Con motivo de la aparición del primer brote de Dryocosmus kuriphilus Yasumatsu (1951), avispilla del castaño, en el parque natural de la sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, vamos a tratar de conocer a esta plaga procedente del continente asiático

La avispilla del castaño: Dryocosmus kuriphilus Yasumatsu (1951)

  1. Antecedentes
  2. Daños causados por la avispilla del castaño
  3. Área de distribución de Dryocosmus kuriphilus Yasumatsu (1951)
  4. Ciclo biológico de la avispilla del castaño
  5. Métodos de control de la avispilla del castaño
  6. Directrices para un correcto manejo de Torymus sinensis

Antecedentes

El castaño ha sido tradicionalmente una especie forestal muy valorada. En otro tiempo este árbol fue fundamental para las poblaciones de las zonas rurales donde crecía naturalmente. Más tarde perdió ese carácter, pero en los últimos años se han multiplicado los esfuerzos por recuperarlo con el objetivo de diversificar la oferta de productos procedentes de las zonas rurales y fijar población, lo que en este caso se traduce en la obtención de fruto de calidad con destino al consumo directo o a la transformación, o bien en el aprovechamiento de su excelente madera.

Las plagas más comunes que afectaban en mayor medida las producciones de castaña en la península ibérica han sido Pammene fasciana Linnaeus (1761), Cydia splendana Hübner (1799) y el curculiónido Curculio elephas Gyllenhal (1836).

Pero es en el año 2002 cuando se detecta en Europa, más concretamente en Italia, por primera vez a Dryocosmus kuriphilus Yasumatsu (1951). Este himenóptero es originario de China y está considerado como la plaga más importante del castaño en todo el mundo, pues puede no solo limitar la producción de fruto, sino que puede llegar a matar los árboles.

Pammene fasciana Linnaeus (1761)
Pammene fasciana Linnaeus (1761)
Cydia splendana Hübner (1799) variedad de avispilla
Cydia splendana Hübner (1799)
Curculio elephas Gyllenhal (1836) variedad de avispilla
Curculio elephas Gyllenhal (1836)

Daños causados por la avispilla del castaño

Ataca a Castanea sativa Miller (1768) (Castaño europeo), Castanea crenata Siebold & Zuccarini (1846) (Castaño japonés), Castanea dentata Sudworth (1892) (Castaño americano), Castanea mollissima Blume (1851) (Castaño chino), Castanea seguinii Dode y sus híbridos provocando agallas de color verde o rosado en las hojas (peciolo y brote central) y en los brotes del año, siendo el castaño europeo y el americano los más sensibles. Los síntomas aparecen en primavera y puede llegar a causar una pérdida de cosecha de hasta el 70% ya que los daños generados sobre los brotes apicales provocan un aborto de las flores femeninas, y en las plantas provoca pérdidas de vigor; no ataca directamente al fruto, pero las agallas impiden el desarrollo de los brotes y reducen la tasa fotosintética de la planta y su desarrollo al disminuir hasta en un 80% la superficie foliar. Otro aspecto a tener muy en cuenta es la existencia de una interacción indirecta entre D. kuriphilus y el chancro del castaño (Cryphonectria parasitica), ya que las agallas una vez abandonadas por la avispilla son colonizadas por el hongo.

Debido a su peligrosidad, D. kuriphilus fue incluido en 2003 en la lista A2 de la European and Mediterranean Plant Protection Organization (EPPO), que incluye aquellas plagas de cuarentena presentes localmente en el territorio EPPO que deben ser reguladas en los países miembros. En la actualidad se ha detectado su presencia en diferentes países europeos, sobre todo del centro y sur del continente. Al igual que en otras zonas del mundo, la llegada del parásito a Europa pudo deberse a la introducción de material vegetal en invierno con presencia de huevos o larvas del insecto, momento del ciclo en que no produce síntomas. En España se detecta por primera vez en 2012 en Cataluña, en 2013 llega a Cantabria y en mayo de 2014 se detecta su presencia en Galicia. En el mismo mes se encontró en el noroeste de Portugal.

