Después del paso de la borrasca Filomena muchos árboles, arbustos y plantas han sufrido daños de diversa consideración. No obstante, lo más previsible será que a partir de marzo los árboles y arbustos afectados broten por su armazón y puedan restablecer el equilibrio en uno o varios años, según haya sido la intensidad de los daños. Para favorecer este restablecimiento, os vamos a contar qué daños causa la helada, como afectan las heladas en las plantas y las recomendaciones para afrontar y combatir las heladas.

  1. QUE ES UNA HELADA Y CUALES SON LOS TIPOS DE HELADA.
  2. QUÉ DAÑOS CAUSA LA HELADA.
  3. CÓMO AFECTAN LAS HELADAS A LAS PLANTAS.
  4. DAÑOS POR HELADA EN PLANTAS ANUALES Y BIANUALES. LAS HORTÍCOLAS.
  5. DAÑOS POR HELADAS EN FRUTALES DE HUESO Y PEPITA.
  6. DAÑOS POR HELADAS EN LOS CÍTRICOS.
  7. DAÑOS POR HELADAS EN LOS CÍTRICOS.
  8. MECANISMOS PARA PREVENIR LOS DAÑOS POR HELADAS EN LOS CULTIVOS.
  9. QUÉ HACER CON LAS PLANTAS DESPUES DE UNA HELADA.

1. QUE ES UNA HELADA Y CUALES SON LOS TIPOS DE HELADA.

Las heladas son fenómenos meteorológicos que ocurren cuando la temperatura de la masa de aire más próxima al suelo es igual o inferior a 0ºC. Generalmente la helada se presenta de madrugada o cuando está saliendo el sol. La helada agronómica es aquella en la que la temperatura es igual o inferior a 0ºC, medida en termómetro de mínima, a la intemperie y tomadas a 5 centímetros del suelo. En función de los daños provocados (aspecto) nos encontramos con dos tipos de heladas: la blanca y la negra; la diferencia entre una y otra radica en el contenido de humedad presente en el aire (humedad relativa): la helada blanca se origina cuando la humedad relativa es elevada, por el contrario, cuando esta es escasa se forma la helada negra.

Las heladas pueden producirse por dos causas:

  • Helada por advección; sucede por la irrupción repentina de una masa de aire polar; sus efectos son catastróficos ya que suelen ir acompañadas de aire muy frío y seco con lo cual originan principalmente heladas negras. No son frecuentes.
  • Helada por irradiación; están asociadas a una situación anticiclónica y ocurre por pérdida de calor en noches frías y despejadas; se dan con frecuencia en España y suelen ir acompañadas de escarcha por lo que originan heladas blancas. Su efecto se agudiza en zonas deprimidas topográficamente. Son las más comunes.
  • Helada por evaporación; ocurre cuando un marcado descenso de las temperaturas condensa el vapor de aire del agua sobre la superficie de las plantas. La humedad relativa desciende tanto que una vez pasado el frente frío el aire reclama el agua que perdió y la toma de las superficies vegetales cubiertas de agua. La evaporación de esa agua requiere de un calor latente de vaporización, el cual es extraído de las plantas, enfriándolas. Solo suele afectar a los órganos más sensibles de la planta.

2. QUE DAÑOS CAUSA LA HELADA

Como respuesta a un fotoperiodo de días decrecientes y temperaturas en descenso, los árboles se preparan para la llegada del frío ralentizando su crecimiento y disminuyendo el contenido en agua de los tejidos, que pasan a otros de reserva más protegidos como raíces y tronco. Hojas y brotes pierden turgencia y se vuelven por tanto menos sensibles a la helada. Las heladas pueden presentarse a finales del otoño, en invierno o a primeros de primavera; esta última es la más dañina y perjudicial pues hace daño a la vegetación nueva y a las flores y frutos. La de invierno, salvo valores extremos, no suele causar daño pues las plantas están en reposo invernal. La de otoño no es tan perjudicial como la de primavera, pero puede afectar a la brotación del siguiente año. Los daños caudados por las bajas temperaturas pueden producirse en todas las plantas, pero los mecanismos y tipo de daño causado varían considerablemente. Algunos cultivos frutales, hortícolas y ornamentales de origen tropical experimentan daños fisiológicos cuando están sometidos a temperaturas por debajo de +12,5 °C, bastante por encima de las temperaturas de congelación. Sin embargo, el daño por encima de 0 °C es más por enfriamiento que por helada. Según la especie o variedad de plantas, estas exhiben distintos daños por heladas a la misma temperatura y en el mismo estadio fenológico, y esto dependerá de las condiciones meteorológicas previas al inicio de la helada. La adaptación progresiva a las temperaturas frías antes de una helada nocturna se denomina “endurecimiento”. Durante los periodos fríos, las plantas tienden a endurecerse contra el daño por congelación, perdiendo el endurecimiento después de un período de calentamiento. El endurecimiento está relacionado, probablemente, con el aumento del contenido de solutos en el contenido vacuolar y/o con la disminución de la concentración de bacterias activas en la nucleación del hielo. Las bacterias que son capaces de iniciar la nucleación del hielo se denominan bacterias con fenotipo INA+ y este fenotipo INA+ ha sido encontrado en especies de tres géneros diferentes de bacterias Gram-negativas; Erwinia, Pseudomonas y Xanthomonas. Durante los períodos cálidos, las plantas exhiben crecimiento, el cual reduce la concentración de solutos, y aumenta la concentración de bacterias INA, haciendo las plantas menos resistentes, de ahí que los mayores daños se producen cuando se presenta una helada repentina precedida de buen tiempo. Si la helada es precedida por una bajada paulatina y progresiva de las temperaturas la planta llega a la helada más adaptada a las bajas temperaturas y los daños son menores.

