
FISIOPATÍAS EN EL CULTIVO DEL TOMATE.
Otro artículo sobre una de mis hortalizas favoritas: ya hemos visto cómo se cultiva, sus principales plagas y enfermedades y ahora vamos a ver las principales fisiopatías que afectan al fruto.
Necrosis apical (Blossom end rot).
Asolanado o quemaduras de sol.
Qué es una fisiopatía.
Entendemos por fisiopatía como la alteración que sufre una planta debido a causas no biológicas (las causas biológicas incluyen a los insectos, ácaros, hongos, bacterias, malas hierbas, aves, roedores, etc.). Las principales fisiopatías están relacionadas con problemas de deficiencias o exceso de nutrientes (casi siempre es por un mal balance de nutrientes, nunca por un abonado en defecto), con los efectos de las condiciones ambientales (temperatura, vientos, humedad relativa, falta o exceso de luz), un mal manejo del riego, problemas de suelo (exceso o falta de drenaje, salinidad, textura inadecuada, deficiencia de materia orgánica, mal balance Carbono/Nitrógeno), toxicidades por tratamientos fitosanitarios inadecuados, problemas de agua (salinidad, composición, pH), problemas con herbicidas y alteraciones genéticas (las menos ya que las semillas que podemos comprar hoy en día están muy seleccionadas).
Necrosis apical (Blossom end rot).
Se trata de una podredumbre debida a una carencia localizada de calcio en la zona estilar del fruto. La función del calcio es la de mantenimiento de las membranas celulares por lo que una deficiencia de este se traduce en pérdida del contenido celular con la consiguiente destrucción del tejido involucrado. Esta fisiopatía no está relacionada con una deficiente aplicación de calcio si no con los factores que influyen en la absorción de este por parte de la planta y la posterior redistribución en los tejidos.

Hagamos aquí un inciso y expliquemos que el flujo xilemático viaja desde las raíces a los órganos aéreos de la planta y el floemático desde los lugares donde tiene lugar la fotosíntesis (principalmente las hojas) hacia los frutos y la raíz. A grandes rasgos, el xilema transporta la sabia bruta (agua e iones inorgánicos) y el floema la sabia elaborada (azúcares, sustancias de reserva y algunos iones inorgánicos); pues bien, el calcio es un catión que no se transloca por el floema (vamos que su movimiento es más lento que por el xilema) por lo que no se redistribuye desde los órganos de almacenamiento (hojas) a los órganos sumidero (frutos); la razón es que el fosfato (PO4-3) es el principal anión que circula por la savia elaborada (la que circula por el floema) y en presencia del catión Ca+2 se forma fosfato de calcio (Ca3(PO4)2) de baja solubilidad por lo que no puede avanzar por el floema a la velocidad que requiere un fruto joven en crecimiento activo; esto hace que el fruto deba obtener el calcio directamente de la raíz a través del flujo xilemático y cualquier factor que altere este flujo en exceso o en defecto afecta a su disponibilidad.
Partiendo de la aclaración anterior sobre la baja movilidad del calcio vía floema, es decir, desde la hoja hacia el fruto, la principal causa de que se produzca esta pudrición es una combinación de altas temperaturas con humedades relativas altas o bajas ya que ambas situaciones alteran el normal flujo xilemático; en el primero de los casos no existe el suficiente déficit de presión de vapor para que el flujo xilemático sea lo suficientemente importante como para trasportar el calcio desde la raíz hasta las partes altas de la planta a la suficiente velocidad. En el segundo caso una excesiva traspiración provoca un aumento en la tasa de crecimiento del fruto y una mayor demanda de agua hacia las hojas por lo que el flujo xilemático se concentra en ellas.
Entre los factores que pueden afectar a la disponibilidad de calcio por la planta están altos niveles de salinidad, excesos de abonado nitrogenado con amonio ya que este catión entra en competencia con los demás cationes, incluyendo el calcio y un mal equilibrio entre los tres principales cationes (Ca+2, Mg+2 y K+).
La pudrición apical ocurre en frutos jóvenes y normalmente de 10 a 35 días después de la floración. Entre las practicas a tener en cuenta para evitar la pudrición apical tenemos:
- Usar variedades menos sensibles a esta fisiopatía.
- Potenciar desde el inicio hasta el final del cultivo un potente sistema radicular.
- Mantener unas temperaturas adecuadas (18-20ºC durante la noche y 20-25 durante el día).
- Evitar temperaturas bajas en la zona radicular.
- Mantener el sustrato o la tierra con un adecuado nivel de agua, ni encharcada ni con déficit.
- Aplicar una solución nutritiva con un correcto balance entre potasio, calcio y magnesio:
- En aguas de conductividad eléctrica por debajo de 2 la relación K/(Ca+Mg) encuentra su óptimo para las plantas entre 0,35-0,5. Valores bajos fomentarán un estado vegetativo y valores altos un estado generativo.
- En aguas de conductividad eléctrica >2 la relación K/((Ca+Mg)/2) se debe encuadrar en valores entre 0,5 y 1,1; al igual que ocurre con aguas de ce<2, valores bajos fomentarán un estado vegetativo y valores altos un estado generativo.
- Usar soluciones nutritivas con no más de un 10% del total del nitrógeno en forma amoniacal si trabajamos en sustratos inertes o un 20% si lo hacemos en suelo.
- Mantener una humedad relativa entre un 70-80%.
- En casos necesarios podemos hacer aplicaciones foliares de calcio directamente al fruto.
- Ni que decir tiene que la solución nutritiva debe tener un suficiente nivel de calcio que deberá ser el doble que de magnesio (8 meq de Calcio y 4 de Magnesio serán suficientes)
Mancha dorada (Goldspeck).
La mancha dorada aparece en los hombros de los frutos desarrollados y en fase de maduración principalmente en verano y es debida a la acumulación de cristales de oxalato de calcio bajo la epidermis. Aparece con relaciones de potasio/calcio bajas en el entorno radicular; se agrava con la elevada presencia de fósforo y con humedades relativas ambientales elevadas. Entre las medidas preventivas optaremos por:
- Mantener una correcta humedad relativa (70-80%).
- Evitar temperaturas excesivas.
- Usar una solución nutritiva con un correcto balance entre potasio, calcio y magnesio.
- En aguas de conductividad eléctrica por debajo de 2 la relación K/(Ca+Mg) encuentra su óptimo para las plantas entre 0,35-0,5. Valores bajos fomentarán un estado vegetativo y valores altos un estado generativo.
- En aguas de conductividad eléctrica >2 la relación K/((Ca+Mg)/2) se debe encuadrar en valores entre 0,5 y 1,1; al igual que ocurre con aguas de ce<2, valores bajos fomentarán un estado vegetativo y valores altos un estado generativo.

