La predicción empírica de la atmósfera o cabañuelas es una de las herramientas que el saber popular tiene para intentar predecir el tiempo que va a hacer durante todo el año.
Las cabañuelas
Un poco de historia
En la antigüedad el hombre conocía los cambios cíclicos que experimentaba la Tierra a través de la regularidad de los ciclos celestes, el comportamiento animal, el movimiento de ciertos astros y a través de los fenómenos atmosféricos acaecidos durante ciertos momentos del año.
Para la antigua Grecia la meteorología consistía en una gran dosis de mitología, supersticiones y el conocimiento que se tenía gracias observaciones hechas por el hombre y fue Aristóteles uno de los primeros en hacer una división entre la ciencia y la divinidad en sus libros Acerca del cielo, De la generación, La corrupción, y La meteorológica en los cuales se estudia la meteorología, la astronomía y la cosmología.
Los romanos también mostraron gran interés por entender los procesos atmosféricos pero con la caída de su Imperio el proceso de investigación sobre los fenómenos meteorológicos sufrieron un parón en Europa durante cuatro siglos y fueron los musulmanes los que lo retomaron, agrupando el conocimiento griego, persa, romano e indio y reintroduciendo la idea de que los cuerpos celestes están relacionados con los fenómenos atmosféricos y a partir de ellos se puede predecir el tiempo.
En la Edad Media surge la astrometeorología como ciencia capaz de predecir el tiempo a partir de indicios u observación de los cuerpos celestes.
Es durante los siglos XVI y XVII cuando surge la meteorología moderna o científica tal y como hoy la conocemos abandonando las teorías de Aristóteles. Entre los científicos de la época destacar a Leonardo Da Vinci, Nicolás Copérnico, Johannes Kepler e Isaac Newton. Pero estas nuevas teorías chocan frontalmente con las creencias religiosas de la poca, produciéndose la ruptura entre las creencias de la edad media aristotélicas-cristianas y las nuevas corrientes que se iniciaron con esta revolución científica. A causa de esto la astrometeorología sufriría un parón y sería relega al estatus de pseudo ciencia.
En los siglos venideros y con la aparición del barómetro, el termómetro y el telescopio la predicción meteorológica sufre un gran avance llegando hasta nuestros días con la toma de datos regularmente de estaciones meteorológicas distribuidas por todo el planeta.
Indicadores del tiempo
Existen varios indicadores del tiempo que casi siempre son usados simultáneamente:
- El comportamiento y estado de los animales.
- El comportamiento de los astros.
- El estado de la atmósfera.
Las cabañuelas
Las cabañuelas son un método de predicción popular basado en la experiencia y en la observación de los hechos y que relaciona el estado atmosférico de unos determinados días del mes de agosto con el tiempo venidero para cada mes del año hidrológico. La variedad, en cuanto a la aplicación del método, de días, épocas del año, y observaciones es muy alta, pero hay unanimidad en hacerlas en la época del año de más calor; en España se hacen en el mes de agosto y en Sur América en los meses de diciembre y enero.

En cuanto a los indicadores ambientales a tener en cuenta durante estos días tenemos:
- La nubosidad
• Si el día está nublado quiere decir que va a llover más de lo normal.
• Si el día es soleado deberemos de fijarnos en la temperatura del día.
• Si durante el día llueve se dice que” ha reventado la cabañuela” y se entiende como que va a llover menos de lo normal.
- La temperatura
• Si el día es más caluroso de lo normal, indicador de mes con más lluvia de lo normal.
• Si el día presenta una temperatura normal, indica un mes con precipitación normal.
• Si el día presenta una temperatura inferior a lo norma es indicador de un mes con menos lluvia de lo normal.
El caso particular de las cabañuelas: Murcia
Las cabañuelas de Murcia también se fijan en el mes de agosto, que predicen el tiempo de dos maneras: ascendente y descendente, es decir, los días 2 a 12 de agosto corresponden al pronóstico climático de la primera quincena de cada mes, mientras que del 13 al 23, fase descendente o de retorno, corresponden a la segunda quincena del mismo mes.

Los días 1 y 24 de agosto son muy útiles, junto con el 24 de junio (San Juan) y sirven como llave de entrada a las predicciones, al igual que el 28 de agosto (San Agustín) también lo es, puesto que son los días en los que conviene fijarse con mayor detalle dada la cantidad de datos que pueden aportar como complemento: viento y lluvias, muy válidos a la hora de hacer las previsiones con mayor aproximación.