Imagen de una plantación exterior helada
Imagen de una plantación exterior helada

3. CÓMO AFECTAN LAS HELADAS A LAS PLANTAS

Podemos clasificar a las plantas en 4 categorías en función de su mayor o menor sensibilidad a la helada. Estas categorías dan una información general sobre el frío que un órgano de una planta puede aguantar antes de que ocurra el daño por helada:

  1. Muy sensibles. Aquí están la mayoría de las plantas que proceden de climas tropicales debido a que no han desarrollado estrategias para defenderse de las heladas porque no han evolucionado en entornos en los que se den estas, como la platanera, la papaya y el mango.
  2. Sensibles. Incluye a los árboles frutales subtropicales como los cítricos, el kaki, el níspero y la higuera; árboles caducifolios y a las hortícolas.
  3. Resistentes. Almendro, avellano, melocotonero, ciruelo japonés, vid y olivo.
  4. Muy resistentes. Manzano, peral, ciruelo europeo, frambuesa y grosella.

El daño por helada se puede clasificar en daño directo y daño indirecto:

•         El daño directo por helada ocurre cuando se forman cristales de hielo dentro del protoplasma de las células y sucede cuando ocurre una bajada rápida de las temperaturas.

•         El daño indirecto por helada puede ocurrir cuando se forma hielo dentro de las plantas, pero fuera de las células.

Los diferentes órganos de una misma planta presentan diversos grados de resistencia al frío, según sea su naturaleza intrínseca y su posición en la planta. Los cuerpos, a igualdad de temperatura, almacenan calor en proporción a su volumen y capacidad calorífica, y lo pierden proporcionalmente a su superficie y conductibilidad, especialmente la de su capa externa. Las hojas, que tienen una gran superficie y poco volumen, se enfrían más rápidamente que los frutos y acusan antes y más intensamente que los frutos los daños de heladas; las hojas jóvenes son más sensibles que las adultas, lo que tal vez sea debido a su mayor contenido en agua y a la menor cutinización de su epidermis, que las hace mejores conductoras del calor.

Llegados a este punto definamos el concepto de SUPERENFRIAMIENTO: el superenfriamiento, a veces llamado subfusión o sobrefusión, es la propiedad por la que un material permanece líquido a una temperatura inferior a su temperatura de congelación o punto de solidificación. En el caso del agua, todos sabemos que el punto de congelación es de 0ºC. No obstante, el agua pura estanca, sin impurezas de ningún tipo que favorezcan la nucleación, y que se enfríe lentamente, puede permanecer en estado líquido hasta los -42ºC; el fenómeno del superenfriamiento se presenta en substancias puras, sin perturbaciones y que se enfrían lentamente. Mientras que las moléculas no se agrupen para formar un núcleo sólido (llamado»enucleación») la muestra permanece en estado líquido. Una vez que se forma un núcleo sólido, éste se extiende rápidamente por todo el líquido. Las plantas pueden evitar el daño por congelamiento al prevenir la formación de hielo extracelular bajando la temperatura de congelamiento (superenfriamiento). Por debajo de esta temperatura, el congelamiento es intracelular y letal con lo que podemos concluir que lo que realmente daña a las plantas no son las temperaturas frías, sino la formación de hielo y la duración del tiempo de deshielo después de la helada; cuanto más lento sea el proceso de calentamiento después de una noche de congelación menor será el daño por helada a igualdad de fuerza de la helada.

4. DAÑOS POR HELADA EN PLANTAS ANUALES Y BIANUALES. LAS HORTÍCOLAS

Las diferentes especies y variedades de hortícolas, difieren enormemente en su resistencia a las heladas, pero el nivel máximo de resistencia sólo se consigue cuando las condiciones ambientales previas a la helada permiten que tenga lugar el endurecimiento. La variedad es, a menudo, tan importante como la especie a la hora de definir la resistencia a las heladas, especialmente cuando hay tipos de invierno y de primavera. En general, también existe una relación inversa entre la precocidad de una variedad y la resistencia a las heladas.

Los síntomas de daño en cultivos hortícolas varían ampliamente y a veces pueden confundirse con daño biótico. A continuación, os dejo una tabla con los síntomas de las principales especies de hortícolas cultivadas:

TABLA DE SINTOMATOLOGÍA DE LOS DAÑOS POR HELDAS EN HORTÍCOLAS.

