamente profundo (hasta un metro si la planta procede de semilla; si procede de esqueje el sistema radicular es más superficial pero más ramificado) pero el mayor porcentaje de raíces absorbentes se sitúa en el perfil que va de los 25 a los 50 cm de profundidad.
Las hojas son enteras, alternas, ligeramente pubescentes y con el ápice ligeramente curvado hacia abajo. Las insertas en el tronco principal miden de 30 a 40 cm y las de las ramas secundarias 20 cm. Los cultivares anaranjados presentan una tonalidad del foliolo verde oscuro con tonos morados en las hojas apicales y nervaduras pardas; los cultivares morados presentan una tonalidad verde claro tanto en los foliolos como en las nervaduras. De cualquier caso estas son muy prominentes en el envés. Las hojas se dañan con facilidad por los vientos.
Las flores son pequeñas y aparecen en las bifurcaciones de las ramas en forma de racimos y en número de 3 a 5 e incluso más. Presentan 5 pétalos de color blanquecino con tonos rosados y son hermafroditas y simétricas respecto de un eje (actinomorfas). El estilo sobresale por encima de las anteras. La polinización es autógama en su mayoría, aunque también presenta polinización cruzada por abejas.
El fruto es una baya generalmente ovoide, aunque también las hay esféricas y con forma de pera, suspendida por un largo pedúnculo. El extremo carpelar también varía y puede ser apuntado o achatado. La piel es lisa, brillante y de color verde en estado inmaduro en todos los cultivares, siendo amarillo, anaranjado, rojo o púrpura en la madurez fisiológica. La pulpa tiene un color de anaranjado suave a intenso y un característico sabor agridulce, un poco más dulzón en las variedades moradas. Es un fruto de los denominados “no climatéricos” por lo que una vez recolectado del árbol no evoluciona, debiendo cosecharlo próximo a la maduración para disfrutar de todas sus cualidades organolépticas. Según cultivares puede pesar desde 80 gramos hasta 150.

Las semillas tienen forma de una pequeña lenteja de 2 a 4 mm de color blanquecino virando en la madurez al anaranjado propio de la pulpa de la fruta. Están inmersas en un mucílago y cada fruto puede llevar de 200 a 300 unidades.




