
Las algas marinas, en este caso las macroalgas, son parte integral de la ecología y el entorno de nuestras costas. Durante siglos, las zonas agrícolas cercanas a estas áreas costeras fueron abonadas con algas marinas por ser fuente valiosa de materia orgánica para diversos tipos de suelo y para diferentes cultivos.
- Una breve reseña histórica.
- Qué son las algas.
- Distribución de las macroalgas en el mar.
- Ecología de las macroalgas marinas bentónicas.
- Clasificación de las macroalgas marinas bentónicas.
- Principales divisiones de las macroalgas marinas bentónicas.
a. Chlorophyta o algas verdes.
b. Phaeophyta o algas pardas.
c. Rodophyta o algas rojas. - Usos de las macroalgas marinas bentónicas.
a. Alimentación humana.
b. Hidrocoloides.
c. Alimentación animal.
d. Farmacia.
e. Agricultura.
Una breve reseña histórica.
Las primeras referencias del uso de las algas son como abono y alimento para ganado y datan de China en el año 2700 a. c. Alrededor del año 700 a.c. hay documentos que indican como ciertas especies de algas (Gelidium, Porphyra y laminaria) eran usadas en Japón como moneda de pago al emperador y como otras especies eran usadas como sustento de la población. práctico y económico. Dioscórides (médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia, que practicó la medicina en Roma) y Plinio (escritor y militar romano del siglo I) hablan de ellas su Materia médica y en su Historia Natural, respectivamente, atribuyéndoles propiedades beneficiosas para el hombre. Así mismo cuando los españoles llegamos a América descubrimos como los Aztecas usan el alga Espirulina también como moneda de cambio, incorporándola a su alimentación como suplemento de proteína. Su uso se extiende a Europa a partir del siglo XII.
Los primeros cultivos inducidos de algas marinas datan de 1700 (CL-LAPMAN & CHAPMAN 1980) y tenían lugar en la bahía de Tokio. Pero no fue hasta la década de 1950 cuando empezaron a conocerse bien los ciclos vitales de las macroalgas marinas y pudieron introducirse mejoras sustanciales en los cultivos masivos. En la actualidad la Biotecnología de las macroalgas marinas se encuentra bien desarrollada en Asia (Japón, China, Indonesia, Taiwán, Filipinas) y relativamente en otras áreas del globo (Chile, Brasil, Francia, Inglaterra, México y USA). La industria de las algas marinas ofrece una amplia variedad de productos y el valor total anual de dicha industria se estima entre 5.500 y 6 000 millones de dólares EE.UU. De ese total, a los productos alimenticios para consumo humano le corresponde un valor aproximado de 5.000 millones de dólares. Las sustancias que se extraen de las algas, los hidrocoloides, representan una gran parte de los restantes miles de millones de dólares, mientras que el resto corresponde a diversos usos menores, como fertilizantes y aditivos para piensos. La industria utiliza de 7.500 a 8.000 millones de toneladas de algas húmedas al año que se recogen o bien del ambiente natural (silvestres) o bien de cultivos (cultivadas). El cultivo de algas ha crecido rápidamente al superar la demanda a la oferta disponible de recursos naturales. La recolección comercial se realiza en unos 35 países esparcidos entre los hemisferios norte y sur, en aguas que varían de frías, hasta tropicales, pasando por templadas.
Qué son las algas.
La ficología es la rama de la biología que estudia las algas. Harvey, en el año 1836, clasificó estos organismos basándose en la composición de sus pigmentos: predominantemente son de color verde como consecuencia de la presencia de clorofila, pero estos organismos contienen además otros tipos de pigmentos lo que hace que muchas de ellas presenten también coloraciones rojizas, azuladas, pardas y hasta ennegrecidas, debido al enmascaramiento del color verde de la clorofila por estos pigmentos accesorios. Pero la diversidad de algas no está solamente dada por su aspecto externo sino también por sus características bioquímicas y fisiológicas, así como por su variabilidad genética y fenotípica que se manifiesta claramente en la gran capacidad de colonizar ambientes muy diversos.