Daños producidos por la avispilla del castaño I
Daños producidos por la avispilla del castaño II
Daños producidos por la avispilla del castaño III

Área de distribución de Dryocosmus kuriphilus Yasumatsu (1951)

Área de distribución de la avispilla del castaño a nivel mundial
Área de distribución de la avispilla del castaño a nivel mundial

Mapa de distribución de Dryocosmus kurip`hilus

Ciclo biológico de la avispilla del castaño

Dryocosmus kuriphilus es una especie con partenogénesis telitoca (las hembras se desarrollan a partir de huevos no fertilizados). La hembra mide 2-2,5 mm y presenta cabeza, tórax y abdomen negro, mientras las patas son de color rojizo-marrón a excepción del último artejo tarsal, que es marrón oscuro. Las antenas son filiformes y están formadas por 14 antenómeros de los cuales los 3 primeros son de color ocre y los restantes de color marrón que se van oscureciendo progresivamente hacia el ápice. Las alas anteriores presentan poca venación y sólo destacan la vena subcostal y la radial; el abdomen tiene forma redondeada y está provisto de un ovipositor filiforme por medio del cual la hembra introduce los huevos en las yemas de los hospedadores.

La avispilla del castaño presenta un ciclo univoltino (su ciclo vital dura todo un año) y el adulto emerge desde finales de mayo hasta finales de julio e incluso agosto e inmediatamente comienza a depositar los huevos en las yemas de su hospedante; las hembras hacen la puesta en grupos de 3 a 5 huevos en el interior de las yemas y cada hembra puede poner más de 100 huevos a lo largo de su periodo de vida (5 días a 25ºC y 10 días a 15ºC). Debido a que varias hembras pueden poner en la misma yema, una sola de éstas puede albergar hasta 25 huevos. En unos 30-40 días los huevos eclosionan, permaneciendo en otoño e invierno dentro de las yemas. En primavera, las larvas comienzan a desarrollarse a la misma vez que se desarrollan las yemas del árbol, y es en este momento cuando se forman las agallas debido al efecto del desarrollo de la larva. Dichas larvas se alimentarán en el interior de 20 a 30 días y pasan por tres estadios larvarios:

  1. Larvas subglobulares, con mandíbulas muy pequeñas. Estadio de desarrollo muy lento, con larvas de 0,2-0,6 mm de largo difícilmente distinguibles del huevo. Estas larvas se empiezan a diferenciar entorno al mes después de la oviposición desde agosto-septiembre hasta la primavera siguiente. Durante este tiempo se van formando las cámaras larvarias aumentando paulatinamente el tejido vegetal anómalo (callo) alrededor de la larva, lo que la protege y aísla.
  2. Larvas himenopteriformes con una longitud de 0,8- 1,5 mm de largo con mandíbulas con dos dientes distales. La sincronización de estas larvas con la activación vegetativa es evidente, siendo desde finales de marzo y abril cuando observamos las primeras larvas de este tipo. En esta época la cámara larvaria es muy notoria con un buen callo vegetal protector.
  3. Larvas himenopteriformes con una longitud de 2,3 mm de largo y con mandíbulas asimétricas con dientes. Este último estadio larvario se puede observar desde finales de abril hasta mayo y la cámara larvaria está consolidada.

A mediados de mayo es cuando forman la pupa para finalmente cerrar el ciclo con la emergencia del adulto en junio.

Ciclo biológico de Dryocosmus kuriphilus

Métodos de control de la avispilla del castaño

Tras la aparición de la plaga en la península lo primero en que se pensó fue en la lucha química la cual se ha demostrado ineficiente debido a aspectos relacionados principalmente con el ciclo biológico de la plaga y con el carácter de fruto seco de la castaña. Otro aspecto a considerar es el uso de variedades resistentes a la plaga, pero actualmente queda mucho trabajo por desarrollar en este campo y el número de variedades resistentes aún es corto. Considerando lo anterior lo más rápido fue localizar parasitoides o depredadores de la plaga en su lugar de origen, China, lo que dio lugar a la siguiente lista:

Parasitoides naturales de Dryocosmus kuriphilus o avispilla del castaño

De todos ellos el que demostró ser más eficiente fue Torymus sinensis, parasitoide especialista con un ciclo biológico univoltino cuya fenología está muy bien sincronizada con la de la especie hospedadora Dryocosmus kuriphilus, realizando una diapausa de unos doce meses. Debido a estas características biológicas ha demostrado ser un eficaz controlador de la avispa del castaño en los países en los que se ha introducido. Pero apenas existen estudios sobre si la especificidad con el hospedador es estricta; en caso contrario existirían riesgos de ataque a otras agallas alternativas de las que integran el conjunto de cinípidos de los robles. En un estudio reciente en Italia se ha demostrado que T. sinensis siente atracción y puede atacar otras agallas diferentes de las de D. kuriphilus (Ferracini et al 2015). Entre los posibles riesgos de la introducción del parasitoide asiático tenemos:

  • Posible efecto parasitoide de T. sinensis sobre hospedadores no diana, especialmente sobre especies autóctonas de la Familia Cynipidae relacionadas con especies del género Quercus, principalmente el roble, que alberga como planta hospedadora ricos conjuntos de avispas de las agallas (Cynipidae) que pueden ser potencialmente atacadas por Torymus sinensis. En la Península Ibérica se han citado 94 especies de cinípidos asociadas a las 10 especies de Quercus nativas, de las cuales 64 especies son inductoras de agallas y 30 corresponden a especies inquilinas en las agallas de otros cinípidos (Nieves-Aldrey, 2001).
  • Potencial riesgo de hibridación con especies parasitoides nativas del género Torymus. Las principales especies nativas de Torymus del total de parasitoides de agallas de los robles genéticamente más cercanas a T. sinensis son aquellas englobadas en el subgénero Syntomaspis; estas especies, al igual que T. sinensis, son monófagas u oligófagas además de presentar ciclos biológicos univoltinos, sincronizados con el ciclo biológico y fenología de las agallas de sus especies hospedadoras. En la península ibérica estas especies son: Torymus cyaneus, T. affinis, T. notatus y T. fastuosus y al menos en el caso de T. cyaneus la posibilidad de hibridación parece haber sido demostrada en el laboratorio (Aebi et al., 2013) al igual que ocurrió en Japón con la especie T. beneficus (Yara et al., 2000).
  • Competencia con otras especies de parasitoides nativos.
Torymus bedeguaris (Linnaeus)

La otra alternativa es el empleo de parasitoides autóctonos; según la EPPO (2021), en todos los países a los que ha llegado la avispilla del castaño los parasitoides nativos pasaron de parasitar a los cinípidos de las especies del género Quercus con los cuales han coevolucionado a parasitar a la avispilla del castaño, habiéndose registrado hasta la fecha un gran número de especies parasitoides de este insecto. El control mediante parasitoides autóctonos se ha realizar utilizando plantas de la especie Quercus robur como atrayentes de los parasitoides, plantándolas dentro de las parcelas de nogales con el fin de acelerar el proceso de reclutamiento de los parasitoides autóctonos.

Tabla de parasitoides nativos encontrados en Cataluña

Estos parasitoides son especies polífagas y, en muchos casos, multivoltinas (varias generaciones -ciclos vitales- en un año). Entre estas especies, Bootanomyia dorsalis Fabricius, Torymus flavipes Walker, Eupelmus urozonus Dalman y Sycophila variegata Curtis son las que se describen como más abundantes y efectivas. Sin embargo, la efectividad de estos parasitoides autóctonos para controlar a la avispilla sigue siendo baja, debido a que no están sincronizadas en cuanto a sus ciclos de desarrollo. Además, el aumento del nivel de parasitismo por parte de los parasitoides nativos puede conducir a efectos no deseados en sus huéspedes primarios, los Quercus, ya que, si estos parasitoides se desplazan hacia la avispilla del castaño, es posible que la incidencia de las plagas del roble, o de otras especies aumenten alterando el actual equilibrio biológico alcanzado, incrementando las plagas en estas especies por ser insuficiente la población de parasitoides autóctonos. Por estos motivos, y para acelerar el proceso que, de forma natural, se podría producir tras muchas generaciones, es por lo que se recurre al parasitoide T. sinensis como método más efectivo para controlar la plaga de la avispilla del castaño.

Bootanomyia dorsalis Fabricius
Bootanomyia dorsalis Fabricius
Torymus flavipes Walker
Torymus flavipes Walker
Eupelmus urozonus Dalman
Eupelmus urozonus Dalman
    Sycophila variegata Curtis
Sycophila variegata Curtis

Directrices para un correcto manejo de Torymus sinensis

La experiencia almacenada durante los últimos 15 años señalan a Torymus sinensis, como el mejor agente para controlar la avispilla del castaño; es su parasitoide específico en su zona de origen y sus ciclos reproductivos están perfectamente sincronizados. Los resultados suelen llegar a medio plazo debido a su lenta dispersión inicial requiriéndose un periodo aproximado de entre 4 y 8 años para poder apreciar su acción en su totalidad.