4.-Condiciones de clima y suelo para su cultivo.
Aunque su origen son las sierras Andinas entre los 1.000 y 3.000 metros de altitud, actualmente se cultiva en Nueva Zelanda a nivel del mar. Se puede cultivar en zonas con heladas moderadas ya que soporta temperaturas hasta de -2ºC. Así mismo soporta climas cálidos, pero su óptimo de desarrollo se sitúa entre 14-22ºC. Requiere dotaciones de agua entre 2.000-3.500 m3 por hectárea y año y una humedad relativa del 60-70%. No soporta la sequía ni el encharcamiento radicular por lo que los suelos deben ser profundos y de una textura franco arenosa o franco arcillosa. Si los cultivamos en sustrato podemos hacer una mezcla de turba con perlita o fibra de coco. Gusta de pH ligeramente ácido (6-6,5) y es exigente en cuanto a las horas de sol al día, produciéndose ahilado de la planta en zonas con frecuentes nubosidades. Es muy sensible al viento, produciendo caída de flores, frutos y roturas de ramas y hojas.
5.-Reproducción.
Podemos reproducir el tomate de árbol vía sexual mediante semillas, o vía asexual mediante esquejes.
Hoy en día podemos conseguir semillas de casi todo en tiendas on line; si disponemos de árboles a los cuales les podamos sacar las semillas esperaremos a que el fruto esté lo más maduro posible para aumentar las posibilidades de germinación. Una vez en posesión de la semilla solo deberemos hacer nuestro semillero.
Como ya sabemos, el semillero nos llevará de 40 a 60 días y las plantas estarán listas para su trasplante definitivo con de 3 a 4 pares de hojas verdaderas.
Si lo hacemos a través de esquejes cogeremos 25-30 cm de madera del año o de dos años realizando el corte superior por encima de la yema en 45 grados para evitar la acumulación de agua, y el inferior recto por debajo de la yema. Si todo va bien los tendremos enraizados en 30-40 días. *enlazar con el artículo LA REPRODUCCIÓN DE LAS PLANTAS en la pestaña de JARDINERÍA.
Generalmente las plantas provenientes de semillas son más altas y con un sistema radicular más profundo, pero las provenientes de esquejes entran en producción antes.
Actualmente y debido a lo extremadamente sensible que es la especie al ataque de nematodos, se suelen hacer injertos sobre patrones resistentes a estos gusanos, como Nicotiana glauca y Solanum auriculatum.
¿Cuándo empieza a producir un el tomate de árbol? La respuesta es sencilla; las provenientes de semilla entre 12-14 meses después del trasplante y las provenientes de esquejes entre 8-10 meses, al igual, después de su puesta.
6.-El cultivo del tomate de árbol.
Una vez las plantas listas para trasplantarlas nos encontramos con dos posibilidades; si tenemos una parcela de suelo las plantaremos a un marco de 1,5-2 x 2 en un agujero previamente excavado de 50 x 50 x 50 cm. Si por el contrario vamos a ponerlo en maceta mi consejo es que, puesto que la planta dura varios años, escoger un macetero con un volumen entre 40-60 litros.
Esta solanácea tiene un ciclo de producción de tres años; los 5 o seis primeros meses postrasplante se caracterizan por un potente crecimiento vegetativo con hojas grandes y un desarrollo continuo del sistema radicular, hasta que llegamos a un momento de equilibrio en el cual la planta empieza con la emisión de las ramas secundarias y a producir hojas más pequeñas, pero en mayor número; empieza a florecer y a fructificar. Si hemos realizado el trasplante en abril-mayo cosecharemos los primeros frutos a finales de año, en nuestra latitud. Ese invierno la planta entrará en reposo empezando la segunda primavera con un desarrollo principalmente fructificativo hasta el otoño; recordaros que cuando existe fruto la planta no reporta nutrientes a la raíz debido a que estos actúan como sumideros de fotoasimilados por lo que deberemos estimular con frecuencia la raíz con multiplicadores celulares. Ese invierno realizaremos una poda de las ramas muertas y para favorecer una brotación fructificativa; la planta fructificara en buena medida y los frutos estarán para cosechar en otoño. El invierno del segundo año volveremos a podar para eliminar ramas ya fructificadas y no estaría de más realizar un cambio de sustrato. A partir de este tercer año la producción no es rentable.
En condiciones climáticas donde las estaciones no son muy marcadas, el tomate de árbol puede fructificar de manera continua, por lo que la recolección es escalonada durante todo el año. Pero a partir de cierta latitud la llegada del invierno hace entrar en letargo a la planta para volver a retomar la fructificación en primavera.
En cuanto a las necesidades nutricionales se establecen unas necesidades medias para un cultivo con un marco de plantación de 3.300 plantas/ha de:

Es un cultivo que responde bien a los aportes periódicos de materia orgánica.

En cuanto a las necesidades hídricas, es una planta que no tolera la sequía teniendo sus requerimientos anuales entre 2.500 y 3.500 m3 por hectárea y año. Es sensible a las aguas con conductividad eléctrica por encima de 1 dS/m. Así mismo requiere un RAS menor de 10.
El sistema de formación más usado es el de vaso, en el cual se suprime el eje principal cuando la planta tiene de 70 a 80 cm de altura; por debajo del corte brotarán varias yemas de las cuales elegiremos las mejor orientadas que darán origen a las tres ramas primarias a partir de las cuales saldrán las secundarias y sobre estas las fructificativas. El árbol recibe la luz por arriba y esto le quita de problemas con la humedad alta.

