PRINCIPIOS BÁSICO DEL MANEJO FITOSANITARIO DE NUESTROS CULTIVOS.

PARA TENER ÉXITO EN LA ETERNA LUCHA CONTRA LAS PLAGAS Y ENFERMEDADES DE NUESTROS HUERTOS SE REQUIERE DE UN CIERTO CONOCIMIENTO DE LOS FACTORES QUE INFLUYEN EN EL DESARROLLO DE LAS MISMAS, ASÍ COMO DE LOS MECANISMOS Y HERRAMIENTAS DE LOS QUE DISPONEMOS PARA CONTRARRESTARLAS Y EL IMPACTO QUE PRODUCE SU APLICACIÓN EN EL MEDIO QUE NOS RODEA.

1.-INTENSIDAD DE LA PLAGA.

2.-CÓMO PLANTEAR EL CONTROL DE UNA PLAGA.

3.-LA PREVENCIÓN.

4.-HERRAMIENTAS PARA EL CONTROL DE LAS PLAGAS.

4.1.-Los productos fitosanitarios de síntesis.

4.2.-Control biológico.

4.3.-Control tecnológico.

5.-LA TOMA DE DECISIONES.

1.-INTENSIDAD DE LA PLAGA.

La intensidad con que una plaga que llega a nuestros cultivos depende de varios factores:

  • Nivel inicial del inóculo en nuestra parcela.
  • Presencia o no de insectos auxiliares.
  • Condiciones climatológicas.
  • La susceptibilidad de nuestro cultivo a esa plaga.
  • Grado de sofisticación de nuestras instalaciones.
  • Manejo del cultivo.
  • Tolerancia del consumidor a defectos visuales en el producto.

Los problemas fitosanitarios que se pueden presentar en nuestros huertos son variables y cambiantes en el tiempo; un año podemos tener presión de un tipo de plaga y al siguiente tener otra totalmente distinta debido a la variación climatológica o a como a evolucionado el medio que rodea a nuestra parcela. Así mismo y debido a la presión de las autoridades competentes en materia fitosanitaria, hoy tenemos autorizadas ciertas materias activas para el control de determinada plaga y mañana esa misma materia activa la prohíben y autorizan otra cuyas pautas de uso son totalmente distintas.

2.-CÓMO PLANTEAR EL CONTROL DE UNA PLAGA.

El control de una determinada plaga la podemos plantear de tres formas: a nivel de plaga, a nivel de parcela o a nivel de zona de producción.

  1. Planteamiento a nivel de plaga. Es el más sencillo; se trata de aplicar medidas directas de control una vez detectado el problema. Detectamos, por ejemplo, un ataque de mosca blanca y aplicamos la materia activa adecuada que suele ser un producto de baja compatibilidad con la fauna auxiliar pero más económico; el control de esa plaga en cuestión será inmediato, pero en contraposición, podemos haber actuado sobre algún insecto beneficioso que controlaba otra plaga lo que hará que esta aumente sus poblaciones y nos obligará a volver a actuar contra esta.
  2. Planteamiento a nivel de nuestro huerto. Este planteamiento tiene en cuenta la fauna auxiliar presente e incluso contempla la introducción de estas mediante su adquisición a empresas especializadas. Cuando surge una plaga determinada, en vez de aplicar directamente un producto de baja compatibilidad usaremos productos más específicos y compatibles con la fauna auxiliar. Al ser estos productos más caros una vez que tenemos el cultivo ya avanzado y próximo a su finalización podemos volver a recurrir a productos de baja compatibilidad.
  3. Planteamiento a nivel de zona. El realizar tratamientos con productos menos compatibles al final de nuestro ciclo de cultivo puede que no tenga un efecto negativo en nuestra parcela, pero puede producir un repunte de ciertas plagas que emigran a otras parcelas aledañas. El planteamiento a nivel de zona se basa en el hecho constatado de que “lo que pasa en una parcela, tanto para bien como para mal, influye en las parcelas aledañas”. Si finalizamos nuestro cultivo con una alta incidencia de plagas que encima tienen un alto potencial de dispersión a larga distancia estaremos generando un problema a nuestros vecinos. Lo más solidario es fomentar de principio a fin de nuestro cultivo el mantenimiento de una adecuada población de insectos auxiliares.
Adulto de Chrysoperla carnea
Adulto de Chrysoperla carnea

Adulto de Chrysoperla carnea; su larva es un eficiente depredador de pulgones, ácaros, huevos de lepidópteros, trips y cochinillas.