CULTIVOSÍNTOMAS
ALCACHOFAHINCHAZÓN DE LA DE LA EPIDERMIS QUE CUANDO SE SEPARA DEJA EL TEJIDO SUBYACENTE DE COLOR MARRÓN.
AJOLOS DIENTES APARECEN DE COLOR GRIS-AMARILLENTO Y CON TEXTURA ACUOSA.
APIOMARCHITEZ DE PECIOLOS Y HOJAS.
BERENJENAAMARRONAMIENTO DEL TEJIDO CON EXUDACIÓN DE AGUA.
BONIATODECOLORACIÓN GRIS-AMARILLENTA Y DECOLORACIÓN MARRÓN DEL ANILLO VASCULAR.
BRÓCULICOLOR MARRÓN DEL CENTRO DE LA INFLORESCENCIA CON OLOR FUERTE.
CEBOLLACOLOR GRIS-AMARILLENTO DEL BULBO CON TEXTURA ACUOSA.
COLHOJAS DE TEXTURA ACUOSA, TRANSLÚCIDAS Y BLANDAS.
COLIFLORCOGOLLOS DE COLOR MARRÓN Y CON FUERTE OLOR
ENDIBIALA EPIDERMIS DE LAS HOJAS EXTERAS SE INCHAN, SE SEPARAN Y SE VUELVEN MARRONES.
ESCAROLALA EPIDERMIS DE LAS HOJAS EXTERAS SE INCHAN, SE SEPARAN Y SE VUELVEN MARRONES.
ESPÁRRAGOEXTREMO APICAL DE COLOR OSCURA Y TEXTURA BLANDA. EL RESTO DEL TALLO CON TEXTURA ACUOSA.
ESPINACAMANCHAS BLANQUECINAS CON SEPARACIÓN DE LA EPIDERMIS.
HABAENNEGRECIMIENTO SECO DE LOS ÁPICES Y LOS BORDES DE LAS HOJAS.
LECHUGALA EPIDERMIS DE LAS HOJAS EXTERAS SE INCHAN, SE SEPARAN Y SE VUELVEN MARRONES.
NABOTEXTURA ACUOSA Y COLOR MARRÓN.
PATATANO ES MUY NOTORIO, PERO SI QUITAMOS LA PIEL APARECEN MANCHAS GRIS-AZULADAS Y EL TUBÉRCULO SE VUELVE BLANDO.
PEPINOFOLLAJE MARCHITO Y DE COLOR MARRÓN OSCURO A NEGRO Y FRUTO EXUDANDO AGUA
PEREJILMARCHITEZ DE PECIOLOS Y HOJAS.
PIMIENTOTEJIDO ARRUGADO EXUDANDO AGUA. PLANTA MARCHITA.
RÁBANOTEXTURA BLANDA Y COLOR TRANSLÚCIDO.
REMOLACHAENNEGRECIMIENTO DEL TEJIDO INTERNO Y EXUDACIÓN DE AGUA.
TOMATEREBLANDECIMIENTO DE FRUTO Y EXUDACIÓN DE GUA.
ZANAHORIAHINCHAZÓN, AGRIETADO Y EXUDACIÓN DE AGUA.
TABLA DE SINTOMATOLOGÍA DE LOS DAÑOS POR HELDAS.

TABLA DE LAS TEMPERATURAS EN LAS QUE LAS HORTÍCOLAS COMIENZAN A SER AFECTADAS POR LA HELADA.

CULTIVOTEMPERATURA CRÍTICA (ºC)
ALCACHOFA-1,2
AJO-2,0
APIO-0,5
BERENJENA-0,8
BONIATO-1,3
BRÓCULI-0,6
CEBOLLA-0,8
COL-0,8
COLIFLOR-0,8
ENDIBIA-0,1
ESCAROLA-0,1
ESPÁRRAGO-0,6
ESPINACA-0,3
HABA-0,6
LECHUGA-0,2
NABO-1,0
PATATA-0,8
PEPINO-0,5
PEREJIL-1,1
PIMIENTO-0,7
RÁBANO-0,7
REMOLACHA-0,4
TOMATE-0,5
ZANAHORIA-1,4
TABLA DE LAS TEMPERATURAS EN LAS QUE LAS HORTÍCOLAS COMIENZAN A SER AFECTADAS POR LA HELADA.

5. DAÑOS POR HELADAS EN FRUTALES DE HUESO Y PEPITA

Los límites geográficos de la distribución natural los árboles frutales están relacionadas con la temperatura mínima a la cual se produce el superenfriamiento del agua, que como hemos visto antes es de -42 °C. Los árboles frutales de hoja caduca presentan este tipo de estrategia para evitar los daños por heladas, evitando en un primer momento la formación de hielo extracelular a través del superenfriamiento y posteriormente tolerando ese congelamiento con el inicio del proceso de deshidratación celular. Los umbrales de temperatura para cada especie, variedad, edad y tipo de tejido son diferentes y a esta temperatura se le denomina TEMPERATURA DE NUCLEACIÓN DEL HIELO (TNH).