Una vez formada la planta es recomendable eliminar a final de año las ramificaciones que han dado fruto para inducir la brotación a la primavera siguiente de nuevas ramas fructíferas cerca de las ramificaciones principales, ya que la floración y fructificación se produce en mayor medida en ramas del año. También suprimiremos los chupones y las hojas viejas bajeras.
Un tema a tener muy en cuenta es que los árboles en su primer año son muy sensibles al viento por lo que deberemos contemplar algún tipo de entutorado, así como un amarre de las ramas con fruto para evitar el desgarre de estas por el peso.
7.-Propiedes y beneficios del tomate árbol.
Las frutas climatéricas se caracterizan por acumular almidón durante su periodo de crecimiento y en la maduración lo hidrolizan a azúcares simples. Este proceso exige una gran cantidad de energía, por lo que este tipo de maduración se caracteriza por un aumento de la respiración, siguiendo el proceso de maduración una vez se separa la fruta de la planta. En cambio, las frutas no climatéricas acumulan directamente azúcares simples durante su crecimiento y, por lo tanto, durante la maduración no incrementan significativamente su tasa respiratoria. Es decir, una vez separada de la planta madre no sigue madurando. En el caso del fruto del tomate de árbol, hablamos técnicamente de un fruto tipo no climatérico. Normalmente la maduración del tomate de árbol ocurre de 4 a 6 meses después del cuajado del fruto y los grados brix en función del cultivar oscilan de los 11 en los cultivares amarillos, hasta los 13 de las variedades moradas.

El tomate de árbol es un fruto con un importante contenido en provitamina A, vitamina B6, vitamina C, vitamina E y hierro. Es una planta exigente en nitrógeno por lo que previo a su cosecha es conveniente reducir el aporte de este macronutriente para evitar formas de nitrato o nitrito en fruto y favorecer la presencia de aminoácidos libres. Así mismo presenta un alto contenido en fósforo, potasio, calcio y magnesio. Contiene un alto contenido en fibra y proteínas y es bajo en carbohidratos por lo que es indicado en dietas de adelgazamiento. Los azúcares presentes en fruto son la sacarosa, fructosa y la glucosa. Presenta dos alcaloides esteroideos de interés farmacéutico.
En la medicina tradicional de sur y centro américa se usan varias especies de tomate de árbol; principalmente se usan las hojas y en menor media los frutos y ramas.
8. Manejo del tomate de árbol con
.
Para este tipo de planta escogeremos macetas de un volumen entre 40 y 60 litros (en el caso de no disponer de huerto); las podemos cultivar en menos volumen, pero ello requerirá de mucha atención en la época calurosa para evitar déficit de agua. Como sustrato podemos usar turba, fibra de coco, o una mezcla de ambas y perlita (40-40-20%). Una vez puesta en la maceta daremos un riego hasta llevar el sustrato a la saturación y después aguantaremos sin regar el tiempo que podamos para forzar el desarrollo radicular. Cuando volvamos a regar espaciaremos los riegos todo lo que podamos hasta la aparición de las primeras flores, momento a partir del cual no dejaremos agotar el agua disponible más allá de un 40%. Entutoraremos las plantas a partir de los primeros cuajes.
Estas plantas de crecimiento indeterminado son fáciles de fertilizar:
- En el riego de plantación aportaremos FERTIHOUSE KELP a 3 ml/litro de agua para promover el enraizamiento.
- Hasta la aparición de las primeras flores usaremos FERTIHOUSE CRECIMIENTO VEGETATIVO (4-5 ml/litro de agua).
- Una vez empiece la floración FERTIHOUSE CRECIMIENTO VEGETATIVO y FERTIHOUSE FLORACIÓN (2,5 ml de cada una por litro de agua).
- Si en algún momento dado queremos forzar la maduración usaremos FERTIHOUSE MADURACIÓN y ENGORDE a 5 ml/litro de agua.
- Cada 15 días haremos un aporte extra de FERTIHOUSE ORGANIUM a razón de 3 ml/litro de agua para estimular la raíz.