Las algas son un grupo de plantas talofitas (organismos que no presentan tejidos ni el conjunto de órganos característico de las plantas vasculares, es decir, que no tienen tallos, raíces y hojas), unicelulares o pluricelulares, que viven preferentemente en el agua, tanto dulce como marina, y que en general están provistas de clorofila, acompañada en ocasiones de otros pigmentos de colores variados que pueden enmascarar a esta. Poseen una estructura simple llamada talo en lugar de raíz, tallo y hojas o tejido vascular, ya que al vivir dentro del agua no necesitan de esos órganos para absorberla. Pertenecen al reino Protista, es decir, aquel que agrupa a los organismos que no pueden ser considerados como animales, plantas, hongos o bacterias. Y es que, aunque son popularmente conocidas como las «plantas del mar», no se puede identificar a las algas con los vegetales, ya que no presentan todas sus características y funciones. Son organismos principalmente formados por células eucariotas, es decir presentan núcleo delimitado por una doble membrana, mitocondrias, cloroplastos, retículo endoplásmico, complejo de Golgi y lisosomas. Pertenecen al grupo de los denominados organismos con metabolismo autótrofo: generan materia orgánica a partir de materia inorgánica utilizando la energía de la luz (fotosíntesis), sin embargo, existen grupos de algas que presentan también una forma de nutrición heterótrofa y otras presentan un tipo de nutrición mezcla de autotrofía y heterotrofía, la cual se denomina mixotrofía, y a los organismos que la presentan se les denomina mixótrofos. Su reproducción puede ser asexual, por esporas, bipartición o segmentación, y sexual a través de gametos masculino y femenino. Existen más de 30.000 especies conocidas de algas, desde las microscópicas hasta las que alcanzan más de 50 m de longitud y desempeñan un papel ecológico importante como productores primarios de los ecosistemas donde habitan, siendo probablemente las responsables de más del 50% de la producción primaria de todo el planeta y las responsables de la fijación del CO2, mediante la fotosíntesis, eliminando como residuo O2, evitando el calentamiento del planeta.


Distribución de las macroalgas en el mar.
Distingamos en este punto entre alga planctónica y alga bentónica; las primeras son aquellas que viven libres en la columna de agua moviéndose a merced de las corrientes marinas y principalmente nos referiremos a las microalgas. Las segundas son aquellas que viven ancladas a las rocas, arrecifes y fondo marino; estás serán el objeto de este artículo. Las algas marinas bentónicas son organismos de gran relevancia debido principalmente al papel que desempeñan como productores primarios y muy especialmente por su importancia ecológica, económica y social. Estos organismos están influenciados por la acción conjunta de diversos factores bióticos y abióticos. Estos factores, unidos al tipo de sustrato, hacen que presenten variaciones en el espacio y en el tiempo tanto en diversidad como en cantidad. En función del tipo de ambiente y del sustrato soporte las algas se pueden distribuir:
• De forma zonada; las diversas especies se distribuyen ordenadamente a lo largo del intermareal rocoso (zona de marea) en función de la adaptación de cada especie a colonizar los distintos niveles.
• De forma irregular; ocurre en los arrecifes debido a lo heterogéneo de su orografía. En estos ambientes es difícil la visualización de patrones definidos u ordenados de distribución.
Es en el intermareal rocoso, debido a su fácil acceso, es donde hemos podido definir patrones de colonización en los distintos niveles verticales en función de la adaptabilidad de las distintas especies a los distintos gradientes físicos, químicos y biológicos y el resultado es la zonación; la zonación de las macroalgas es la adaptación a un ecosistema cambiante donde buscan situarse en las mejores condiciones posibles en función de su particular modo de vida; se pueden reconocer entonces, comunidades de la zona intermareal superior, media e inferior, de acuerdo a las posibilidades de sobrevivir y perdurar en ellas.

• Comunidades de macroalgas de la zona intermareal superior (supralitoral); son aquellas que menos contacto tienen con las aguas ya que solo son afectadas por el mar cuando hay temporal y por acción de los vientos. No es el entorno ideal por lo que la diversidad de especies es baja.
• Comunidades de macroalgas de la zona intermareal media (mesolitoral); es la zona directamente afectada por las mareas (pleamar y bajamar) y es la zona de más biodiversidad.
• Comunidades de macroalgas de la zona intermareal inferior (infralitoral); aquí las especies están permanentemente sumergidas por lo que las condiciones de vida son más estables. Es una zona muy favorable para la vida.
El concepto de distribución zonada de las comunidades de algas es muy importante ya que es un hecho que implica selección de la zona por cada grupo algas a sus propias necesidades vitales ya que no todos los seres marinos pueden soportar fácilmente cambios tan fuertes en las condiciones de su entorno. Esto determina las propiedades bioquímicas, entre otras.
Ecología de las macroalgas marinas bentónicas.