3.-LA PREVENCIÓN.

Para que una plaga o enfermedad requiera de nuestra actuación esta tiene que alcanzar unos niveles de población en el caso de ácaros e insectos, o de un nivel de infección determinado en el caso de enfermedades fúngicas o virosis, y este nivel depende de cinco factores:

  • El nivel de población o inóculo con el que partimos al inicio del cultivo.
  • La capacidad de dispersión.
  • El número de generaciones completas que puede desarrollar a lo largo del ciclo de cultivo.
  • Su tasa de multiplicación.
  • Las condiciones ambientales.

Cuanto más rápido se multiplique una plaga o enfermedad y mayor sea su virulencia, mayores serán las medidas preventivas a tomar en nuestro huerto. Las medidas preventivas a tener en cuenta a la hora de diseñar nuestro huerto son las siguientes:

  • Gestión de los restos vegetales del cultivo anterior. Los restos de cultivo que producimos están compuestos de tallos, hojas, frutos y restos de plásticos procedentes de los acolchados y/o las cuerdas para entutorar, lo que les confiere unas propiedades específicas:

*Presentan un alto contenido en humedad (llega a ser hasta del 60% en el momento de su retirada).

*Poseen alto contenido en sales.

*Alto contenido en materia orgánica fácilmente biodegradable.

* Baja relación peso/volumen.

Lo primero que haremos será retirar los componentes no biodegradables y depositarlos en el lugar adecuado en función de su composición. Una vez hecho esto podemos o bien aportar los restos a la parcela para que sirvan como aporte de materia orgánica, compostarla nosotros mismo o, si hemos tenido que utilizar muchos químicos, destruirla mediante quema controlada. En este último caso deberemos adaptarnos a la normativa de quema de restos vegetales de la provincia en la que estemos.

  • Preparación del suelo. Las características físicas, químicas y biológicas del suelo tienen una gran influencia en la capacidad de las plantas de resistir el ataque de los patógenos. Un correcto laboreo del suelo que proporcione los porcentajes óptimos de microporos y macroporos favorecen la aireación, el drenaje del suelo y en consecuencia un correcto equilibrio de la macro y micro flora y fauna.
  • Un correcto plan de fertirriego. No me cansaré de decirlo; un plan de abonado equilibrado y balanceado con el agua de riego (cuando hablo de balancear un plan de abonado con el agua de riego me refiero a tener en cuenta los aportes de nutrientes de la propia agua; un agua de cualquier casa del sureste español contiene 2 meq de calcio y 2 de magnesio, además de 0,75 de azufre) en el cual aportemos una correcta relación de nitrógeno/potasio en función del estado fenológico del cultivo y el resto de macroelementos primarios, secundarios y microelementos favorecerá un aumento del vigor de la planta y un engrosamiento de la cutícula y la epidermis de las hojas, así como una correcta lignificación (endurecimiento) del tallo. Así mismo la presencia de sustancias fitoprotectoras se verá incrementada. Está demostrado que un exceso de nitrógeno produce un incremento de ataque de áfidos y ácaros. La teoría de la Trofobiosis establece que una planta vigorosa correctamente nutrida es más difícilmente atacable por plagas y enfermedades y una correcta nutrición debe incluir siempre a los micronutrientes ya que son imprescindibles en el funcionamiento de las enzimas, proteínas encargadas de catalizar las reacciones metabólicas. Este será asunto de otro artículo.

Lo mismo ocurre con la dosis de riego; un exceso o defecto implica un desarreglo en las funciones biológicas de los vegetales, haciéndolos más propensos a los ataques.