Imagen relacionada con la temperatura de nucleación del hielo
Temperatura de nucleación del hielo

La sensibilidad de los frutales a las heladas aumenta desde la aparición de las primeras flores hasta fruto cuajado y esta sensibilidad también es más alta cuando una meteorología cálida ha precedido a una noche helada. Las flores se dañan normalmente por las heladas de primavera y los síntomas son un oscurecimiento de los pétalos. Normalmente el estilo de las flores es más sensible que el ovario al daño por helada. Murcia y las provincias limítrofes al mediterráneo son más propensas a daños por heladas que las plantaciones en el interior debido a lo fluctuante de sus temperaturas; Jumilla y Yecla son más estables.

Tejido de planta dañado por las heladas
Tejido de planta dañado por las heladas
Tejido de planta dañado por las heladas
Tejido de planta dañado por las heladas

Bajo temperaturas invernales extremas, o cuando los árboles fallan en el proceso de endurecimiento, se dañan los tejidos leñosos de las ramas (secado de las puntas) o los troncos se congelan (corazón ennegrecido). En el corazón ennegrecido, las células del xilema se mueren, la madera se oxida, volviéndose oscura y decolorada y los vasos conductores se llenan de oclusiones gomosas. El corazón ennegrecido normalmente no mata los árboles inmediatamente, pero organismos que pudren la madera invaden los árboles dañados reduciendo la productividad y la longevidad. Las yemas durmientes en invierno a menudo se superenfrían a temperaturas muy bajas (-25 °C en yemas de melocotonero en invierno). La muerte invernal de yemas y tejidos de la corteza ocurre normalmente en plantas que han perdido parcialmente el endurecimiento debido a periodos relativamente cálidos. Los frutos de hueso son más susceptibles a la pérdida de las semillas ya que sólo tienen una o dos, mientras que las manzanas y las peras, al tener más semillas, son menos susceptibles.

Definir la temperatura crítica de daño en madera es complejo ya que la temperatura mínima alcanzada no es un indicador directo de la muerte de madera. En general, para el mismo nivel de daño, las temperaturas de los estudios en cámara tienden a ser más bajas que las de los estudios de campo. Por ello, las temperaturas críticas que provocan daño en el campo es probable que sean más.

% DE DAÑOS PRODUCIDOS POR EXPOSICIÓN A 30 MINUTOS DE BAJAS TEMPERATURAS EN DIVERSOS ÁRBOLES FRUTALES.

 
ESPECIEESTADÍO FENOLÓGICO10% de mortandad90% de mortandad 
ALBARICOQUEROYEMA HINCHADA-11.1-17.2 
CÁLIZ ROJO-6.2-13.8 
ÁPICE BLANCO COROLA VISIBLE-4.9-10.3 
PRIMERA FLOR-4.3-10.1 
PLENA FLORACIÓN-2.9-6.4 
CAIDA DE PÉTALOS-2.6-4.7 
FRUTO TIERNO-2.3-3.3
 
CEREZOYEMA CON PUNTA VERDE-3.7-10.3 
BOTONES JUNTOS-3.21-10.3 
BOTONES SEPARADOS-2.7-6.2 
ÁPICE BLANCO COROLA VISIBLE-2.7-4.9 
PRIMERA FLOR-2.8-4.1 
PLENA FLORACIÓN-2.4-3.9 
 CAIDA DE PÉTALOS-2.2-3.6 
 FRUTO TIERNO-2.0-3.2 
   
CIRUELOYEMA CON PUNTA VERDE-11.1-17.2 
BOTONES JUNTOS-8.9-16.7 
BOTONES SEPARADOS-8.1-14.8 
ÁPICE BLANCO COROLA VISIBLE-5.4-11.7 
PRIMERA FLOR-4.0-7.9 
PLENA FLORACIÓN-4.3-8.2 
CAIDA DE PÉTALOS-3.1-6.0 
FRUTO TIERNO-2.6-4.3 
   
MANZANOCOMIENZO HINCHAZÓN YEMA-11.9-17.6 
YEMA HINCHADA-7.5-15.7 
APARICIÓN BOTÓN FLORAL SIN HOJAS DESARROLLADAS-5.6-11.7 
BOTÓN FLORAL CON HOJAS DESARROLLADAS-3.9-7.9 
APARICIÓN PÉTALOS-2.8-5.9 
PÉTALOS COMPLETOS-2.7-4.6 
PRIMERA FLOR-2.3-3.9 
PLENA FLORACIÓN-2.9-4.7 
CAIDA DE PÉTALOS-1.9-3.0 
   
MELOCOTONEROYEMA HINCHADA-7.4-17.9 
CÁLIZ VERDE-6.1-15.7 
CÁLIZ ROJO-4.8-14.2 
ÁPICE ROSA COROLA VISIBLE-4.1-9.2 
PRIMERA FLOR-3.3-5.9 
PLENA FLORACIÓN-2.7-4.9 
CAIDA DE PÉTALOS-2.5-3.9 
   
PERALHINCHAZÓN DE YEMAS-8.6-17.7 
YEMAS FLORALES EXPUESTAS-7.3-15.4 
BOTONES FLORALES JUNTOS-5.1-12.6 
BOTONES FLORALES SEPARADOS-4.3-9.4 
APARICIÓN COMPLETA PÉTALOS-3.1-6.4 
PRIMERA FLOR-3.2-6.9 
PLENA FLORACIÓN-2.7-4.9 
CAIDA DE PETALOS-2.7-4.0 
% DE DAÑOS PRODUCIDOS POR EXPOSICIÓN A BAJAS TEMPERATURAS EN DIVERSOS ÁRBOLES FRUTALES.