Los distintos grupos de macroalgas bentónicas están adaptados para desarrollarse bajo distintas condiciones del medio y por esa razón pueden sobrevivir en los ambientes más rigurosos. Entre los factores ambientales que influyen en los ciclos de vida de las macroalgas marinas bentónicas están la luz, la temperatura del agua, la salinidad, la latitud, los nutrientes disueltos (nitrógeno total, suma de nitratos, nitritos y amonio disueltos además de los fosfatos), el tipo de sustrato, la altura de olas, la profundidad, la sedimentación, la pluviometría, la altura de marea, el pH del agua, la velocidad del viento, el movimiento del agua y el porcentaje de cobertura del fondo por arena. Ampliamos nuestros conocimientos sobre jardinería.
Vamos a referirnos brevemente a cada uno de ellos:
• Luz: es de fundamental importancia como fuente de energía para la fotosíntesis. La incidencia sobre las algas, tanto de la intensidad, como de la calidad de la luz, como de la duración del fotoperiodo (horas luz al día) varían con la profundidad y latitud a la que se desarrollan, como también la hora del día y la estación del año. Sin embargo, el factor que más influencia parece tener en los ciclos de vida de las macroalgas marinas bentónicas es el fotoperiodo, pudiendo existir algas que inducen su reproducción en días cortos o largos. En cuanto a la calidad de la luz, algunas Laminariales necesitan una cantidad mínima de luz azul para que ocurra su reproducción
• Temperatura del agua: al igual que la luz, la temperatura limita la distribución de muchas especies y determina su área de distribución. La temperatura (calor) controla el índice del metabolismo de la planta que alternadamente determina la cantidad de fotosíntesis que puede ocurrir. La mayoría de la actividad metabólica biológica en el océano ocurre entre 0 y 27 ºC. Hay poca actividad sobre o debajo de este rango. Las temperaturas óptimas para la productividad coinciden están entre 15 y 20 ºC, que coincide con la temperatura óptica para la fotosíntesis.
• Salinidad: este factor está determinado por la presencia de diferentes sales que actúan en forma compleja sobre la fisiología de las macroalgas. Las especies de la zona intermareal media pueden resistir salinidades del 3 al 100 ‰, mientras que las de la zona intermareal inferior soportan exposiciones breves a salinidades del 15 al 45 ‰. Sin embargo, el estrés salino, al provocar una alteración del balance iónico interno debido a la necesidad de la acumulación de osmolitos orgánicos para regular la presión osmótica en detrimento de la formación de sustancias requeridas para el desarrollo celular, afecta el metabolismo global del vegetal y por ende a su crecimiento.
• Latitud: las algas de las zonas tropicales tienen más ciclos reproductivos anuales que las de zonas más frías.
• Nutrientes minerales: Los macronutrientes son aquellos nutrientes que se encuentran en el agua de mar en concentraciones superiores a 0, 02 mmol/Kg. Los micronutrientes se encuentran en concentraciones desde 0,5 x 10-6 mmol/Kg. Además de hidrógeno, oxígeno y carbono, las algas precisan de una serie de elementos indispensables para su desarrollo y reproducción, como nitrógeno, hierro y fósforo, entre otros. La captación de estos iones desde el mar por las células de las algas es dependiente de las concentraciones de estos iones, del movimiento del agua, de la temperatura, de la salinidad y también de la disponibilidad de ellos en los tejidos del alga. Las algas pueden almacenar estos nutrientes en sus células y utilizarlos de acuerdo a los requerimientos que ellas tengan.
• Tipo de sustrato: más de la mitad de las especies se desarrollan en sustrato rocoso de la zona intermareal media. La mayoría de especies prefieren los sustratos calcáreos, aunque otras, como ulva prefieren sustratos basálticos; de cualquiera de las formas las especies que prefieren este sustrato son especies adaptadas a los golpes de mar. Un 30% de las especies prefieren los sustratos de guijarros, piedras redondas (4 a 64 mm) producidas por el desgaste de rocas de mayor tamaño y cuyas rugosidades permiten la adhesión de las macroalgas (sobre todo especies de rápido crecimiento), pero aquí las algas se encuentran principalmente del lado de sotavento, es decir, en zonas someras y protegidas del oleaje. Solo menos de un 20 % se desarrollan en arena (partículas de <0,62 mm de diámetro) ya que no es un sustrato muy apropiado.
• Altura de las olas: el viento es responsable de la generación del oleaje que se desplaza sobre la superficie del agua y que juega un rol muy importante en la modificación de la línea de costa. El ambiente idóneo para las macroalgas bentónicas es aquel que genera olas altas y de fuerte pendiente; esto alterna la sumersión y emersión (exposición aérea) producto de las fluctuaciones en el nivel del mar causadas por las mareas y el oleaje. Como estos organismos son de origen marino y de escasa movilidad en su etapa adulta, la emersión modula la exposición a condiciones fisiológicamente estresantes (temperaturas corporales extremas), mientras que la sumersión, el acceso a recursos (nutrientes, oxígeno).