Ciclo conjunto

Consideraciones previas a la introducción de T. sinensis:

  • Es necesario la planificación de las sueltas de forma coordinada con la totalidad de los cultivos de una misma zona geográfica ya que de esta manera el tiempo necesario para el establecimiento del parasitoide se reduce notablemente.
  • No debemos introducir el parasitoide de forma preventiva y solo se debe liberar en castañares con un grado de infestación por la avispilla medio o alto; sin una elevada presencia de plaga la larva de Torymus sinensis muere. Por ello buscaremos los castaños con mayor afectación de la plaga y con abundantes agallas (100 agallas/árbol.
  • Conviene revisar la normativa específica de la zona: espacios protegidos, zona experimental, arboledas públicas… antes de realizar la suelta.
  • Reservaremos con antelación las dosis necesarias de T. sinensis al suministrador para asegurar la disponibilidad en abril-mayo, la época más adecuada para la suelta.
  • La dosis es de 100-120 hembras fecundadas y 50-70 machos cada 2–3 hectáreas. Los primeros resultados se suelen obtener en 3-4, años alcanzando un control óptimo en 6-7 años.
  • Es preciso esperar al momento óptimo, que dependerá de la zona, la climatología de ese año y de la variedad de castaño, principalmente. Este periodo abarca de 1-2 semanas entre la fase de comienzo de hinchazón de la yema y la aparición de las primeras hojas en las yemas apicales.

Transporte y almacenamiento de T. sinensis:

  • Cada empresa comercializadora tiene una presentación y una cantidad mínima de producto.
  • Dentro del recipiente puede vivir una semana a temperatura entre 12-15ºC, (lleva alimento), necesita luz, mínimo 10-12 horas/día. A partir de 1 semana de almacenamiento se debe renovar la alimentación con aguamiel teniendo los recipientes a temperatura ambiente (18-20ºC) 1 hora cada 2-3 días para que se activen y se alimenten; aun así, aumenta la mortalidad.
  • Durante el transporte se deben introducir los recipientes en una nevera portátil, sin contacto directo con los acumuladores de hielo de manera que la temperatura se mantenga entre 12-15ºC. Evitaremos estacionar al sol, dejar la nevera portátil o los recipientes bajo el sol directo, golpearlos, volcarlos, etc.

Suelta de T. sinensis:

  • Antes de abrir el bote lo tendremos unos minutos a la temperatura ambiente; una vez veamos que se mueven de manera rápida es el momento de la suelta.
  • T. sinensis busca la luz y al abrir el recipiente boca arriba saldrán solos; se recomienda cubrir con la mano o papel oscuro la parte inferior del recipiente para facilitar la salida.
  • Si son reacios a salir por lluvia ligera o frío, pondremos el recipiente boca abajo, sobre agallas u hojas golpeando suavemente, para que se depositen y refugien en ellas.
  • La suelta se debe realizar en 2-3 castaños próximos unos de otros unos 4 m, en una superficie no superior a 50 m2 para facilitar el encuentro y cópula de T. sinensis en la generación siguiente (los huevos no fecundados producen machos y la falta de hembras podría acabar con la presencia de T. sinensis).
  • Evitaremos la liberación en castaños con evidente presencia de depredadores potenciales (hormigas, arañas) o parasitoides de T. sinensis cerca del punto de suelta.
  • Nos coordinaremos con otros castañicultores de las zonas próximas.
  • Una vez libres, los adultos de T. sinensis tienen una vida en campo de 3 a 4 semanas y para asegurar su instalación y supervivencia se recomienda no realizar tratamientos químicos durante ese tiempo (ni después), no eliminar agallas y no realizar podas ni quemas.

Acciones a realizar en los años posteriores a la suelta:

  • En invierno realizaremos la poda eliminando la parte gruesa y dejando en el terreno aquellas ramas que tengan agallas para facilitar la emergencia de individuos de T. sinensis
  • No realizaremos quemas de los restos hasta que la implantación esté garantizada.
  • Los adultos de T. sinensis también son capaces de alimentarse de polen y néctar por lo que es conveniente mantener zonas floridas junto a los castañares.
  • Por su lenta implantación no se deben diseccionar agallas el primer año, ya que se perderían las larvas de T. sinensis de su interior.
  • Puesto que se ha comprobado que T. sinensis es capaz de desplazarse hasta 5 km en 3 años es recomendable que los Servicios de Sanidad Vegetal y/o los técnicos de las asociaciones de castañicultores, realicen muestreos en las zonas de liberación.
  • Es conveniente que se comunique a los interesados tanto la tasa de parasitismo (% de agallas parasitadas por T. sinensis) como la necesidad de liberación en años siguientes, lo que será necesario hasta tener constancia de su implantación en el territorio