La poda en vaso helicoidal, vaso abierto o vaso italiano, es uno de los sistemas de formación de árboles frutales más antiguos. Vamos a ver como se hace.

Poda de formación: vaso helicoidal.

Que es la poda en vaso.

Plantación del árbol.

Primer año.

Segundo año.

Tercer y sucesivos años.

Que es la poda en vaso.

La poda de formación en vaso helicoidal ha sido uno de los sistemas de formación de árboles frutales más usada en plantaciones de baja densidad. Aunque se adapta a todas las especies de pepita, hueso o frutos secos, en la actualidad sólo se aplica en frutales de hueso, frutales de fruto seco y en pequeños huertos familiares. Si usamos portainjertos muy vigorosos el árbol tardará más en entrar en producción y será de mayor tamaño por lo que la tendencia actual es usar patrones de vigor medio o bajo. En resumidas cuentas, el esquema de un “vaso helicoidal” está constituido por tres ramas o brazos principales que nacen del tronco con una inclinación de 45º con relación a la verticalidad del árbol de las cuales nacerán en forma helicoidal otras ramas que llamaremos secundarias y que deberemos de provocar con los cortes adecuados. La fructificación ocurrirá entre las principales y sobre todo en las ramas secundarias.

Plantación del árbol.

Una vez elegido el patrón y en función del vigor procederemos al replanteo del marco de plantación; si el patrón es de vigor alto el marco será de 7×6 (7 entre filas y 6 entre árboles de una misma fila) y si es bajo bastará con un marco de 5×5. Haremos un agujero a medida del cepellón e introduciremos el arbolito dejando la zona del injerto al menos 10 cm por encima del suelo para evitar enfermedades por hongos y para evitar el franqueamiento, es decir, que el árbol emitiera raíces por encima del injerto anulando al patrón. La mejor época para plantar es a finales del invierno o principios de la primavera según en qué latitud nos encontremos.

Primer año.

Una vez plantado despuntaremos la planta para forzar la emisión de brotes laterales; con ello eliminamos la dominancia apical debido a la emisión de auxinas por parte de la yema apical.

Árbol después de la poda del primer año

Si nos gustan los árboles altos podaremos a un metro del suelo y a 50 si nos gustan los árboles bajos; lo habitual es despuntar a una altura de 80-100 cm. Eliminaremos los brotes que estén justo debajo de la zona del despunte para dejar un tocón de 1 cm. Ya en verano (junio o julio) elegiremos los tres o cuatro brotes que hayan surgido en primavera que más nos gusten y todos los demás los despuntaremos dejándoles de 4 a 5 yemas y los arqueamos para que no compitan en vigor con las ramas principales; es muy importante que las ramas que dejemos no partan todas del mismo punto de inserción sino escalonadamente en altura y separadas unas de otras de 10 a 20 cm. Para darles la inclinación adecuada nos ayudaremos de cañas como vemos en la fotografía de abajo en un granado.

 Sistema de poda en vaso a 4 brazos.
Sistema de poda en vaso a 4 brazos.

En el primer invierno de las ramas elegidas en verano se escogen las tres mejor situadas y a ser posible formando un ángulo de 120º entre sí; se despuntan a 50-60 cm del tronco y 120 cm de altura, de manera que la última yema quede mirando hacia el exterior, ya que de esa yema brotará la prolongación. Si hubiese cuatro ramos se elimina por la base el peor de todos ellos; debemos de tener en cuenta que si no dejamos un cuarto ramo de reserva podríamos perder un año de formación del árbol en caso de romperse uno de los 3 brotes. El vigor de las tres ramas principales se puede regular jugando con su inclinación: a mayor inclinación hacia el suelo menor vigor.

vista lateral: Poda vaso helicoidal.
vista superior: Poda vaso helicoidal.
Corte correcto para la poda

Estado del árbol al final del primer invierno. Forma correcta de realizar un corte; por encima de la yema y con el ángulo hacia el lado contrario para evitar acumulación de agua en la yema y problemas de hongos.

Segundo año.

En la segunda primavera de nuestro árbol de los tres brazos surgirán nuevos brotes de las yemas que están por debajo del despunte que hicimos el invierno pasado. En julio elegiremos en cada rama dos brotes nuevos: el de la yema del extremo que será la prolongación de la rama principal y otro brote a una altura de 120 cm del suelo que será el inicio del siguiente piso y con un ángulo de 30º en proyección horizontal. Estos brotes, llamados ramos principales, se elegirán todos en una misma dirección: o todos a la derecha o todos a la izquierda. Los otros brotes se arquean para que no compitan con los que hemos dejado este segundo año. En el segundo invierno despuntamos los ramos terminales a 60-70 cm teniendo en cuenta de dejar la yema terminal mirando hacia afuera y la siguiente hacia el lado contrario al piso anterior; los ramos fructificativos los dejamos tal cual ya que se llenarán de órganos fructificativos.

 Estado del árbol al final del segundo invierno.
Estado del árbol al final del segundo invierno.

Tercer y sucesivos años.

Otra vez en junio o julio elegiremos una yema terminal exterior que hayan nacido en el despunte de los brazos para formar la prolongación de la rama principal y los brotes laterales (uno en cada brazo) para formar el siguiente piso hacia el lado contrario que el año anterior si es posible. En el invierno se vuelven a despuntar los ramos terminales a la misma distancia de siempre (60-70 cm) dejando la yema terminal mirando hacia afuera. Si sale algún chupón se elimina. Las ramas del año anterior se respetan en su totalidad.

Vista lateral. Estado del árbol al final del tercer invierno.
Estado del árbol al final del tercer invierno.
Vista superior: Estado del árbol al final del tercer invierno.
Estado del árbol al final del tercer invierno.

Siguiendo estos pasos al cuarto año tendremos el árbol formado por tres ramas principales y 12 secundarias distribuidas de forma helicoidal.

 Estado del árbol ya formado.
Estado del árbol ya formado.