• Profundidad: la zona idónea para el desarrollo de las macroalgas bentónicas esta entre el límite superior de la pleamar y el límite inferior de la zona iluminada, ya que al ser organismos fotosintéticos oxigénicos no pueden vivir sin luz. Está franja está en la mayoría de los mares entre los 20 y 60 metros de profundidad, pero en zonas como Bahamas, la luz llega hasta los 200 m de fondo.
• Sedimentación: la aportación de sedimentos al lecho marino no parece favorecer mucho el crecimiento de las macroalgas en general, salvo para las algas pardas filamentosas a las que, si favorece claramente, siempre en función del tipo de sedimento.
• La altura de marea: este es otro de los principales condicionantes de la distribución vertical de las macroalgas en el litoral marino. Durante el período de marea alta en el intermareal, la temperatura es relativamente constante y no hay problemas de desecación. El oxígeno y el dióxido de carbono están disponibles y la luz disponible es reducida, permitiendo la fotosíntesis. Los nutrientes son abundantes, la locomoción se facilita y la filtración ayuda a la alimentación de las macroalgas. No hay fluctuación osmótica o iónica. Sin embargo, al bajar la marea las fluctuaciones de la temperatura pueden ser considerables y existe el riesgo de desecación, especialmente cuando hay mareas bajas durante el medio día de los meses de verano. El oxígeno puede ser abundante pero no es utilizable. Los niveles de carbono se reducen y aumenta considerablemente la intensidad de la luz produciendo fotoinhibición de la fotosíntesis. Los problemas osmóticos y los iónicos comunes pueden llegar a ser severos, afectando la captación de nutrientes.

• El pH del agua: el pH del agua de mar tiende a ser alcalino (entorno a 8) y es el pH idóneo para el desarrollo de las macroalgas. Sin embargo y debido a las emisiones de CO2 a la atmósfera, la tendencia actual es a acidificarse.
• El movimiento del agua: en lugares de aguas calmas las láminas de las algas tienden a ser más anchas y de menor espesor, mientras que en sectores con mayor movimiento de agua las láminas tienen más espesor y son menos anchas (menos superficie). Estos cambios morfológicos van acompañados con cambios bio-químicos en la configuración molecular del ácido algínico que se ubica en las paredes celulares.
Principales divisiones de las macroalgas marinas bentónicas.
Las algas marinas bentónicas pertenecen a tres divisiones que se diferencian principalmente por el tipo de pigmentos predominantes, según sean estos verdes, pardos o rojos.
- División Clorophyta o algas verdes.
Son el grupo más numeroso de algas; existen cerca de 500 géneros y aproximadamente 8000 especies de estas algas distribuidas en 4 clases: Micromonadophyceae, Charophyceae, Ulvophyceae y Chlorophyceae. El nombre de algas verdes se debe al color que predomina en los representantes de este grupo. Los pigmentos que presentan son la clorofila a, b, beta-caroteno, luteina, violaxantina y zeaxantina, conjunto de pigmentos muy semejantes al que poseen las plantas vasculares.

La presencia de una estructura en el cloroplasto conocida como pirenoide es importante para determinar si un alga pertenece a este grupo (aunque no es el único grupo de algas que la presenta); en esta estructura se forma una enzima involucrada en la síntesis del almidón, principal sustancia de reserva, que es también semejante al encontrado en plantas vasculares, aunque algunas clorofíceas también almacenan lípidos (ácidos grasos insaturados líquidos). La pared celular está formada por celulosa.

Pueden reproducirse asexualmente (fisión binaria, partición y esporas) o sexualmente por gametos flagelados.
Pueden colonizar un amplio rango de ambientes, aunque el 90% son microalgas planctónicas de agua dulce. Las clorofíceas bentónicas son principalmente de mares tropicales.
Entre los principales géneros destacan Ulva, Enteromorpha, Monostroma, Bryopsis, Codium, Chaetomorpha, Cladophora y Rhyzoclonium y entre las especies más conocidas están las llamadas “lechugas de mar”, algas del género Ulva (ulva Lactuca).
- División Phaeophyta o algas pardas.
