El tomate (Solanum Lycopersicum) es una planta originaria de las regiones tropicales de América latina cuyo centro de origen se localiza en la región de los Andes (Chile, Ecuador, Colombia y Bolivia) donde existe la mayor variabilidad genética y abundancia de tipos silvestres.
Las investigaciones realizadas señalan a México como el centro más importante de domesticación, proceso iniciado por las culturas indígenas que habitaban la parte central y sur de México antes de la llegada de los españoles.
La clasificación taxonómica es la siguiente:
Reino: | Plantae |
División: | Magnoliophyta |
Clase: | Magnoliópsida |
Orden: | Solanales |
Familia: | Solanaceae |
Subfamilia: | Solanoideae |
Tribu: | Solaneae |
Género: | Solanum |
Especie: | Solanum lycopersicum |
Tomate: Datos Interesantes
El tomate debido a su contenido en vitamina A mejora nuestra visión, ayuda a proteger nuestros ojos de enfermedades degenerativas o ceguera nocturna. Contiene hierro, un mineral muy saludable para el buen estado de la sangre, así como vitamina K que ayuda a controlar la coagulación ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares. Es rico en licopeno, un antioxidante más potente que la vitamina E por lo que es un remedio natural contra el envejecimiento y un gran aliado para el cuidado de nuestra piel, pelo y dientes. Su contenido en fibra ayuda al tránsito intestinal y evita la aparición de enfermedades que tengan que ver con los órganos gastrointestinales. Contiene potasio y bajos niveles de sodio, lo que ayuda a evitar la retención de líquidos y a la eliminación de toxinas.
El tomate es una planta perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual o haciendo dos ciclos en el año. Puede desarrollarse de forma rastrera, semi erecta o erecta, siendo lo normal realizar un tutorado de la planta.

Pertenece junto con el pimiento, el pepino y la berenjena (además de otras muchas plantas) al grupo de las denominadas plantas de crecimiento indeterminado.
El tallo principal tiene de 2 a 4 cm de diámetro en la base y está cubierto por tricomas glandulares y no glandulares que salen de la epidermis; sobre el tallo se van desarrollando hojas, tallos secundarios e inflorescencias. El tallo tiene la propiedad de emitir raíces cuando se pone en contacto con el suelo, característica importante que se aprovecha en las operaciones culturales de aporque, dándole mayor anclaje a la planta.
Las flores son hermafroditas y se agrupan en racimos que se desarrollan en el tallo y al lado opuesto a las hojas. Un racimo puede reunir de 4 a 20 flores dependiendo de la variedad cultivada y las condiciones de desarrollo de la planta; una variedad de fruto pequeño como cherry puede tener hasta 40 flores por inflorescencia. Las flores son amarillas y normalmente pequeñas (uno a dos cm de diámetro). La primera flor se forma en la yema apical y las demás se disponen lateralmente por debajo de la primera y alrededor del eje principal. Se desarrollan cada 2-3 hojas.
Las hojas son compuestas, imparipinadas con siete a nueve foliolos, los cuales generalmente son peciolados, lobulados y con borde dentado, y recubiertos de pelos glandulares; se disponen de forma alternativa sobre el tallo.

El sistema radicular del tomate es superficial y está constituido por la raíz principal (corta y débil), raíces secundarias (numerosas y potentes) y raíces adventicias (de ahí la importancia del aporque).
El fruto es una baya que presenta diferente tamaño, forma, color, consistencia y composición, según el cultivar de que se trate. Está constituido por la epidermis o piel, la pulpa, el tejido placentario y las semillas. Internamente los frutos están divididos en lóculos, que pueden ser bi, tri, tetra o pluriloculares.
El proceso de maduración ocurre de adentro hacia afuera.

El ciclo fenológico del tomate abarca entre 5 y 6 meses y se divide en las siguientes fases:
- Fase de semillero; desde que plantamos nuestra semilla hasta que procedemos a su trasplante (3-4 hojas verdaderas). Tiene una duración de entre 30-35 días.
- De trasplante hasta la formación del primer racimo floral; abarca entre 25 y 35 días.
- Inicio de cosecha; podremos cosechar el primer racimo a los 60 días de la formación del racimo floral.
Estas tres etapas constituyen la fase vegetativa del cultivo de tomate.
- La fase reproductiva o generativa durará otros 60-90 días en los cuales la planta, en función de la variedad, nos dará una media de 8-10 racimos.