  • Incorporación de plantas reservorio de plagas. Debemos de instalar, antes que las plantas objeto de nuestro cultivo, plantas que sirvan de cobijo a las plagas de las cuales se alimentarán nuestros auxiliares; de nada sirve soltar insectos auxiliares si no tenemos su fuente de alimentación. Existen dos tipos de insectos auxiliares: aquellos que son depredadores estrictos y solo se alimentan de otros insectos/ácaros, y aquellos que denominamos depredadores facultativos; los depredadores facultativos son aquellos que son capaces de alimentarse de plantas cuando no encuentran su plaga específica. Para aquellos que son depredadores estrictos existe lo que denominamos “bunkers”, que no son más que macetas o trozos de parcelas donde introducimos la plaga alimento de nuestros insectos auxiliares.
Plantas de cereal.
Plantas de cereal.

PLANTAS DE CEREAL COMO RESERVORIO DE PULGON.

  • Instalación de plantas repelentes de insectos. El instalar setos de plantas repelentes nos ayuda a prevenir el acceso de plagas a nuestra parcela; entre las plantas repelentes tenemos a el ajo, la cebolla, la albahaca, el geranio limón, la menta, el ajenjo y la ortiga, entre otras.
  • Plantas indicadoras de la situación del suelo. Existen plantas que debido a su metabolismo manifiestan antes la carencia o el exceso de un nutriente:
    • La “Lengua de Vaca” (Rumex crispus) nos dará información del exceso de nitrógeno y/o de la falta de cobre.
Planta Lengua de Vaca
Planta Lengua de Vaca
    • El “Diente de León” (Taraxacum officinale) y el “Llantén” (Plantago lanceolata) son plantas que nos delatarán la falta de calcio y magnesio.
Imagen de la planta Diente de León
Imagen de la planta Diente de León
Imagen de la planta Llantén
Imagen de la planta Llantén
  • Colocación de trampas de captura masiva. La colocación de trampas cromáticas o trampas de feromonas nos dará una idea del nivel de plagas inicial al mismo tiempo que nos ayudará a su control.
  • Utilización de planta sana. Ni que decir tiene que deberemos adquirir planta exenta de plagas o enfermedades.

4.-HERRAMIENTAS PARA EL CONTROL DE LAS PLAGAS.

Por mucho que prevengamos, a lo largo del ciclo de cultivo irán apareciendo patologías sobre las que será necesario intervenir. Hoy en día existe una tendencia a diferenciar entre producto “químico” y producto “natural” para diferenciar entre aquellos productos sintetizados en laboratorio y los obtenidos a partir de materia mineral o de materia sintetizada por organismos vivos, atribuyéndole a los primeros toda una serie de connotaciones negativas tales como toxicidad para el consumidor, contaminantes del medio ambiente o incompatibilidad para la fauna beneficiosa. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que las características de cualquier producto vienen determinadas por su estructura molecular, y no por que sean de origen natural o artificial; la mayoría de los productos que encontramos en la naturaleza se pueden sintetizar en laboratorios. Además, en la naturaleza existen multitud de substancias muy tóxicas para el hombre; lo único que debemos de tener en cuenta a la hora de utilizar un producto químico, ya tenga origen natural o sea de síntesis industrial, es que ninguno está exento de riesgos. En la actualidad los productos fitosanitarios son herramientas básicas e imprescindibles a la hora de obtener unas producciones seguras, sostenibles y accesibles a todos los bolsillos. Lo más importante es no abusar de ellos y usarlos correctamente.

4.1.-Los productos fitosanitarios de síntesis.

Llamamos productos fitosanitarios a las materias activas o a los productos resultantes de la combinación de varias materias activas destinados a combatir las plagas y enfermedades; en función de a qué vayan dirigidos se les denomina insecticidas, acaricidas, fungicidas, bactericidas, nematicidas, etc. Estos formulados comerciales, aparte de las materias activas, contienen diversos aditivos y vienen preparados en diversas formulaciones (polvo, gránulos, líquidos, etc.). Para que un producto fitosanitario pueda ser aplicado tiene que estar inscrito en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios donde se recoge para que plaga y cultivo está indicado su uso, así como las condiciones de utilización en cuanto a dosificación, condiciones de seguridad durante su aplicación y plazos de seguridad, entre otros.