Principalmente de aguas marinas, las formas más simples de esta familia de algas son pluricelulares microscópicas y de hábitos epífitos (que crece sobre otro objeto usándolo solamente como soporte, no lo parasita nutricionalmente; es solo una parasitosis mecánica). Las más complejas son de hábitos bentónicos (aunque sargassum es una macroalga planctónica), y son conocidas como kelps, pudiendo llegar a medir hasta cerca de los 60 m de largo (Macrocystis) gustan do de aguas frías y con corrientes; en aguas claras pueden llegar a vivir a grandes profundidades. En la actualidad se han descrito cerca de 250 géneros y 1500-2000 especies de algas pardas siendo los órdenes más importantes las ectocarpales (Ectocarpus), bangiaceales (porphyra), alariaceales (Undaria), durvillaeales (Durvillaea), laminariales (Laminaria y Saccharina) y fucales (Ascophyllum, Fucus y Sargassum).
Macrocystis pyrifera

La pared celular está formada por una capa interna de celulosa y otra externa compuesta principalmente por ácido algínico y fucoidina, ambos polisacáridos. El ácido algínico puede ser encontrado combinado con iones de calcio, magnesio y hierro, formando alginatos (sales). Como pigmentos presentan clorofila a y clorofila c2, y entre los pigmentos accesorios el más común es el beta – caroteno, en tanto que entre las Xantofilas la más frecuente es la fucoxantina. Los pirenoides solo aparecen en los órdenes más primitivos.
Como productos de reserva estas algas acumulan polisacáridos
del tipo laminarina y manitol, que se acumula en el citoplasma.
Su reproducción puede ser sexual, por gametos o vegetativa; este último sistema consiste en que, tras cada generación, se cambia el tipo de reproducción, de modo que a una fase de reproducción sexual por gametos le sigue una fase de reproducción asexual por esporas, y así sucesivamente.
- División Rodophyta o algas rojas.
La mayoría de este tipo de algas es multicelular y mas en concreto, de morfología filamentosa. Las algas rojas viven en la zona intermareal, y en niveles sumergidos en algunos casos bajo los 40-50 m en lugares de aguas claras. Forman praderas extensas. En este grupo de algas la pared celular está constituida básicamente por dos partes, una interna y rígida, formada por microfibrillas de celulosa (en la mayoría de las algas rojas) y otra más externa, mucilaginosa, formada por polisacáridos como el agar o carragenano. La composición pigmetaria se caracteriza por la presencia de clorofila a y d y como pigmentos accesorios por la presencia de carotenoides (principalmente beta caroteno) y de ficobiliproteínas. La principal sustancia de reserva en este grupo, es el almidón de florideas (carbohidrato y polisacárido alfa glucano, formado por un tipo de amilopectina, producto de la fotosíntesis en las algas rojas), que es casi siempre almacenado en el citoplasma ya que carecen de pirenoides. La reproducción puede ser sexual por gametos o asexual (vegetativa por fragmentación del talo o por esporas). Principalmente son algas marinas bentónicas pudiendo vivir a grandes profundidades en aguas limpias, aunque existen algunas especies de agua dulce.

Estas algas son de alto interés comercial gracias a que son productoras de ficocoloides, productos de amplia aplicación en la industria química y de la alimentación, el agar y los carragenanos. También son usadas en alimentación humana.
Composición química de las macroalgas.
La composición química de las algas, al igual que las de las plantas, está muy relacionada con su localización y las condiciones del lugar donde crecen, dependiendo fuertemente de la disponibilidad de nutrientes, luz, salinidad, profundidad, presencia de corrientes de agua dulce y por supuesto, contaminación o contenido en metales pesados del agua. En las algas, se han identificado fitohormonas y reguladores del crecimiento (citoquininas, auxinas, giberelinas, betaínas, ácido abscísico y brasinoesteroides) , polisacáridos matriciales y de reserva (alginatos, carragenatos, agar, ulvanos, mucopolisacáridos y sus oligosacáridos, fucoidano, laminarano, almidón y fluroideo), oligosacáridos, biotoxinas y compuestos antioxidantes (polifenoles, bromofenoles, flavonoides, polímeros de fluoroglucinol, ésteres gálicos, cumarinas, flavononas, fluorotaninos, protoantocianidinas oligoméricas, diterpenos y monoterpenos polihalogenados, cetonas halogenadas y compuestos isoprenoides) ,clorofilas y carotenos , xantofilas , minerales (hierro, calcio, magnesio, fósforo, iodo, nitrógeno, potasio, bario, boro, cobalto, cobre, magnesio, manganeso, molibdeno, níquel y zinc), materia orgánica, manitol, vitaminas, aminoácidos y proteínas ácidos algínicos, fúlvicos y otros ácidos orgánicos (palmítico, butírico, oleico, linoleico, enzimas, esterol y fucosterol. Esta rica composición es la responsable de los efectos beneficiosos que su aplicación provoca en las plantas, debido al papel que juegan muchos de estos compuestos
en los diversos procesos fisiológicos de las mismas.