Rajado de frutos del tomate(Craking).
El rajado de frutos sucede por un cambio brusco en el contenido en agua de frutos ya desarrollados y en proceso de maduración. Las causas son todas aquéllas que de forma repentina favorezcan una mayor entrada de agua a la planta sin su consiguiente eliminación: disminución en la conductividad eléctrica en el entorno radicular con un exceso de riego y una humedad relativa alta hacen que aumente la presión desde el interior del fruto hacia la piel. Un exceso de radiación por una poda severa, por ejemplo, influye negativamente en este proceso al debilitar la piel del fruto. Si tenemos el cultivo al aire libre tras una lluvia copiosa deberemos aumentar la conductividad del entorno radicular rápidamente para evitar una masiva entrada de agua. Las medidas preventivas incluyen:
- El mantenimiento de una conductividad eléctrica más o menos constante. Si tenemos que realizar cambios estos serán paulatinos.
- Mantener una correcta humedad relativa para favorecer un flujo xilemático constante y adecuado.
- Realizar un correcto deshojado de manera que los frutos no queden totalmente expuestos al sol.
- Un adecuado balance nutricional sin cambios bruscos.
- Utilizar variedades poco sensibles.

Asolanado o quemaduras de sol.
Ocurre por una alta exposición de los frutos a al sol en momentos de alta intensidad lumínica, elevadas temperaturas y baja humedad relativa. Tiene poco que contar; deberemos realizar un correcto deshojado para tener protegidos a los frutos, realizar blanqueos en los techos de los invernaderos y si cultivamos al aire libre hay productos de aplicación foliar para reducir la incidencia de los rayos del sol sobre los frutos. Un mantenimiento de una correcta humedad relativa y temperatura adecuada.

Quemaduras de cuello.
Cuando la planta es pequeña, tenemos un suelo de tonos oscuros y tenemos días de altas temperaturas y alta intensidad lumínica el suelo se puede calentar demasiado y provocar quemaduras en el cuello de la plántula y más aún si hablamos de suelos con un alto contenido en arena; esto también sucede cuando hacemos un acolchado de suelo con plástico de color transparente o negro, no con el de color blanco o gris. Si tenemos un invernadero o una malla de sombreo esta fisiopatía es más difícil que suceda. Estas quemaduras son vía de entrada a enfermedades fúngicas y a veces las solemos confundir con estas realizando tratamientos fitosanitarios que no vienen al caso. Para evitar esta fisiopatía y puesto que la planta no es capaz de aportar sombra a su base hasta las 3-4 semanas post trasplante deberemos evitar trasplantar en época de alta insolación y altas temperaturas. También debemos evitar la acumulación de sales cerca del cuello de las plantas.