En cuanto a los parámetros climáticos a tener en cuenta en el cultivo del tomate, el que más influencia tiene es la temperatura:
- 8-12º C; los procesos de toma de nutrientes y crecimiento alcanzan una intensidad mínima o se detienen; si la temperatura mínima se prolonga por varios días la planta se debilita, y si ocurren temperaturas por debajo de este nivel, la planta sufre una progresiva decadencia o muerte.
- 21-27º C; todos los procesos bioquímicos se desarrollan normalmente; el crecimiento vegetativo, la floración y la fructificación son adecuados.
- 32-36º C; los procesos bioquímicos y de toma de nutrientes están al máximo, son excesivos y agotadores para la planta, se presentan desórdenes fisiológicos y se detiene la floración; cuando estas temperaturas se prolongan ocurre la muerte de la planta.
Para hacer nuestro semillero adoptaremos las mismas medidas que ya vimos anteriormente, salvo que elegiremos una bandeja de celdas grandes (25-35 cm3/celda). Se requieren entre seis y ocho días de promedio para que las semillas de tomate germinen plenamente. Aparte de la calidad de la semilla, la velocidad de germinación está influenciada por la temperatura y la humedad del sustrato, el cual debe estar siempre húmedo, pero no encharcado. La temperatura óptima para la germinación está entre 16 y 28º C; temperaturas menores de 10º C y superiores a 35º C inhiben la germinación; a 15º C se presenta una germinación del 75% y a 35º C germina un 70% de la semilla. Respecto al porcentaje de germinación de las semillas, es importante tener en cuenta su longevidad la cual depende de las condiciones de conservación que se les proporcione.
Una vez la planta con 3-4 hojas verdaderas (10-15 cm de altura) procederemos a su trasplante al recipiente definitivo teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- Previo al trasplante disminuiremos el riego para endurecer las plantas;
- Realizaremos el trasplante a primera hora de la mañana o última de la tarde en época de calor, o a media mañana en invierno.
- Regaremos abundantemente el semillero dos o tres horas antes del trasplante para facilitar el sacar la planta sin dañar las raíces y para que lleguen con suficiente humedad al sitio definitivo.
- Trasplantaremos solo plantas uniformes, sanas, con hojas bien desarrolladas, de color verde y erectas.
- No trasplantaremos plantas con coloración púrpura en las hojas, ya que esto indica una deficiencia de fósforo (deficiencia más usual en semilleros).
- Las plantas listas para el trasplante deben tener un sistema de raíces bien desarrollado que permita contener el sustrato y que éste no se desmorone en el momento en que la plántula es sacada de la bandeja, para que cuando la planta sea trasplantada a campo, el medio de crecimiento se mantenga alrededor de las raíces. Deben tener raíces blancas y delgadas que llenen toda la celda de arriba abajo. Las raíces con un color marrón y que no se extiendan hacia la parte inferior del contenedor son síntomas de que han estado creciendo bajo un estrés de humedad o tienen problemas de pudriciones radicales.

Podemos ubicar nuestras plantas en macetas de 8-10 litros de volumen para lo cual prepararemos una mezcla de 50% turba, 20% humus de lombriz y 30% de perlita. También podemos usar los sacos de fibra de coco, ubicando tres plantas por saco.

Se debe tener en cuenta que el tomate es una planta exigente en agua y nutrientes; requiere una alta disponibilidad de macronutrientes como N, P, K, Ca, Mg, S, y micronutrientes como Fe, Mn, Cu, B, Zn. Aunque la exigencia de N es alta, un exceso de este elemento puede producir un exagerado crecimiento vegetativo con bajo porcentaje de formación de frutos. Desde el momento del trasplante hasta la aparición del primer ramillete de flores, usaremos una solución nutritiva completa con una relación N/K de 2; cuando comience el llenado de fruto, aumentaremos la cantidad de potasio, cambiando nuestra solución nutritiva a una con una relación N/K de 1,2-1,5.
Como ya hemos visto el pH de a solución de fertirrigación será de 5,5-6. El tomate soporta bien conductividades eléctricas altas (2-2,5).
Una fisiopatía importante en el tomate es la pudrición apical o Blosson End Rot