Usos de las macroalgas marinas bentónicas.
Las algas bentónicas han sido aprovechadas durante siglos por algunos pueblos, principalmente del lejano oriente, y en la actualidad son la base de un gran negocio global, dirigido principalmente hacia dos vertientes, el aprovechamiento de especies comestibles y la extracción de geles o ficocoloides, los cuales son insustituibles en las sociedades actuales.
Entre los usos tenemos de los más variados:
a-. Alimentación humana.
• Fucus es muy usado para adelgazar en reposo ya que acelera el metabolismo basal.

• Porphyra, la famosa alga nori, tan consumida en el sudeste asiático.

• Saccharina, que es el alga Kombu.

• Undaria, o wakame.

b-. Hidrocoloides. Debido a que como ya sabemos este tipo de algas prefiere las aguas turbulentas, sus paredes celulares contienen polisacáridos de cadena larga que permiten al alga adaptarse a los movimientos del mar. El término hidrocoloide es análogo al de ficocoloide en las plantas terrestres y tienen la misma función, que es soportar el viento y otras acciones que podrían partir el tallo.
Las algas constituyen una fuente muy valiosa y variada de polisacáridos aniónicos activos frente a virus. Estas macromoléculas están compuestas por sulfatos y/o ácidos urónicos que contribuyen a esta propiedad aniónica, que es determinante en su potencial antiviral.
• Alginato. Todas las algas pardas contienen alginato, un polisacárido ácido aniónico, pero hay grandes diferencias en la cantidad y calidad del alginato presente. Un alga comercial debe contener en torno al 20 por ciento de su peso en seco de alginato. La calidad del alginato se basa en la viscosidad que producirá disuelto en agua al uno por ciento; cuanto mayor es la viscosidad mayor se considera la calidad. Las algas pardas que crecen en aguas frías suelen producir un alginato de buena calidad, mientras que las que crecen en aguas entre templadas y tropicales producen a menudo un alginato de poca viscosidad. Comercialmente los alginatos son extraídos principalmente desde los órdenes Fucales y Laminariales, destacándose los géneros Macrocystis, Lessonia y Laminaria (Laminaria hyperborea, Laminaria digitata, Laminaria japonica, Ascophyllum nodosum y Macrocystis pyrifera). Además, algunas especies de estos géneros son usadas para observar sus propiedades de viscosidad, producción de geles y como estabilizantes de productos químicos. Los alginatos se utilizan como espesantes de alimentos y productos farmacéuticos y en la estampación de tejidos. Si se añade una sal de calcio a una disolución de alginato sódico, se forma un gel, y esta propiedad tiene aplicaciones en la industria alimentaria y en otras ramas de producción. También se puede obtener alginato cálcico en forma de fibras que se utilizan para fabricar vendajes quirúrgicos. Todas las materias primas para la producción de alginato son algas marinas silvestres, a excepción de algunas utilizadas en China donde los excedentes de Laminaria japonica, cultivada con fines alimentarios, se utilizan para extraer alginato.
• Fucanos. Los géneros como Fucus y Ascophyllum, presentan fucano, un heteropolímero formado principalmente por fucosa. Los fucanos son un tipo de polisacáridos sulfatados, cuyo peso molecular es elevado. Estos polisacáridos se encuentran formando parte de los tejidos intercelulares o de la matriz mucilaginosa de las algas pardas. La estructura de estos fucanos varía en función de la especie del alga y son unos polisacáridos que poseen un amplio espectro de actividades biológicas, siendo usados en medicamentos antivirales.
• Laminarina. es uno de los polisacáridos más abundantes en gran variedad de algas pardas como Fucus vesiculosus, Saccharina longicruris, y Ascophyllum nodosum. Existen dos tipos de laminaria, en función de la composición de sus cadenas: una está compuesta de residuos de glucosa y la otra tiene en su extremo residuos de D-manitol.
• Carragenanos. Los carragenanos, son polisacáridos sulfatados aniónicos naturales, que aparecen en grandes cantidades en ciertas algas rojas, con una función estructural similar a la de la celulosa en las plantas. Existen tres tipos principales de carragenanos en función de la localización de los grupos sulfato y de la existencia de un resto azucarado (3, 6 anhidrogalactopiranosa): ι-carragenanos, κ- carragenanos, y λ- carragenanos. Su valor comercial está en su propiedad gelificante o la suspensión de agentes en solución. Estas macromoléculas producen un estado de gel por la formación de estructuras terciarias dispuestas de manera espiral, o en rollos como hélices ampliamente estabilizadas por puentes de hidrogeno unidas a través de O-6 y O-2, de las unidades complementarias de D-galactosa. Los carragenanos están presentes en los géneros Chondrus, Gigartina, Euchema, Hypnea e lridaea relacionados taxonómicamente con la familia Gigartinaceae; Kappaphycus alvarezii (también llamada cottonii) y Eucheuma denticulatum (spinosum), son actualmente las principales materias primas utilizadas para producir carragenina.