Problemas de cuajado del tomate.
Si tenemos en cuenta que el rango de temperaturas para la polinización en plantas de tomate se fija entre 15 y 30 ºC siendo la óptima de 20ºC cualquier episodio de temperaturas fuera de este rango produce en el tomate:
- Pérdida de viabilidad del polen por debajo del mínimo.
- Pérdida de fertilidad del óvulo por encima del máximo.
- Fuera de los límites antes descritos los abejorros no encuentran las suficientes flores abiertas por lo que apelotonan en las pocas que encuentran produciendo daños en el ovario que se manifestaran más tarde en los frutos.
- Sin llegar a los límites, temperaturas bajas o altas mantienen a los abejorros en las colmenas protegiendo a las larvas por lo que cae la polinización.
- Temperaturas frías durante el cuajado dan lugar a malformaciones de fruto como la denominada “cara de gato”.

Bufado (Puffiness) en el tomate.
El bufado se manifiesta por unos huecos entre los lóculos y la pared externa del fruto debido a la falta de la gelatina que tiene que rodear a las semillas y un menor número de estas. Exteriormente la fruta se aprecia con forma angular en vez de redondeada. La principal causa es un desequilibrio entre el nitrógeno y el potasio; excesivas cantidades del primero provocan esta fisiopatía y el efecto es mayor en épocas de temperaturas bajas y baja intensidad lumínica. Un periodo prolongado de lluvias puede provocar bufado en los frutos debido al lavado de nutrientes a capas más profundas del suelo. Con el fin de prevenir el bufado deberemos:
- Mantener siempre un abonado equilibrado y balanceado; para ello y puesto que el tomate es una planta de crecimiento indeterminado, hasta la aparición del primer ramillete el equilibrio puede estar moderadamente desplazado hacia el lado del nitrógeno (relaciones nitrógeno/potasio de 2-1,5/1) pero después debemos aportar un abonado con una relación nitrógeno/potasio de 1.
- Regular en la medida de nuestras posibilidades las condiciones de temperatura, humedad relativa e intensidad lumínica.
- En periodos de lluvia reponer el equilibrio nutricional en el entorno radicular lo más rápidamente posible.

Russetting en el tomate.
Esta fisiopatía se manifiesta en frutos al inicio de la maduración como unas pequeñas grietas concéntricas en la piel de color gris-pardo. Son debidas a que la piel no puede seguir el ritmo de crecimiento del fruto y se agrieta. Las causas pueden ser un periodo de carencia de agua seguido de un aporte excesivo, regar a horas inadecuadas, desequilibrios nutricionales, cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche, así como cambios bruscos en la humedad relativa del ambiente y una excesiva exposición de la fruta al sol. Todo esto se ve agravado por el uso excesivo de tratamientos fitosanitarios, sobre todo con fungicidas que resequen la piel. Entre las medidas preventivas tenemos:
- Mantener un adecuado y constante aporte de agua; evitar regar en verano en las horas centrales del día.
- Aportar un suficiente y equilibrado aporte de nutrientes.
- Mantener unas condiciones climáticas lo más estables posible entre el día y la noche.
- Evitar una excesiva incidencia de los rayos de sol sobre los frutos.
- Realizar los menos tratamientos fitosanitarios evitando usar mezclas de productos.
- Recolectar los frutos con anticipación y no dejarlos en la planta demasiado tiempo.


Cicatriz de antera en el tomate.
La cicatriz de antera también conocida como “cremallera” es una alteración de origen genético y es debido a que en el momento de la polinización la antera se cae y se queda pegada al ovario y al aumentar el fruto de tamaño esta se desprende dejando una cicatriz que va desde la zona estilar a la zona peduncular y que puede llevar al posterior rajado del fruto ya que la zona de la cicatriz pierde su elasticidad. Aunque como he dicho es una alteración de orden genético, se ve favorecida por condiciones de bajas temperaturas y humedades relativas altas durante la última fase de la floración y el inicio del cuajado. La variedad de tomate conocida como “Corazón de Buey” es de las más sensibles. Estas frutas, así como todas las que veamos que no van a poder ser cosechadas, deberemos de quitarlas cuanto antes de la planta para evitarle un gasto de energía innecesario. Como medidas preventivas:
- Evitaremos el cultivo de variedades sensibles.
- Debemos evitar en lo posible las bajas temperatura y las humedades relativas elevadas durante la noche.

Intumescencias.
Son alteraciones en forma de verrugas que aparecen en las hojas de las plantas de tomate y suelen aparecer en cultivos protegidos y en condiciones de exceso de humedad en el suelo y una alta humedad relativa. Normalmente no causan problemas directos a la plantación, pero si las condiciones que antes hemos dicho se alargan en el tiempo se puede producir la entrada de hongos por la verruga. No tiene tratamiento y lo único es mantener unas adecuadas condiciones de humedad del suelo, del ambiente y una temperatura adecuada.
