¿Cuándo hemos visto a un gato o a un perro acudir a una farmacia? Nuestros antepasados descubrieron las propiedades medicinales de las plantas observando como los animales hacían uso de ellas para curar sus males.

Una dieta saludable, aparte de buscar una larga vida, busca sobre todo que el tiempo que estemos en este mundo sea de la máxima calidad

Carlos Rodríguez Orta 2022

Las plantas medicinales: introducción a la fitoterapia

Un poco de historia

¿Qué hacemos mal?

Cultivo tradicional o cultivo ecológico

Uso de la fitoterapia

Un poco de historia sobre las plantas medicinales

Desde los albores de la humanidad las plantas han estado ligadas al hombre no solo como alimento, sino como remedio contra trastornos y enfermedades de diverso origen y esto lo desarrollaron a partir de observar qué plantas consumían los animales y no solamente los herbívoros, sino sobre todo los carnívoros. Existen multitud de especies botánicas usadas por sus propiedades terapéuticas; desde que el hombre tiene uso de razón se han usado con fines terapéuticos más de 70.000 especies de plantas.

De hecho, los animales que no están estabulados (vacas, cerdos, cabras y ovejas, por nombrar algunos) padecen muchas menos enfermedades que aquellos que están estabulados y la respuesta es que un animal libre puede elegir en un momento determinado que hierbas le vienen mejor.

Cualquier trastorno que pueda afectarnos no tiene una única causa sino varias actuando conjuntamente y nuestra misión si queremos tener la máxima calidad de vida es conocer las causas que nos producen esos trastornos. ¡A ver, no me mal interpretéis!, ni se me ha pasado por la cabeza hacer campaña anti-medicinas; la medicina actual es fruto del estudio de personas con una formación impresionante y lo único que digo con este artículo es que la fitoterapia puede ser un complemento a la medicina.

La naturaleza ha sido una gran aliada nuestra desde tiempos inmemoriales, pero no esperemos milagros; las plantas sirven sobre todo para reforzar la salud de manera preventiva.

Nuestra salud se debe en gran medida a las plantas medicinales
Nuestra salud

¿Qué hacemos mal?

Decía Hipócrates (médico griego nacido en el 450 AC) que “la salud es un estado de armonía entre múltiples fuerzas en un perfecto equilibrio y la enfermedad no es más que un proceso de restablecer el equilibrio cuando este ha sido perturbado por alguna causa”. La mayoría de los trastornos que nos suceden a lo largo de la vida son fruto de malos hábitos de vida desarrollados durante largos periodos de tiempo, como malos hábitos alimenticios, dormir mal, el sedentarismo, el estrés, el tabaco y el alcohol.

Las sustancias tóxicas se van acumulando en nuestros tejidos grasos; las plantas medicinales están especialmente indicadas para desintoxicar nuestro organismo de todas las toxinas acumuladas. La Organización Mundial de la Salud afirma que, consumiendo de tres a cinco piezas de frutas al día y 500 gramos de hortalizas y verduras, a poder ser de las de color verde oscuro, evitaríamos el 70% de los cánceres y obtendríamos de 9 a 10 años más de vida media.

Cultivo tradicional o cultivo ecológico

Hoy en día existe la creencia de que las plantas procedentes de cultivo ecológico son más sanas que las procedentes de cultivo tradicional con fertilizantes minerales y aquí tengo yo algo que decir como ingeniero agrónomo; una planta para vivir necesita crear proteínas y las proteínas se forman uniendo aminoácidos y estos aminoácidos proceden de las diversas formas de aportar nitrógeno a las plantas, bien en forma nítrica, amoniacal o ureica. Una vez absorbido el nitrógeno en cualquiera de sus formas la planta mediante una serie de reacciones químicas que veremos en otro artículo, lo trasforma en aminoácidos.

Hoy en día existe la posibilidad de aportar aminoácidos directamente a la planta procedentes de diversas formas de hidrólisis de proteína animal o vegetal. El problema de cultivar con fertilizantes minerales es que a veces no damos tiempo a que la planta procese las distintas formas de nitrógeno como el nitrito (NH2) que es lo que nos provoca trastornos. Si nosotros dejamos un tiempo prudencial desde la última vez que se aportan fertilizantes químicos hasta la recolección de nuestra verdura los iones absorbidos habrán sido transformados en aminoácidos y esa verdura será perfectamente consumible.

