Orquídeas: reproducción y cuidados.
Vamos a ver como multiplicar nuestras hortensias y como tenerlas libres de plagas y enfermedades. Nuestras orquídeas son nuestras plantas más queridas. Además, necesitan unos cuidados muy específicos.
- La reproducción de las orquídeas de crecimiento simpodial
- La reproducción de las orquídeas de crecimiento monopodial
- Las plagas de las orquídeas
- Las enfermedades de las orquídeas.
La reproducción de las orquídeas de crecimiento simpodial
Como vimos en un artículo anterior, las orquídeas de crecimiento simpodial son aquellas que desarrollan pseudo bulbos a partir de un tallo rizomatoso. Pues bien, cuando la orquídea a desarrollado de 6 a8 pseudobulblos estamos en disposición de separar la planta cortando el rizoma con unas tijeras previamente desinfectado y aplicando pasta cicatrizante en los cortes; situaremos las nuevas plantas en sus nuevas macetas con sustrato nuevo y en un lugar con poca luz. La operación se puede realizar al principio de la primavera o inicio del otoño que es cuando más reservas tienen las plantas.


Una vez separadas las plantas procederemos como en un trasplante.
La reproducción de las orquídeas de crecimiento monopodial
Son aquellas orquídeas que presentan un solo tallo principal que crece erecto desde el centro de la planta. Nos aseguraremos que las varas estén en perfecto estado sanitario y procedemos a cortar cada vara en tres trozos. Con un cuchillo afilado retiraremos la cobertura de la yema e introducimos las varas en una mezcla de corteza de pino y musgo sphagnum, humedecemos con un pulverizador y tapamos con un plástico trasparente; ubicamos las varas en un lugar con poca luz. Cada dos semanas destapamos y humedecemos el sustrato y si todo va bien antes de 10 semanas tienen que haber echado raíces.



Las plagas
- Las moscas blancas. Son pequeños insectos voladores de color blanco que se ubican en el envés de las hojas y se alimentan chupando la savia elaborada. Su actividad genera melaza sobre las hojas de las plantas sobre las que se desarrolla un hongo de color negro denominado “Fumagina”. Su peligro radica en que debilitan a la planta al extraerle la savia elaborada y en que son vectores trasmisores de virosis. Podemos combatirla con las siguientes materias activas: abamectina + piretrinas, aceite de colza, aceite de naranja, aceite de parafina, acetamiprid, alfa cipermetrin, azadiractin.

- La araña roja. La araña roja prospera en medios con humedad relativa baja. Los síntomas son pequeños puntos de color plateado debido a las picaduras. El tratamiento conlleva dos fumigaciones, la primera con abamectina + hexitiazox y la segunda abamectina + Etoxazol.

- Los pulgones. Al igual que la mosca blanca, los pulgones se alimentan chupando la savia elaborada. Se combate con cipermetrin, Deltametrin, lambda cihalotrin, Esfenvalerato y pirimicarb.
- Las cochinillas. Son muy fáciles de distinguir ya que están recubiertas de una sustancia cérea y blanquecina que les confiere un aspecto algodonoso, de ahí que se las conozca como “Cotonet”. Los peores daños los causa a los botones florales. Si la infestación es poca los despegaremos con un algodón empapado de alcohol de quemar, pero si la infestación es grave las materias activas recomendadas son: Aceite de parafina, Acetamiprid, Spirotetramat y Sulfoxaflor.

- Caracoles y babosas. Los daños son fácilmente reconocibles y para su control se usan cebos a base de metaldehído.

Las enfermedades
Hemos dejado para lo último lo que para todo cultivador de cualquier tipo de plantas es más complicado de combatir y son las enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus. Antes de ver cómo combatir estas enfermedades vamos a dar unos consejos para prevenir su aparición en nuestras plantas:
- Evitar heridas en cualquier órgano de la planta, ya que es la principal puerta de entrada para los patógenos.
- Mantener un programa de fertilización adecuado, evitando tanto las carencias nutricionales que conlleva a plantas débiles, como el exceso de nitrógeno.
- Procurar una ventilación óptima a las plantas separándolas adecuadamente.
- Controlar la humedad relativa.
- Realizar una buena frecuencia de riego, teniendo en cuanta que es mejor quedarse cortos que pasarse.
- Favorecer un buen drenaje de las macetas.
- Evitar cultivar en suelos muy arcillosos.
- Lavar y desinfectar con frecuencia los utensilios de jardinería con hipoclorito de sodio al 1-2%.
- Eliminar los residuos de plantas afectadas.
- Elegir las variedades más tolerantes y resistentes a las enfermedades.
- Desinfectar de manera periódica el agua de riego.
- Desinfectar sustratos y macetas con algunos de estas materias activas: cloropicrina, dicloropropeno, metam-sodio o disulfuro de carbono.
- Usar productos a base de cobre de manera preventiva, como el caldo bordelés y el sulfato de cobre.
- Con las virosis lo único que podemos hacer es prevenir su entrada mediante el control de los insectos vectores (pulgones, moscas blancas y trips).
- Enfermedades causadas por hongos. Debido a la alta humedad relativa que requiere su cultivo, las orquídeas pueden ser atacadas por diversas especies fitopatógenas. Los síntomas son podredumbres, acuosas o secas, de diversas tonalidades que afectan a las varas, tallos, raíces, pseudobulbos y hojas.
- La podredumbre negra (Black rot). Pythium y Phytophthora son los dos principales géneros de oomicetos que causan importantes daños en el cultivo de orquídeas. Una vez las zoosporas penetran el tejido de la planta la infección progresa rápidamente siendo los signos visibles de la infección manchas pequeñas, acuosas y translúcidas que se expanden rápidamente y cambian a color marrón y luego a negro en hojas, pseudobulbos, tallos y raíz; las plantas se debilitan y crecen lentamente a medida que progresan, o bien pueden presentar hojas amarillas e incluso la caída prematura de estas. Si no se trata la planta afectada esta puede infectar a otras en muy poco tiempo. Las plántulas jóvenes de orquídeas son altamente susceptibles a las infecciones causadas por especies de Phytophthora, principalmente P. palmivora y P. cactorum. Los ataques por Pythium son menos frecuentes en orquídeas.
Una vez la planta afectada la aislaremos y eliminaremos las partes afectadas. Para combatir el hongo usaremos fungicidas y los más efectivos son el metalaxil y el etridiazol.