Varios factores influyen en que los daños por helada sean más o menos severos:

  • El tiempo transcurrido entre la TNH y el fin de la helada.
  • La diferencia de sensibilidad entre las distintas estructuras de un mismo árbol.
  • Temperaturas de los días previos a la helada (proceso de endurecimiento).
  • La capacidad de regeneración del tejido dañado.

Diferentes trabajos sobre congelamiento de tejido leñoso señalan que la concentración de carbohidratos totales se relaciona con la resistencia a las heladas porque regula el ajuste osmótico que previene el congelamiento intracelular. Así mismo en árboles tratados previamente contra

en los cuales disminuyó la concentración de bacterias activas en la nucleación del hielo, se observó un menor daño por heladas que en árboles que no fueron tratados.

Efectos de las heladas en árboles
Efectos de las heladas en árboles
Efecto de las heladas en árboles
Efecto de las heladas en árboles

6. DAÑOS POR HELADAS EN LA VID

Agronómicamente hablando, se considera que está aconteciendo una helada en el viñedo cuando la temperatura del aire medida a un metro y medio del suelo alcanza el punto de congelación del agua (es decir 0 grados) o niveles inferiores. Inclusive, la temperatura al ras del suelo puede ser menor aún. Los diversos cultivos (y las diversas subespecies dentro de un mismo cultivo) son afectados por este fenómeno a diferentes temperaturas.

La helada de otoño o helada temprana, puede ocasionar daños en el fruto si aún no se ha recogido y esto suele pasar en las variedades tardías y en latitudes extremas para este cultivo; si se ha cosechado y en función de la intensidad e la helada se pueden producir daños en las hojas provocando su prematura caída, en las zonas vasculares de los pámpanos con el consiguiente riesgo de ataque de hongos, e incluso se pueden ver afectadas las yemas del próximo año.  Las heladas de invierno son quizás las menos temidas, ya que las yemas que están en estadio de reposo son dañadas en muy pocas ocasiones, ya que pueden resistir temperaturas por debajo de los -10 °C. El gran peligro de este cultivo son las heladas tardías de primavera, que aparecen en el momento en el que la vid ha retomado todas sus funciones vegetativas y se pueden ver afectadas las hojas, los brotes tiernos e incluso los frutos. En el caso de hojas dañadas es normal que se recuperen totalmente, pero el daño de los frutos reduce la producción.

Vid dañada por las heladas

7. DAÑOS POR HELADAS EN LOS CÍTRICOS

Los cítricos, originarios del Sureste asiático, al ampliarse su cultivo a zonas templadas de ambos hemisferios, se ven afectados con cierta frecuencia por heladas que provocan graves daños en las producciones y en las plantas. Los cítricos pueden vivir sin sufrir daños importantes a temperaturas entre 0ºC y 52ºC, pero para ser cultivados comercialmente se requieren temperaturas medias anuales de 13 a 14ºC, con temperaturas medias en verano de 22ºC y en invierno de 10ºC y una integral térmica mínima de 1400ºC.

El frío (en general a partir de -2 ºC) constituye para los cítricos un límite mucho más estricto que las temperaturas elevadas, para las cuales el nivel letal es elevado por lo que los riesgos que los citricultores corren en las plantaciones a causa de las heladas invernales son relativamente importantes en numerosas regiones productoras como España, Italia, Grecia, Turquía, Irán, Florida, California, Japón, Australia etc. Los daños provocados por las heladas son amplios y variados, desde fla caída de hojas a mermas de calidad de parte de la fruta, hasta la pérdida total de esta o incluso de la plantación. Los cítricos se adaptan a las heladas con una combinación de mecanismos de evitación y de mecanismos de tolerancia. La resistencia a las heladas supone una capacidad de los órganos de la planta para sobreenfriarse por debajo de 0ºC sin formación de hielo, pero, en general, las temperaturas por debajo de 0ºC afectan seriamente el desarrollo de la planta y calidad del fruto; el limonero es la especie cuyos árboles son más sensibles al frío, seguida del pomelo y el naranjo dulce. Los mandarinos son los más resistentes. Pero por el contrario los frutos del limonero son los más resistentes al frío, seguidos por las mandarinas y las naranjas dulces ocupando el pomelo el último lugar. También se sabe que la piel tiene una temperatura de congelación más baja que la pulpa del interior. En consecuencia, el daño por helada puede ocurrir en el interior del fruto sin un daño aparente en el exterior.

En general se admite que los límites atribuidos a la resistencia de los cítricos al frío son:

•  -2 ºC es una temperatura que puede ser peligrosa en ciertos estados fenológicos y en árboles jóvenes.

• a -9 ºC el follaje sufre desperfectos.