producida por una mala relación entre los cationes potasio, calcio y magnesio lo que conlleva a una pobre absorción del calcio. Para evitar esto la relación K/Ca+Mg debe estar entre 0,5-1.
Un aspecto importante en el tomate, al igual que en la mayoría de hortalizas de crecimiento indeterminado que veremos, es la poda y el tutorado o amarre de las plantas.
Distinguimos 5 tipos de manejo de la poda en función de la finalidad que busquemos:
- A. Poda de formación; con ella definiremos el número de tallos productivos que tendrá nuestra futura planta. Se trata de ir eliminando los chupones que salen en la base del tallo: podemos dejar un solo tallo o irnos a dos o tres tallos. Sin embargo, lo más recomendable es trabajar la planta a un solo tallo para facilitar su tutorado y manejo. Se realiza aproximadamente entre los 25 y 30 días después del trasplante y en ella se eliminan los brotes o chupones que se desarrollan en la base del tallo y que están por debajo del primer racimo floral, los cuales generalmente florecen muy poco; se eliminan, además, las hojas bajeras amarillentas ya senescentes.

B. Poda de chupones; consiste en eliminar, conforme vayan saliendo, todos los brotes que se desarrollan en el punto de inserción entre el tallo principal y los pecíolos de las hojas. Estos se deben eliminar antes de que tengan un tamaño mayor de 2 a 3 cm, para que no absorban los nutrientes que se requieren para la formación y llenado del fruto. Es conveniente dejar un pedazo de tallo al cortar el chupón de alrededor de 1 cm para favorecer la cicatrización y evitar que la herida llegue al tallo principal.

- C. Poda de las hojas; consiste en ir eliminando las hojas más bajas conforme se vayan cosechando los frutos. Se quitan las hojas viejas y con ello se consigue una mayor ventilación de la planta.
En tomate, las hojas se ubican en grupos de tres (hojas A, B, C) seguidas de un racimo floral: la hoja A se localiza inmediatamente por debajo o al frente del racimo floral y es la responsable del 75% del llenado del fruto; la hoja B se ubica en posición intermedia a las hojas A y C y colabora con cerca del 8% del llenado del fruto, y la hoja C aporta el 15%, repartiendo sus fotoasimilados de forma bilateral para los racimos anterior y posterior. Los anteriores porcentajes muestran la importancia de las hojas en el llenado del fruto y su influencia cuando se poda de forma drástica la planta; las hojas A, B y C no deben ser removidas sin un llenado óptimo del racimo. Una defoliación intensa y precoz en la planta retarda y reduce la producción.
Las hojas, además de proveer nutrientes al fruto, en épocas de verano intenso proporcionan sombra a los frutos y previenen el golpe de sol o la presencia de hombros verdes. En invierno, las hojas protegen el fruto del enfriamiento, ya que actúan como una barrera para el escape del calor acumulado en el fruto hacia la atmósfera del invernadero.