- La podredumbre gris. Es causada por el hongo patógeno Botritis cinerea y es una enfermedad muy extendida. La botritis en las orquídeas solo afecta a las flores y aparecen manchas circulares en los pétalos de color rosáceo al principio girando más tarde a color café; las manchas progresan rápidamente causando la pudrición total de la flor. Humedad alta y temperaturas en torno a 20 ºC favorecen la infección. En el artículo dedicado a los daños que produce este hongo en cannabis tenéis un protocolo de actuación con diversas materias activas.

- La podredumbre blanca. El agente causante de esta fitopatología es el hongo Sclerotinia y se manifiesta en forma de manchas aceitosas en las hojas. Posteriormente la planta empieza a marchitarse y se cubre con una capa blanquecina con pequeños puntos granulosos de color negro. Hay que actuar con rapidez para que la planta no muera y las materias activas recomendadas son propiconazol, iprodiona, clortalonil y metil-tiofanato.
- La mancha foliar. El hongo Phyllosticta es el causante de esta enfermedad que produce unas manchas de color amarillo en las hojas progresando luego a color más oscuro. Si no se trata la planta esta puede llegar a morir. Las materias activas empleadas son Folpet y Difenoconazol.

- Antracnosis. El agente causal es el hongo Colletotrichum, uno de los géneros más comunes de hongos que causan manchas y tizones en las partes aéreas de las plantas. Este género de hongos se da con más frecuencia en las regiones de clima tropical y subtropical, aunque algunas especies pueden proliferar en climas templados. Estos fitopatógenos invaden principalmente los tejidos lesionados o debilitados de las plantas. La sintomatología se presenta como manchas foliares circulares, bien definidas y deprimidas, con el centro de color oscuro y circundada por un halo difuso de coloración café claro. Con el progreso de la enfermedad, las manchas crecen y se juntan para formar áreas necróticas más grandes. Las materias activas recomendadas son pirimetanil y pirimetanil + imazil.

- Micosis vasculares: Fusarium spp. Es una enfermedad muy común en orquídeas e inicialmente penetra por las raíces sanas y posteriormente coloniza el tejido vascular, provocando un marchitamiento generalizado, clorosis foliar y necrosis de la parte aérea de la planta. Este patógeno infecta a las plantas cuando estas son jóvenes y la severidad de la enfermedad depende de la edad del tejido infectado y los niveles de humedad. Las plantas jóvenes mueren rápidamente cuando son infectadas por el hongo mientras que las plantas sobrevivientes continúan siendo afectadas, destruyendo el nuevo crecimiento y no floreciendo cuando alcanzan la madurez. Las materias activas recomendadas para luchar contra el hongo son Metalaxil, Fludioxonila y Fluopiram. Podéis saber más sobre esta enfermedad en el artículo sobre los daños de fusarium en cannabis.

- Enfermedades causadas por bacterias. Los síntomas más comunes de las enfermedades causadas por bacterias en orquídeas son las pudriciones y las manchas foliares blandas o húmedas, ya que por ser suculentas estas plantas, poseer tejidos gruesos y un abundante contenido de agua, constituyen un excelente medio de cultivo para el crecimiento de bacterias. Las principales especies que parasitan a las orquídeas son Pseudomonas aeruginosa y Erwinia carotovora. Pseudomonas es menos frecuente y los síntomas son una mancha necrótica en la base del rizoma o del pseudobulbo que comienza como una coloración crema antes de generalizarse como una pudrición parda o negra. En las hojas e incluso en las flores se aprecian pequeñas manchas o lesiones negras de apariencia húmeda y con halos acuosos. Otra característica es la presencia de aire en el interior de los órganos afectados y destruidos especialmente en los pseudobulbos, debido a la producción de gas por la bacteria. La pudrición bacteriana comienza por las raíces y asciende a la parte aérea.
Erwinia carotovora produce la denominada «pudrición blanda o pudrición suave» y puede afectar a todos los órganos de la planta, diseminándose rápidamente. Se inicia como manchas pardas o negras de apariencia húmeda, las cuales al crecer forman una pudrición de consistencia blanda, evolucionando a una necrosis de los tejidos con un olor desagradable. La bacteria penetra a la planta principalmente per heridas y se disemina

Como hemos visto al principio, mejor para luchar contra las bacterias es la prevención y para ello tenemos las buenas prácticas de cultivo antes descritas y el uso de preventivos como el sulfato de cobre, el hidróxido cúprico, el caldo bordelés, y antibióticos como la oxitetraciclina ya streptomicina.