• a -9 ºC se destruye el armazón del árbol.

• a -11 ºC destruye completamente el árbol.

Cítricos dañados por las heladas

La destrucción total de la planta sucede a: -8 ºC para el limonero, entre-9 y -10 ºC para el naranjo, y -12 ºC para el mandarino. El nivel de resistencia de los cítricos al frío depende a su vez de la época en la que se produce la helada, es decir, del estado fisiológico en que se encuentran los árboles en este momento, del órgano considerado, de la especie e incluso de la variedad y por último de la duración de la helada. En general son más peligrosas las heladas primaverales que las invernales. Los órganos de la planta que primero acusan los síntomas de helada son las hojas y dentro de la hoja, el ápice y los bordes del limbo son las regiones más sensibles. Cuando se produce un período de bajas temperaturas las hojas toman un color oscuro que se extiende a lo largo de todo el limbo o se presenta en forma de manchas; tomando el conjunto del follaje un aspecto lacio, colgante. Si el frío es algo más intenso las hojas se abarquillan, especialmente las jóvenes, lo que confiere al árbol una apariencia de falta de agua; pero más tarde las hojas se recuperan gradualmente, adquiriendo de nuevo su turgencia normal, y tanto éstas como el arbolado vuelven a su aspecto y condiciones ordinarias sin que se haya producido daño alguno. Pero si el frío es más intenso las hojas no se recuperan, la desecación que experimentan es irreversible, permanente, por muerte de sus tejidos; estas hojas muertas pardean y caen. La defoliación puede ser total, o parcial, según sea la intensidad de la helada, siendo las hojas jóvenes, las de las copas de los árboles y las más externas las más gravemente dañadas en casos de defoliación parcial. Es más difícil evaluar las consecuencias de los daños en ramillas, tallos y troncos que en las hojas o en la fruta. Las ramas y troncos presentan un grado de resistencia al frío mayor que los frutos. Los brotes, ramas y tronco presentan un grado de resistencia a la helada proporcional a su edad y grosor. Los brotes jóvenes, que aún conservan el color verde, son los más sensibles al frío, y cuando éste les afecta toman un color más oscuro, total o parcialmente en forma de manchas, su corteza se resquebraja longitudinalmente y, si el daño es más grave, se desecan, pardean y mueren.  Como hemos visto antes, la resistencia al frío de las especies de cítricos va, de más sensible a más resistente de la siguiente forma:

Limonero<Pomelo<Naranjo<Mandarino

Sin embargo, si hablamos de fruto el orden cambia:

Limón<Pomelo<Naranja<Mandarina

La explicación radica en que cuanto mayor es el fruto, menor superficie tienen por unidad de volumen y, consecuentemente, tardan más en enfriarse, además de que el espesor de la corteza también determina la velocidad de enfriamiento, la cual es menos conductora del calor de la pulpa.

Resumiendo, cuando se produce una helada intensa, los daños en los frutos son los siguientes:

1. Difusión del agua en los espacios intercelulares e intervesiculares.

2. La superficie de la pulpa adquiere un color gris pálido y lechoso.

3. Aparecen cristales de hespiridina en la superficie de las membranas de los gajos.

4. Las membranas de los gajos están onduladas. Ello puede ser debido al encogimiento de la pulpa por deshidratación o al hecho de que los tabiques estén gelatinizados.

5. En los frutos más afectados, hay bolsas de goma situadas, casi siempre, en los ángulos agudos de los gajos próximos al eje central.

6. Gelatinización de la pulpa.

7. Aparición de granulaciones amarillentas en la pulpa.

8. Uno o dos gajos están comprimidos (los que se han helado) por los demás que han seguido un crecimiento normal.

9. La piel está resecada y presenta manchas pardas. Estas manchas son causadas por el aceite que escapa de las glándulas heladas. La piel puede conservarse también tierna o presentar unas manchas verdes que no desaparecen con la maduración.

10. Pérdida de peso en los frutos.

10. No se han detectado casi nunca desperfectos en el albedo (el albedo es la parte blanca de la piel de los cítricos, la que amarga).

Cítrico helado

8. MECANISMOS PARA PREVENIR LOS DAÑOS POR HELADAS EN LOS CULTIVOS

Las plantas, por si solas, tienen cierta capacidad, variable de unas especies a otras, de adaptarse al frío, incrementando su resistencia a través de estos mecanismos:

a) Inhibición o disminución de la aparición de cristales.

b) Aumento de la resistencia del protoplasma a la deformación.

c) Aumento de la permeabilidad de la membrana protoplasmática.

d) Aumento de la presión osmótica de los jugos de la planta, que hace descender su punto de congelación.

e) Acumulación de azúcares, que evitan la coagulación de las substancias albuminoideas.

f) Aumento de la cantidad de proteínas.

Las bajas temperaturas y los períodos luminosos cortos, son los factores que determinan la puesta en marcha de estos mecanismos de adaptación y resistencia al frío por parte de las plantas. Pero es la cantidad de agua contenida en los tejidos, al determinar el grado de turgencia de las células, la que tiene mayor importancia en el caso de heladas.

