En el tiempo en el que escribo este artículo la ciencia habrá descubierto una nueva propiedad beneficiosa para nuestra salud en algún alimento: superalmientos, que tenemos a nuestro alcance en la naturaleza. Las frutas y hortalizas aparte de colores, aromas y sabores esconden otras propiedades que desconocemos. Combinando la mayor cantidad posibles de estas sustancias podemos mantener alejadas a las enfermedades, pero no debemos olvidar que cada uno de estos alimentos tienen su época idónea para que presenten la mayor cantidad de esos principios activos que estamos buscando.

1.-El ajo.

2.-La cebolla.

3.-El limón.

1.-El ajo (Allium sativum L.).

El ajo llegó a Oriente Próximo procedente de Asia central hace más de 4.000 años. Los antiguos egipcios lo usaban no solo como condimento sino como alimento por sus virtudes medicinales. Refranes como “quítale al labriego el ajo y lo conocerás en su trabajo” o “comer ajo y beber vino no es ningún desatino” lo dicen todo sobre esta planta. En la antigua Roma, Galeno, Plinio el Viejo y Dioscórides mencionan su uso como remedio para tratar la hipertensión, los parásitos intestinales, los problemas respiratorios y las alteraciones digestivas. Está demostrada su valía contra los efectos nocivos que sobre el sistema circulatorio tiene el tabaquismo, como inhibidor de la síntesis del colesterol malo (LDL) y de los triglicéridos, como vasodilatador y ralentizador del ritmo cardíaco y como ayuda contra infecciones tales como la gripe y el resfriado. Es broncodilatador y estimulador del sistema inmunitario.

La composición nutricional del ajo por cada 100 gramos es la siguiente:

Energía

135 kcal

Magnesio

400 mg

Manganeso

14 mg

Hidratos de carbono

27,5 g

Fósforo

38 mg

Selenio

0,2 mg

Proteínas

6,0 g

Hierro

1,4 mg

Vitamina B1

0,11 mg

Grasas

0,1 g

Calcio

1,6 mg

Vitamina B3

0,7 mg

Fibra

0,8 g

Potasio

14 mcg

Vitamina B6

1,25 mg

Agua

65 g

Cinc

1,15 mcg

Ácido fólico

1,7 mcg

(mg=miligramo=0,001 gramos; mcg=microgramo=0,000001 gramos).

Pero es su contenido en aliína, un aceite esencial que al entrar en contacto con la enzima aliinasa al ser masticado o machacado se hidroliza y produce alicina, la cual a su vez se transforma en un compuesto volátil llamado disulfuro de alilo; es a este compuesto al que se le atribuyen las propiedades medicinales del ajo. Pero estas propiedades medicinales desaparecen con la cocción; por ello la forma más recomendada de tomar el ajo es crudo y la dosis diaria recomendada es de 1 a tres dientes de ajo al día. Hay quien los recomienda cocidos, pero si los cocemos el vapor de agua arrastrará al disulfuro de alilo y se perderá; cuanto más tiempo de cocción más propiedades perderá. También lo podemos consumir en forma de ajiaceite o alioli recién hecho.

El inconveniente del ajo es que se difunde con mucha facilidad por todo el cuerpo trasmitiéndole su olor al aliento, al sudor y a la orina.

2.-La cebolla (Allium cepa L.).

Otro de los superalimentos es la cebolla. Oriunda de Persia donde se la consideraba una planta mágica y sagrada, servía como alimento a los constructores de las pirámides de los faraones del antiguo Egipto como así rezan las inscripciones halladas en las tumbas faraónicas; los propios faraones la incluían en las ofrendas a los dioses. La cebolla ha ocupado durante siglos un lugar de honor en la farmacología y terapéutica popular. Sus virtudes y propiedades vienen a coincidir con las del ajo, pero el compuesto volátil activo en este caso es el disulfuro de alilpropilo.

Imagen de unas cebollas: uno de los grandes superalimentos.
Imagen de unas cebollas: uno de los grandes superalimentos.

La composición nutricional de la cebolla por cada 100 gramos es la siguiente:

Energía

35 kcal

Magnesio

20 mg

Vitamina C

90 mg

Hidratos de carbono

3,5 g

Fósforo

65 mg

Vitamina B2

0,11 mg

Proteínas

2,8 g

Hierro

0,75 mg

Vitamina B3

0,6 mg

Grasas

0,3 g

Calcio

47 mg

Vitamina B6

1,25 mg

Fibra

2,5 g

Potasio

315 mcg

Vitamina A

32 mcg

Agua

90 g

Cinc

0,4 mcg

Ácido fólico

65 mcg

Tabla de composición nutricional de la cebolla

Como podemos observar, y por eso se le considera uno de los superalimentos, la cebolla está formada en su mayor parte por agua por lo que unido a su bajo contenido calórico la hace idónea para dietas de adelgazamiento. Aunque su contenido en fibra es bajo, esta es insoluble en agua por lo que ayuda a prevenir el estreñimiento.

Aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL) y reduce los de colesterol malo (LDL) por lo que evita la acumulación de grasa en la sangre y previene la arteriosclerosis, la hipertensión y los problemas circulatorios. Es broncodilatadora y estimuladora del sistema inmunitario. La quercetina, un compuesto presente en las cebollas es un antihistamínico natural por lo que su consumo previo a la primavera ayuda en los procesos alérgicos. Así mismo los compuestos azufrados y los flavonoides antioxidantes hacen que los consumidores habituales de cebolla presenten una menor incidencia en ciertas variedades de cánceres.

Con lo que nos gusta cocinar, también, los superalimentos se pueden preparar de distintas formas para tomar sus beneficios de forma distinta.

Al igual que el ajo, se recomienda consumirla en crudo, pero también podemos preparar el conocido como VINO DE CEBOLLA: mezclamos 500 gramos de cebolla rallada con 180 gramos de miel y un litro de vino blanco seco y se deja macerar de 6 a 7 días. Una vez pasado este tiempo se filtra y se toman de dos a cuatro cucharadas soperas al día.

Otra preparación para combatir el estreñimiento es cocer dos cebollas medianas cortadas a rodajas en medio litro de agua con 100 gramos de miel; se filtra y se toma una taza por la mañana y otra por la noche.

Tanto el ajo como la cebolla se recolectan en verano, entre los meses de julio y agosto; sus propiedades empiezan a desaparecer cuando se produce la germinación de los bulbos. Empiezan a perder su propiedades como superalimentos.

Imagen de superalimentos: Ajo
Imagen de superalimentos: Ajo
Imagen de superalimentos: cebolla
Imagen de superalimentos: cebolla

3.-El limón (Citrus limón).

Originario del sudeste asiático, más concretamente en la zona comprendida entre la cordillera del Himalaya y China, llega a Europa en el siglo XIII de la mano de los pueblos árabes; de hecho, la palabra limón procede del término árabe “laymún”. Rápidamente su cultivo se extendió por toda la península ibérica, principalmente en la zona levantina.

Imagen de limones: superalimentos al alcance de todos.
Imagen de limones: superalimentos al alcance de todos.

La composición nutricional del limón por cada 100 gramos es la siguiente:

Energía

28 kcal

Magnesio

6 mg

Vitamina C

53 mg

Hidratos de carbono

3,5 g

Fósforo

17 mg

Vitamina B2

0,02 mg

Proteínas

1,0 g

Hierro

0,1 mg

Vitamina B3

0,1 mg

Grasas

0,1 g

Calcio

25 mg

Vitamina B6

0,08 mg

Fibra

0,1 g

Potasio

125 mg

Vitamina E

0,15 mg

Agua

91 g

Cinc

0,05 mg

Ácido fólico

11 mcg

Tabla de valores nutricionales del limón.

Una forma de ingerir estos superalimnetos, en concreto el limón, es exprimido. El zumo limón contiene entre el 5 y el 10 % de ácido cítrico y otras cantidades de otros ácidos como el málico, el acético y el fórmico. 160 gramos de zumo de limón aportan el total de vitamina C recomendada al día. La vitamina C del limón es un potente antioxidante, mucho más potente que la vitamina C contenida en otras frutas debido a la presencia de otras sustancias fitonutrientes tales como el d-limoneno, un carbohidrato cíclico intermediario en la síntesis de otros terpenos; recientemente se están demostrando las propiedades depurativas hepáticas del limoneno.

El zumo de limón ayuda al mantenimiento de los vasos sanguíneos y a la salud de los huesos, dientes y piel.

El zumo de limón no es necesario tomarlo nada más exprimirlo, pero sí antes de unas pocas horas ya que la vitamina C o ácido ascórbico es muy sensible y lábil a la acción de la temperatura, del oxígeno y a las radiaciones ultravioletas; pasado un tiempo este se degrada ácido deshidroascórbico, el cual sigue teniendo actividad vitamínica, pero una vez que el ácido deshidroascórbico pasa a ácido 2,3-dicetogulónico la actividad vitamínica sí que desaparece.

Una de las mejores formas de tomar el zumo de limón, a parte de diluido en agua, es hacer una infusión de té verde, dejarlo enfriar y añadirle el zumo de medio limón grande o un limón entero si es pequeño; lo podemos tomar dos veces al día y de esta forma estamos tomando dos potentes antioxidantes. Si añadimos el zumo del limón al té caliente perderemos las propiedades de la vitamina C. La época en la que el limón presenta el máximo de propiedades es en los meses de noviembre y diciembre en el hemisferio norte; su composición empieza a mermar a finales del invierno.

Pero debemos de tener en cuenta que estamos tomando un zumo con gran contenido en ácido lo que puede afectar al esmalte de los dientes. Por esto cada vez que tomemos limón deberemos enjuagarnos con agua limpia para subir el pH de nuestra boca.