Cuando aparece en el mercado un nuevo producto fitosanitario su eficacia potencial contra una plaga o enfermedad disminuye con el tiempo y esto es debido a que su mal uso conlleva la selección de los individuos más resistentes de esa población. Para ello es imprescindible a lo largo del ciclo de cultivo el alternar en las sucesivas aplicaciones contra una misma plaga o enfermedad productos con diferente modo de acción; por muy eficaz que sea un producto siempre habrá un pequeño porcentaje de la población que será resistente por lo que si insistimos en su aplicación estos individuos resistentes darán lugar a una población dominante resistente a esa materia con ese modo de acción. La resistencia es más probable que se presente en productos con una mayor especificidad y en especies con ciclo reproductivo más corto y mayor potencial de reproducción. Como norma general no debemos usar productos con el mismo modo de acción más de dos veces por ciclo de la plaga y las aplicaciones deberemos separarlas entre 5 y 10 semanas según la plaga y las condiciones ambientales; en el caso de los fungicidas es recomendable alternar materias con distinto modo de acción en cada aplicación. Todo esto no es aplicable a materias como los Bacillus, virus entomopatógenos, azadiractinas, aceites, azufres y cobres.

4.2.-Control biológico.

Para el control biológico de las plagas existen dos grupos de organismos: los fitosanitarios biológicos a base de microorganismos, y los artrópodos parasitoides o depredadores. Entre los primeros tenemos formulados a base de hongos, bacterias y virus; entre los segundos están insectos y ácaros.

Una regla general para el uso de auxiliares es que, como estos tienen un plazo de instalación, deberemos partir con el cultivo limpio de plagas mediante la aplicación de fitosanitarios químicos dejando el plazo de seguridad pertinente para l introducción de los auxiliares. Podemos fomentar las poblaciones de auxiliares autóctonos o proceder a la compra de estos a empresas especializadas; en este último caso deberemos liberarlos lo antes posible preferentemente a primera hora de la mañana o última de la tarde. Una vez introducidos no realizaremos ninguna aplicación ni con productos compatibles con los auxiliares hasta su completa adaptación.

4.3.-Control tecnológico.

Con esta terminología nos estamos refiriendo a las trampas cromatográficas y a las trampas cebadas con feromonas sexuales y un insecticida. En el primer caso los individuos son atraídos por el color y se quedan pegados en el adhesivo; el color amarillo es útil con moscas blancas, pulgones y minadores y el color azul con el trips. Esta herramienta de control es útil como método de estimación de las poblaciones y en todo caso, como método preventivo; en caso de fuerte infestación deberemos de concebirlo como un método más del protocolo de lucha.

Imagen de trampas cromatográficas color amarillo
Imagen de trampas cromatográficas color amarillo
Imagen de trampas cromatográficas color azul
Imagen de trampas cromatográficas color azul

TRAMPAS CROMATOGRÁFICAS.

5.-LA TOMA DE DECISIONES.

Después de todo lo expuesto anteriormente uno de los aspectos más importantes a la hora de luchar contra plagas y enfermedades, si no el más importante, es cuando realizar el tratamiento fitosanitario; este vendrá determinado por el nivel de infestación después de realizar un muestreo en la parcela.

Cómo realizar los muestreos en las parcelas:

  • En parcelas pequeñas realizaremos un recorrido por el perímetro mas dos muestreos en la zona central.
  • En parcelas grandes elegiremos varias zonas de muestreo eligiendo las más conflictivas que suelen ser las bandas y zonas pegadas a los caminos y a otros cultivos colindantes, incluyendo también muestreos en la zona central.
  • Los muestreos se realizarán en aquellos órganos más sensibles a la plaga
  • Una vez realizado el muestreo los niveles fitosanitarios establecidos son los siguientes:
    • Nivel 0; no se detecta plaga.
    • Nivel 2; el muestreo da positivo entre un 1-5%. Se considera un nivel muy bajo.
    • Nivel 4; el muestreo da positivo entre un 6-25%. Se considera un nivel bajo, aunque la plaga es fácilmente detectable.
    • Nivel 6; el muestreo da positivo entre un 25-50%. Aquí empieza a ser importante. Es el nivel a partir del cual debemos actuar.
    • Nivel 8; el muestreo da positivo entre un 50-80%. Nivel alto.
    • Nivel 10; este nivel se reserva para infestaciones totales del cultivo.
    • Los niveles 1, 3, 5, 7 y 9 ser reservan para cuando existe dudas entre el inferior y el superior.