En cuanto a los mecanismos que el hombre puede poner en marcha para proteger a sus plantas de las heladas están los pasivos y los activos.

  • Métodos pasivos de lucha contra las heladas. Son aquellas prácticas culturales encaminadas a atenuar los daños por posibles futuras heladas.
    • La primera es buscar la ubicación geográfica idónea para la especie a plantar. Normalmente, las zonas topográficas bajas tienen temperaturas más frías y por tanto pueden sufrir más daño. Los suelos arenosos y secos transfieren el calor mejor que los suelos arcillosos pesados y secos, y ambos transfieren el calor mejor que los suelos orgánicos (turbas).
    • Facilitar el drenaje del aire frío de la parcela. Deberemos nivelar la parcela y eliminar los obstáculos que impidan que el aire frío que llegue pueda irse con facilidad.
    • Mantener la superficie del terreno limpia de hierba y compactada. Esto hace que el suelo capte más calor durante las horas de sol y pueda emitirlo por la noche. Un suelo mullido contiene mucho aire y este es un mal conductor del calor, al igual que un suelo cubierto de maleza.
    •  Es importante escoger variedades de floración tardía para reducir la probabilidad de daño debido a la congelación, y seleccionar plantas más tolerantes a la congelación. En el caso de hortícolas deberemos planificar muy bien la fecha de plantación.
    • Gestión de la nutrición. Los árboles que no están sanos son más susceptibles al daño por heladas; una correcta y equilibrada fertilización mejora la salud de las plantas. Los árboles que no están adecuadamente fertilizados, también tienden a perder sus hojas antes en otoño y la floración es más temprana en primavera, lo cual aumenta la susceptibilidad al daño por helada. El nitrógeno favorece el crecimiento vegetativo y por lo tanto aumenta las posibilidades de daño. Aumentar la conductividad eléctrica del agua intra e intercelular con cationes (K+, Ca+2 y Mg+2) disminuye el punto de congelación.
    • La poda. En frutales de hoja caduca podemos podar en periodo invernal sin problemas, pero en cítricos una poda a finales del otoño conduce a más actividad fisiológica durante la estación de heladas de invierno por lo que es aconsejable podar a la salida del invierno. En la vid, la poda tardía retrasa la brotación.
    • Gestión del riego. Un suelo seco tiene mayor porcentaje de aire en sus poros y como hemos dicho antes, este es un mal conductor del calor. Lo idóneo es humedecer el suelo a capacidad de campo previamente a la helada.
    • La corteza de los árboles de hoja caduca, algunas veces, se separa cuando existen fluctuaciones grandes en la temperatura entre un día cálido y una noche helada. Pintar los troncos con una pintura blanca de látex diluida al 50% con agua a finales de otoño, cuando la temperatura del aire está por encima de 10 °C, reducirá este problema. La pintura blanca, el aislamiento y otras envolturas se sabe que mejora la dureza contra el daño por las heladas en melocotoneros. Las envolturas aislantes que utilizan fibra de vidrio y de poliuretano con una resistencia más alta a la transferencia del calor proporcionan la mejor protección entre las envolturas comercialmente disponibles. El problema de las envolturas es la aparición de enfermedades fúngicas por lo que deberemos aplicar previamente un fungicida al tronco y no taparemos el punto del injerto en árboles jóvenes.
    • Control bacteriano. Deberemos controlar la presencia de bacterias iniciadoras de la nucleación del hielo mediante la aplicación de productos a base de cobre.
  • Métodos activos de lucha contra las heladas. Son aquellos que pondremos en marcha en el momento en el que se presente la helada. Todos los métodos que vamos a ver y las combinaciones entre ellos, se implementan durante la noche de ocurrencia de heladas para mitigar los efectos de las temperaturas bajo cero. El coste de cada método varía dependiendo de la disponibilidad local y de los precios.
    • Estufas. Las estufas proporcionan calor suplementario para ayudar a reemplazar las pérdidas de energía del cultivo. Pero deberemos optar por un sistema que utilice más estufas y más pequeñas y con fuego moderado; si hiciéramos grandes fuegos, el aire se calentaría muy rápido y escaparía a la atmósfera perdiéndose el calor por encima del cultivo y disminuyendo su eficiencia. El problema es cuando hay viento. La distribución de estufas debería ser relativamente uniforme, con más estufas en los bordes, especialmente a barlovento y en las zonas bajas y frías. Los bordes de la parcela deberían disponer de un mínimo de una estufa por cada dos árboles en la zona exterior del borde y dentro de la primera fila. Una vez se presenta la helada, las primeras estufas a encender deberían ser las situadas en los bordes de la parcela, especialmente en las situadas a barlovento, y a continuación encender una estufa cada cuatro filas de la plantación frutal (o cada dos filas si es necesario).
    • Ventiladores. Los ventiladores mezclan la capa caliente de la parte superior de la inversión térmica con la capa más fría de abajo. Se montan a una altura de 10-12 metros e inclinados 10º hacia abajo. Tienen menos coste de mano de obra que las estufas.
    • Aspersores. Se basa en utilizar el calor que el agua cede al congelarse. Su uso está limitado por la disponibilidad de agua de la zona. El principal sistema consiste en proyectar la aspersión del agua por encima de las plantas. Se usa en hortícolas y en leñosas con árboles con las ramas apuntaladas para que no se rompan con el peso del hielo. Proporcionan una buena protección con heladas no muy fuertes (hasta -6 o -7ºC) siempre que se aplique el caudal suficiente y de forma constante. Mientras haya una mezcla de líquido y hielo sobre las plantas, con agua goteando de los carámbanos, las plantas cubiertas de hielo estarán protegidas. Sin embargo, si se utiliza un caudal inadecuado o si la velocidad de rotación de los aspersores es demasiado lenta, toda el agua puede congelarse y las temperaturas de las plantas cubiertas con hielo pueden descender por debajo de la temperatura de las plantas no protegidas. Es muy importante una buena distribución de los aspersores y colocarlos de 25-40 cm por encima del follaje. Así mismo el momento de la puesta en marcha es fundamental; cuando el descenso térmico es brusco, con caídas del orden de 2º C/hora o aún más pronunciadas, se deberá poner en marcha con 1º C por encima de la temperatura crítica de daño. Sin embargo, Si el descenso térmico es lento, con caídas de temperatura del orden de 1º C /hora o inferiores, se pondrá en marcha cuando se llega a la temperatura de daño indicada para el estado fenológico. Es preciso tener en cuenta dos aspectos que dan seguridad a esta decisión:
      • Que la altura de observación de la temperatura es de la parte más fría del árbol, del sector bajo, donde están las primeras flores.
      • Que el daño al tejido vegetal se comienza a producir después de permanecer al menos media hora a la temperatura de resistencia indicada.