El problema es que a veces la agricultura intensiva no contempla este aspecto debido a que en una empresa agrícola el objetivo es maximizar beneficios y si un producto en un momento determinado tiene un precio interesante hay que cortar y vender.

Es una tontería el pensar que al ritmo que crece la población mundial la solución a la hambruna está en la agricultura ecológica y no es así; la solución está en una agricultura responsable y sostenible que aporte las cantidades de nutrientes necesarios para la planta en el momento preciso para evitar percolaciones de nutrientes a los acuíferos y cosechar cuando se tiene que cosechar.

Plantas medicinales como el cánnabis

El uso de la fitoterapia

Las plantas, aparte de sintetizar las moléculas que necesitan para su ciclo vital (metabolismo primario) sintetizan sustancias para auto protegerse de afecciones externas (metabolismo secundario). Cuanto más agresivo sea el entorno con la planta más evolucionados estarán los mecanismos de síntesis de estas sustancias fitoprotectoras y son algunas de estas sustancias las que hacen que las plantas sean denominadas “plantas medicinales” de ahí que cuanto más natural sea un cultivo y menos mimadas estén las plantas, mayor será el contenido en aquellas sustancias que buscamos.

Pero cada planta requiere ser usada de una manera determinada para sacar el máximo partido a sus sustancias beneficiosas y estas son.

  • Ingestión. Es la forma más sencilla de consumirlas, pero debemos tener en cuenta que la mayoría de las sustancias fitoprotectoras suelen tener sabores y olores desagradables, aparte de que muchas de estas plantas suelen tener texturas difíciles.
  • Infusión. Es la más usual y consiste en hervir agua y una vez hervida añadirla inmediatamente sobre plantas frescas o secas troceadas. Las infusiones están recomendadas para flores y hojas jóvenes, pero no para cortezas, tallos y partes más fibrosas de las plantas.
  • Decocción. Consiste en hervir el material vegetal de 5 a 10 minutos y dejarlo reposar el mismo tiempo antes de consumirlo. Se usa con las partes más leñosas de los vegetales y se extraen más sustancias que con la infusión.
  • Secas. Es la mejor forma de conservar durante un tiempo las plantas. Se pueden secar de muchas formas, pero la más sana es al sol. Una vez secas las podemos triturar.
  • Maceración en agua. Ya que el calor destruye o altera muchas de las moléculas que buscamos en las plantas medicinales, la maceración es la forma de conservar estos inalterados. Consiste en dejar en remojo la planta troceada durante un tiempo (no más de 24 horas) en agua tibia; las sustancias hidrosolubles se difundirán al agua y beberemos ésta a lo largo del día. Si el agua es agua osmotizada mejor ya que aparte de las sustancias fitoprotectoras extraeremos minerales.
  • Maceración en aceite. Es la mejor forma de extraer los principios liposolubles de las plantas. Es un proceso que puede durar hasta un mes y requiere el uso de aceite de oliva virgen de primera prensa.
  • Tinturas. La tintura no es más que una maceración en alcohol durante un tiempo determinado y se puede usar en aplicaciones externas o bebiendo unas gotas en una infusión, decocción, etc. Por supuesto si es para beber el alcohol debe ser apto para su consumo, como el vodka. Si es para aplicaciones externas usaremos alcohol de farmacia de 96º.
  • Destilaciones. Es la mejor forma de obtener las sustancias más volátiles y los aceites esenciales. Consiste en aplicar vapor de agua a los vegetales y después condensarlo.
  • Jarabe. Trocearemos las plantas y las maceraremos en miel o azúcar durante 24 horas. Lo guardaremos en el frigorífico.
  • Inhalaciones. Se usa en afecciones respiratorias y consiste en llevar a ebullición las plantas en una olla y taparnos la cabeza con una toalla mientras respiramos el vapor de agua.