• Agaranos. Los agaranos comúnmente conocidos como agar – agar, son coloides hidrofílicos que forman parte de la familia de galactanos, y son extraídos desde algunas algas rojas. Los agaranos se extraen principalmente de la familia Gracilariacea (Gracilaria) y Gelidiaceae (Gelidium), entre los géneros explotados podemos nombrar: Gelidium, Gracilaria, Pterocladia, Acanthopeltis y Ceramium. Se caracterizan por ser los mayores agentes formadores de geles y su gelificación es detectada a muy bajas concentraciones. Se ubican en la matriz intercelular, formando parte de la pared celular, la que está constituida esencialmente por fibras de celulosa entre mezclada con polisacáridos entre los que se encuentran los agaranos. El agar es insoluble en agua fría pero soluble en agua caliente. En bajas concentraciones (menos del 20 %) forma un gel firme a 35- 43° C, el cual solo retorna a su estado soluble a temperaturas elevadas (aproximadamente 85° C) lo cual lo hace comercialmente interesante. El agar de mejor calidad (gel más concentrado) es el derivado de Gelidium, pero sólo puede obtenerse de especies silvestres; se trata de un alga pequeña que crece lentamente, y los intentos de cultivarla no han sido comercialmente viables. Las especies de Gracilaria son algas de mayor tamaño y se han cultivado con éxito, por lo que en la actualidad constituyen la principal fuente de agar
• Galactanos. Los principales polisacáridos extracelulares de las algas rojas se conocen como galactanos sulfatados.
• Manitol. Es uno de los componentes naturales presente en el extracto de algas, se trata de un polialcohol que actúa como un osmoprotector, protege a las células vegetales de los efectos negativos derivados del estrés hídrico o salino. Está presente en grandes cantidades en extractos fríos de Ascophyllum nodosum.
c.-Alimentación animal. El uso más frecuente de algas para alimentación animal se hace en Europa; especialmente se utilizan con tal fin las algas pardas Fucales y Laminariales. La adición de yodo debe ser controlada muy estrictamente, ya que, en algunos animales, como los caballos, por ejemplo, el óptimo se encuentra encuadrado en límites estrechos, pudiendo ser perjudicial el exceso de este elemento; 100 gramos diarios de algas sería la cantidad correcta en la ración de los equinos. En ovino se debe tener en cuenta que el alto contenido mineral de las algas, especialmente potasio, sodio y cloro, puede producir trastornos digestivos en los animales. El agregado de algas parece ser beneficioso para la calidad de la leche y cantidad de esperma, probablemente por el contenido en vitamina E, o también en la acción del yodo orgánico sobre la tiroides. Un campo adicional de utilización de algas en alimentación animal ha sido abierto por el gran desarrollo de la acuicultura de animales marinos. Algunos organismos marinos pueden ser criados en base a alimentación directa con algas frescas, como los erizos aprovechados por sus gónadas en Japón y Chile y los abalones de amplia aceptación en el mercado internacional. Las dietas de animales de criadero para cueros, como nutrias y zorros, son homogeneizadas con alginatos crudos; así como algunas comidas para peces, a las que se agregan alginatos en concentración del 1 al 2 %. Una alternativa a esta utilización de los alginatos es la adición de algas pardas finamente molidas, lo cual puede resultar más económico.
4.- Farmacia. Unas 80 especies de algas marinas estarían en uso corriente en Oriente por sus propiedades vermífugas, anticoagulantes y antilipémicas. En Chile, los indios de los Andes utilizan algas para combatir el bocio. Un exceso de yodo por consumo exagerado de algas puede producir un efecto similar al bocio. Existen algunos indicios acerca de la acción antitumoral de algas pardas marinas. En nuestro país se ha trabajado en los efectos de extractos de algas sobre varios tipos de tejido tumorales con este objetivo. Se conoce los efectos beneficiosos de los extractos de algas verdes, rojas y pardas para bajar el colesterol. También se han obtenido resultados positivos para estabilizar la presión sanguínea y sobre actividad antibiótica y antiviral. La laminarina y el ácido algínico tienen habilidad para capturar ciertas substancias radiactivas, tales como el estroncio 90, evitando su absorción. Son bastante difundidas en la actualidad las aplicaciones de las algas en dermatología, como cicatrizantes y antiseborreicas; para el tratamiento de lepra, como anticuagulantes y como componentes de dietas para adelgazar. También se ha difundidos su uso en talasoterapia, o sea el uso terapéutico de los baños de mar, probablemente por sus propiedades desinflamantes y suavizantes de la piel.
