PLAN DE FERTILIZACIÓN EN APIO.
Cultivo de apio en el Campo de Cartagena.
5.-Requerimientos edafoclimáticos.
6.-La fertirrigación del apio.

1.-Breve reseña histórica.
El apio es originario de zonas mediterráneas y de Oriente Medio. Los egipcios, griegos y romanos cultivaban esta hortaliza como planta aromática y medicinal. En Italia, y a partir de la variedad silvestre, se empezó a cultivar en el siglo XVI. Después, los italianos y franceses, a finales del siglo XVII, lo introdujeron en las islas británicas. En el siglo XIX se comenzó a cultivar en América del Norte.
2.-Propiedades del apio.
El apio es una hortícola de hoja caracterizada por su sabor intenso y su fuerte aroma. El 95% es agua. El apio tiene más importancia por sus propiedades saciantes y diuréticas (posee aceites esenciales como apiol, limoneno, selineno y asparagina que favorecen la actividad de diversos órganos internos como el hígado o los riñones), así como por su contenido en fibra que por otras cuestiones. Es rico en potasio y magnesio, en antioxidantes y en ácido fólico, vitamina B, C y K. Es cardiosaludable, bajo en calorías (16 calorías/100 gramos) y digestivo.
3.-Taxonomía.
Reino: Plantae.
División: Magnoliophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Apiales.
Familia: Apiaceae.
Género: Apium
Especie: Apium graveolens sp.
Entre sus características morfológicas destaca un tallo grueso, hueco y estriado compuesto por pencas que pueden llegar a alcanzar los 60-80 cm de altura en las variedades cultivadas, aunque comercialmente su longitud se aproxima a los 25-30 cm. La forma que le confieren al tallo es cilíndrica y de ellas brotan las hojas. El peso ideal una vez recolectado y dispuesto para su comercialización está comprendido entre los 460 y los 720 gramos, aunque algunos ejemplares pueden alcanzar los 900 gramos.

4.-Variedades de apio.
Las variedades de apio se distinguen en dos grandes grupos:
- Las variedades verdes, que necesitan de blanqueo si se quieren obtener pencas blancas. Son más rústicas y fáciles de cultivar.
- Las variedades amarillas que no necesitan de esa práctica. Su cultivo es más delicado, pero son muy apreciadas en los mercados.


5.-Requerimientos edafoclimáticos.
El apio es una hortícola de hoja que se puede plantar en agosto-septiembre (ciclo de otoño) o en enero-febrero (ciclo de primavera) para cosecharlo en diciembre-enero o en abril-mayo respectivamente. Si plantamos el ciclo de primavera deberemos taparlo con manta térmica al principio ya que no soporta el frío. El ciclo dura entre 120 y 130 días. Es una planta bianual; el primer año desarrolla la roseta de hojas y el segundo florece y forma las semillas. El apio debe estar en semillero hasta que alcance un tamaño de 12-14 cm aproximadamente (3-4 pares de hojas verdaderas); si la planta alcanza un tamaño excesivo la podaremos para evitar descompensación entre la parte aérea y la radicular a la hora del trasplante. Posee una raíz pivotante de la que parten las raíces secundarias; del cuello de la raíz parten los tallos.
El apio es una hortícola de climas templados; una bajada drástica de las temperaturas a 8-10ºC durante varios días pueden inducir a la planta a la floración, proceso que se conoce como vernalización. Durante la primera fase de su vida requiere temperaturas entre 15-18º C, soportando después temperaturas más bajas, pero siempre por encima de 8º C. Requiere de suelos profundos, con buen drenaje y un pH cercano a la neutralidad. No soporta la salinidad
6.- La fertirrigación del apio.
Es un cultivo exigente en agua de buena calidad. Si la conductividad eléctrica del agua de riego es elevada se frena el desarrollo vegetativo, provoca aperturas de la planta y favorece los problemas de «corazón negro», debido a una deficiente asimilación de calcio (aparición de las hojas centrales necrosadas). El marco de plantación habitual es de 20 cm entre plantas y 90 cm entre calles (56.000 planas/ha).

En las plantaciones de otoño, en riego localizado se gastan entre 6.000 y 6.500 m3 de agua por hectárea. En el ciclo de primavera, se gastan entre 4.500 a 5.500 m3/ha. El apio es sensible a la carencia de agua y en cuanto a los nutrientes es exigente en nitrógeno y potasio entre los macros primarios, en magnesio y azufre entre los macros secundarios, y en Boro en cuanto a los micronutrientes.
Os pongo un plan de fertilización de un apio de ciclo de otoño. La diferencia con el ciclo de primavera estaría solo en el consumo hídrico.

Como podéis ver, las dos primeras semanas no se aporta ningún fertilizante para forzar a la planta a que busque los nutrientes que pueda tener la tierra y así estimular la producción de raíces. También dejamos de aportar nutrientes una semana antes de cortarlas para que tenga tiempo a metabolizar los fertilizantes aportados y sea más sana de comer. Cada riego se supone de dos horas, que a 25.000 goteros por hectárea de un caudal de 2 litros/hora nos da un aporte de 50 m3 cada hora de riego. Por supuesto el número de riegos es orientativo y ajustado a una climatología como la del sudeste español. En el caso de lluvias ajustaríamos el número de riegos.
7.-El cultivo del apio en nuestro huerto con
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La gama de productos FERTIHOUSE está adaptada a cualquier tipo de cultivo y el apio no va a ser una excepción.