- D. Poda de flores y frutos; el objetivo de este tipo de poda es buscar un equilibrio entre el crecimiento vegetativo y el generativo de la planta. Algunas variedades producen un gran número de flores por racimo y los frutos, por competencia, no se desarrollan bien y son de calibre pequeño. Esto se soluciona en cierta media eliminando flores antes de que sean polinizadas. Por otro lado, un exceso de frutos en los primeros ramos puede afectar al posterior crecimiento vegetativo de la planta dando cada vez frutos más pequeños. Con esta práctica buscamos obtener frutos de tamaño más homogéneo durante todo el ciclo de cultivo y a la vez aprovechamos para eliminar los frutos deformes o anómalos.
- E. Poda de la yema apical o despunte; en las plantas de crecimiento indeterminado los frutos van disminuyendo de tamaño de abajo arriba. Esta poda consiste en cortar el ápice dejando dos hojas por encima del último racimo floral. Una vez hayamos definido los racimos que vamos a producir cortamos la yema apical y evitamos que la planta gaste energías en crecimiento vegetativo, favoreciendo un mayor tamaño del fruto en los últimos racimos.
En cuanto al tutorado o amarre, es una manera de mantener nuestra planta erecta. El tutorado consiste en guiar verticalmente las plantas a lo largo de una cuerda la cual le permite a la planta un crecimiento vertical, evitando que las hojas y, sobre todo, los frutos tengan contacto con el suelo. Entre las ventajas de la instalación de un adecuado tutorado están el evitar daños mecánicos a la planta, ya sea por el peso de los frutos o durante las prácticas culturales; obtener frutos de mejor calidad, ya que éstos no tienen contacto con el suelo evitando plagas y enfermedades; mejorar la aireación general de la planta, factor importante para la mayor sanidad del follaje; facilitar el control fitosanitario y la cosecha de los frutos, y favorecer el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores culturales. Todo esto repercute en la producción final y en la calidad del fruto.
Podemos hacerlo de muchas maneras: en invernaderos se crea un sistema de alambres a 2-2,5 m del suelo y de ahí se descuelgan hilos que amarran a la planta y la guían hacia arriba, pero en nuestro caso lo más practico es usar palos los cuales clavaremos en el sustrato. Desde muy antiguo se han usado las cañas que crecen en las ramblas.



De entre las más de 60 variedades de tomate disponibles en el mercado vamos a fijarnos en las siguientes:
- Applause: tomate de tamaño medio, color rojo intenso y sabor suave y dulzón. Resiste bien las bajas temperaturas (ciclo de otoño-invierno).

2. Baladre: está considerado como autóctono de la Comunidad Valenciana, aunque ciertos autores fijan su origen en la provincia de Murcia. Es de tamaño irregular y piel fina y es muy usado para cocinar. Se cultiva en toda la vertiente Mediterránea.

3. Bella rosa: planta de buena producción de tomate redondo y firme, con maduración en rojo, ligeramente acostillado y de buen sabor. No necesita de cosecharlos de golpe porque se puede consumir en rojo (maduro) o pintón (semi maduro). Es resistente a altas temperaturas por lo que es idóneo para ciclo de primavera verano.

4. Carbón: esta variedad comprende plantas vigorosas cuyos frutos se caracterizan por su color tirando a púrpura, su forma achatada, su textura jugosa y un sabor afrutado. Es una variedad precoz. Tiende a rajarse con temperaturas altas luego es ideal para ciclo de primavera y otoño, evitando los calores y los fríos extremos.

5. Cherokee purple: se dice que esta variedad procede de la tribu india Cherokee de Estados Unidos de América. Produce racimos de 5 a 6 frutos redondos, acostillados, carnosos, de color rojo con tintes púrpura y de sabor dulce con un punto ácido. Resistente a la sequía se rajan con la lluvia debido a la piel fina.

6. Cherry: son llamados de este modo por su semejanza en color, tamaño, y sabor con la cereza. Es una variedad que está muy de moda actualmente, siendo perfecta para su uso en fresco, en ensaladas y guarniciones. Cada racimo puede desarrollar alrededor de 12 tomates. Es de textura crujiente y con un punto ácido. Los hay de varias formas y coloraciones.

7. Ciruela negro: plantas altas de buena producción y frutos ovalados de tamaño medio y color oscuro, muy aromáticos y de extraordinaria calidad gastronómica.

8. Colgar en rama: variedad de tomate de tamaño medio, redondo y de un color anaranjado que se torna rojizo al final de la maduración. Son tomates muy regulares tanto en forma como en tamaño. Tienen su origen en la zona mediterránea (Valencia, Cataluña y Baleares donde se le conoce como “ramallet”) y su principal característica es que se cortan de la mata antes de la maduración y aguantan frescos varios meses. Son tomates muy resistentes a la sequía lo que unido al tiempo que aguantan en la despensa lo convierten en una especie de gran interés en un mundo cada vez más seco en el hay que optimizar al máximo el uso del agua. De hecho, existen estudios que relacionan la durabilidad del producto una vez cortado de la mata con un déficit hídrico previo a la cosecha; este déficit puede provocar una disminución en el rendimiento de la planta, pero aumenta las cualidades organolépticas del fruto.