d.-Agricultura. El incremento en el uso de productos biológicos surge de la necesidad de una agricultura sostenible compatible con la conservación del medioambiente y de una creciente demanda por parte de los consumidores de productos orgánicos y las algas, junto con los aminoácidos, supone una de las opciones más viables para conseguir estos fines. Estos extractos son productos biodegradables y de baja o nula toxicidad para animales y humanos. En las épocas en que las algas salen a la costa en grandes cantidades pueden ser agregadas sin secarlas previamente; se descomponen rápidamente y deben ser enterradas, porque al no tener fibras en cantidad comparable a otros vegetales, no sirven para formar “compost”, pues se gelatinizan. Pueden, también, agregarse posteriormente al “compost”; hasta 30.000 kilogramos de alga fresca por hectárea. En algunos suelos de tipo ácido es conveniente el agregado de algas coralináceas, las que se denominan en Europa “maerl”.
Los géneros más usados en agricultura son las algas pardas (Ascophyllum nodosum y Eklonia máxima), seguidas de las algas verdes (Ulva sp.) y por último las rojas.

Los efectos que se logran con los extractos de algas, dependen en gran medida del efecto sinérgico de la acción de todos sus componentes, no pudiendo aislar el efecto por sí sólo de cada uno de los principios activos. Estos efectos se logran con concentraciones bajas de los extractos, llegando a utilizar proporciones de 1:1000. Estos efectos, también van a depender de la forma en que sean aplicados estos extractos, pudiendo ser aplicados directamente al suelo, mediante aspersión foliar, por peletización a las semillas, tratamiento post-cosecha o por la combinación de algunos de ellos, siendo la combinación del tratamiento del suelo y la aspersión foliar el modo de aplicación más utilizado. En esta última combinación, se enriquece el suelo con algunos componentes necesarios para lograr una adecuada germinación de las semillas y emergencia de las plantas, así como un mejor crecimiento inicial de las mismas y luego, la aplicación foliar beneficiará tanto el desarrollo vegetativo como reproductivo de las plantas, lo cual se puede traducir en una estimulación del rendimiento y una mejor calidad de la cosecha. Entre los efectos de las algas y sus extractos, se encuentran:
• La estimulación de la germinación de las semillas.
• Inducción al crecimiento de las plantas a la floración y retrasar la senescencia.
• Estimulan el crecimiento de las raíces, adelantan la maduración de los frutos, aumentan la tolerancia de las plantas a estrés abiótico como la salinidad, sequía, altas temperaturas y heladas y poseen efectos fortificantes.
• Actúan en los procesos que desencadenan los mecanismos de defensa e inmunidad de las plantas.
• Reducen la infestación por nemátodos e incrementan la resistencia a enfermedades fúngicas y bacterianas así como incrementa la resistencia al ataque de ácaros, pulgones, araña roja, mosca blanca, áfidos y nemátodos debido a la inducción a la producción de fitoalexinas.
• Ayuda a el control de diversos tipos de hongos, ya que las plantas tratadas aumentan su resistencia a enfermedades causadas por Fusarium sp., Botrytis sp., y Alternaria sp.
• Sus enzimas activan reacciones de hidrólisis enzimáticas catalíticas reversibles.
• Hidratan y reestructuran el suelo.
• A diferencia de los fertilizantes químicos, las algas liberan más lentamente el nitrógeno y son ricas en macro y microelementos
• Se emplean para reducir la cantidad de sodio intercambiable, lo que conduce a la recuperaciónde los suelos sódicos.
• Hay que destacar el efecto de las algas en diversos procesos fisiológicos de las plantas, tales
• Incrementa la tasa fotosintética neta y la movilización de nutrientes hacia los órganos vegetativos.
• Promueven la diversidad y acción microbiana en el suelo creando así un medio adecuado para el desarrollo radical de las plantas.
• Incrementan la tasa de asimilación del CO2 y reducen la tasa de evapotranspiración, lo que significa un incremento de la eficiencia del uso de agua y en la mejora de los frutos.
• Aumentan la liberación de parte del nitrógeno fijado y la solubilidad del fósforo insoluble.
Super interesante el articulo!!!