El viento es el principal factor a observar antes de tomar la decisión de iniciar el riego. Es necesario verificar que haya «calma» o que la brisa sea muy suave, es decir, inferior a 1 m/seg (3.6Km/h). La altura de esta observación es la de los aspersores. Son una buena referencia las ramas finas de los árboles o la indicación dada por papel liviano. Se puede finalizar el riego cuando se llega a la misma temperatura que se utilizó para la puesta en marcha.

9. QUÉ HACER CON LAS PLANTAS DESPUES DE UNA HELADA

Después de una helada y si hemos tenido daños, las prácticas más recomendables son las siguientes:

  1. Daños solo en hoja. En este caso sólo se ven afectadas las hojas, pero no las ramas.Cuando sólo se presenten estos síntomas hay que procurar no realizar la poda hasta que el árbol o arbusto se vista, y entonces hacer una poda normal. Las otras prácticas, tales como abonado, riegos y labores, deberán ser las usuales en dosis y épocas, tal y como se tendría previsto, de no haber ocurrido la helada. Aportaremos al inicio una fertirrigación basada en extractos de algas y aminoácidos. Si hay frutos y estos están afectados los eliminaremos.
¿Qué hacer con la planta después de una helada?

2. Daños en las ramas primarias. Nos referimos a las ramas donde se asentarían los brotes del año. Normalmente apreciaremos desecación y muerte descendente en uno o dos palmos de las puntas de los ramos. La poda deberá retrasarse en espera de la reacción del árbol a primeros de la primavera, que nos definirá exactamente las zonas dañadas. En cuanto a los riegos, es aconsejable que sean de poco caudal, a fin de evitar encharcamientos que puedan producir asfixia radicular. Debe tenerse en cuenta la disminución de necesidades en agua y nutrientes de árboles desfoliados hasta su total recuperación.

Planta dañada por helada en ramas secundarias
Planta dañada por helada en ramas secundarias

3. Daños en ramas secundarias. La poda deberá realizarse en dos fases: Una primera para eliminar partes muertas, sin llegar a la parte sana (dejar «tocón») evitando la progresión del reseco. En una segunda fase, a realizar al inicio del verano, con el espécimen ya cubierto de hojas, se procederá a una «poda en verde» con aclareo de brotes y eliminación de los tocones cortando por lo sano. La dosis total de abonado debe reducirse proporcionalmente al daño y por supuesto reducir los riegos.

Planta helada con daños en ramas principales
Planta helada con daños en ramas principales

4. Daños en ramas principales. Retrasar la poda un año. Después de la espera hay que proceder a elegir brotes para   volver a formar el árbol, eliminado los restantes sin causar desequilibrios. Cuando los brotes tengan suficiente envergadura para poder recuperar el tiro normal del árbol, habrá de eliminarse los restos de las ramas heladas por la parte sana, dejando “tirasavias” (ramilla dejada en la proximidad de un corte para asegurar el flujo de savia y favorecer la cicatrización).

Recreación de una tirasavias
Recreación de una tirasavias

Para evitar quemaduras por el sol es conveniente recurrir a la protección de los troncos; entre los muchos métodos a emplear el más aconsejable es pintar con productos comerciales al efecto, pues las protecciones basado en pajas, papel, etc., aunque pueden ser válidos, constituyen un refugio para insectos.

Protección de árboles helados.
Protección de árboles helados.