9. Corazón de buey: también se le conoce por “corazón de toro” y debe su nombre a la forma acorazonada de sus frutos, que se caracterizan también por tener un buen tamaño (tiene un peso medio de 300 gramos, aunque algunas variedades alcanzan el medio kilo de peso) y un color rojo bastante llamativo. Es sabroso, de piel fina, acostillado y de pulpa abundante, carnosa y con pocas semillas. Tiene un sabor dulzón lo que le hace que convine muy bien con un poco de aceite de oliva y sal. No es muy conocido ya que es un tomate difícil de manipular y trasportar sin que sufra daños por lo que es consumido cerca de su lugar de producción. Es una variedad de tomate no muy exigente en cuanto a temperaturas, desarrollándose sin problema en un amplio rango.

10. Daniela: tomate de buen tamaño, color rojo y fruto de carne firme y jugosa. Es el tomate más usual en fruterías y grandes superficies tanto por su larga vida post cosecha como por su resistencia a la manipulación y transporte. La planta es fuerte y se adapta a multitud de climas.

- 11. Kumato: tiene su origen en un agricultor el cual en la década de los 70 observó que las plantas que se encontraban en los extremos de los invernaderos, aquellas que sufren un mayor estrés hídrico y una mayor variabilidad de las temperaturas, daban frutos con unas cualidades organolépticas superiores a las del resto; tras un proceso de investigación y cruces de varias especies obtuvieron el Kumato. Su tonalidad varía del verde al marrón oscuro, por eso también se le conoce con el nombre de «tomate negro». Los tomates Kumato son extremadamente dulces y con poca acidez. Podemos adaptarlo a cualquier ciclo, pero debemos evitar el calor y el frío extremo.
Es un tomate de tamaño medio, pero existe otra variedad, el Kumato cocktail, de tamaño más reducido.

- 12. Muchamiel: el tomate de Muchamiel o Mutxamel es una variedad de tomate originaria de esta localidad Alicantina y siempre ha tenido un reconocido prestigio en el mercado por su olor y sabor a verdadero tomate, siendo una variedad muy tradicional conocida y cultivada en la totalidad de España. La planta es vigorosa, fuerte, rústica y muy productiva, óptima para el ciclo de primavera-verano, debido a su alta resistencia a las temperaturas. Es exigente en agua y abonado.
El fruto es de buen tamaño, muy acostillado, de cuello verde, piel fina y pulpa muy carnosa, melosa y dulce.

13. Pera de Girona: tomate en forma de pera, acostillado, de color rosado y buen tamaño, de cuello estrecho (zona de inserción del pedúnculo) y culo ancho. Es de piel fina y por dentro está medio hueco por lo que aparte de para ensaladas es un tomate muy indicado para cocinar relleno; muy aromático y de sabor dulzón. Es adecuado para el ciclo de primavera-verano.

- 14. Raf: el tomate Raf nació en Francia a principios de la década de los 60 como respuesta a la demanda de los agricultores de la época de conseguir una variedad de tomate que fuese resistente al hongo “Fusarium”. Rápidamente se dieron cuenta que este tomate tenía una difícil adaptación al clima francés, hasta que, y casi de casualidad, a finales de los 60 llego hasta Almería, donde las condiciones especiales de suelo, agua y clima de algunas zonas lo convirtieron en el mejor tomate del mundo.
Se cultiva en otras zonas de España, pero en ninguna zona se obtiene la calidad que se obtiene en Almería, sin duda debido a las particulares condiciones de cultivo: terreno pobre, climatología adversa y agua salina.
Es un tomate de raíz delicada por lo que su cultivo es muy técnico. El ciclo abarca de septiembre a mayo y la planta produce la mitad de kg que otras variedades de tomate, de ahí su precio.
Sabe a tomate de verdad, con un equilibrio entre dulzor y acidez a la vez que su textura es crujiente. Por algo se le conoce como el «jabugo» del tomate.
La forma correcta de consumirlo es la siguiente:

Identificar un auténtico tomate Raf es un arte: es asurcado en la superficie, de piel brillante con cuello verde en la parte superior, estrella en su parte inferior que no ha de estar atigrada en los tonos.

15. Valenciano: Variedad que alberga plantas vigorosas y de excelente productividad, ofreciendo frutos redondeados y apuntados en la base y de un sabor extraordinario.

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