Damping off

El damping off, conocido en español como “mal del semillero”, es una de las enfermedades más temidas por horticultores, jardineros y cultivadores en general. Afecta a las plantas en su etapa más vulnerable —la germinación y los primeros días tras la nascencia—, y puede arrasar con bandejas enteras de plántulas en cuestión de horas si no se detecta a tiempo.

En este artículo descubrirás qué lo causa, cómo identificarlo y, sobre todo, cómo prevenir el damping off de forma eficaz y sostenible.

Causas y síntomas del damping off: así detectas el problema a tiempo

El damping off es provocado por hongos del suelo como Pythium, Fusarium, Rhizoctonia o Phytophthora, que atacan la base del tallo de la plántula justo donde emerge del sustrato. Cuando los tejidos de sostén y conducción son destruidos, la planta se dobla y colapsa. A veces, ni siquiera llega a emerger del suelo: el hongo destruye el brote antes de salir.

Síntomas característicos:

  • Tallo fino, débil y acuoso en la base.

  • Caída repentina de la plántula, como si estuviera cortada.

  • Decoloración marrón o grisácea en el cuello.

  • Presencia de micelio blanco en el sustrato.

  • Alta tasa de fallos de germinación en casos severos.

Causas frecuentes del damping off:

  • Sustrato contaminado o no esterilizado.

  • Riego excesivo o agua con esporas de hongos.

  • Humedad constante sin ventilación adecuada.

  • Temperatura baja del sustrato (< 20 °C).

  • Alta densidad de siembra que favorece microclimas húmedos.

Damping off

Cómo prevenir el damping off: claves para un semillero sano

1. Utiliza un sustrato estéril y aireado: mezcla específica para semilleros o mezcla casera pasteurizada (horno 80 °C, 30 minutos). Añadir perlita o vermiculita mejora la aireación.

2. Riega con moderación y de forma controlada: solo cuando el sustrato comience a secarse en superficie. Usa pulverizadores, no encharques.

3. Ventila bien el semillero: aun en propagadores cerrados, abre compuertas y emplea ventiladores pequeños para evitar la condensación.

4. Mantén la temperatura óptima del sustrato: lo ideal es entre 22 y 25 °C. Por debajo de 18 °C, los hongos ganan terreno a las raíces.

5. No siembres demasiado junto: deja espacio entre semillas para impedir zonas de alta humedad donde proliferan los patógenos.

6. Aplica microorganismos beneficiosos preventivos:

    • Trichoderma spp.: combate Pythium, Rhizoctonia, Fusarium.

    • Bacillus spp.: antibiosis y biofilm protector.

    • Gliocladium y Streptomyces: competencia y protección natural.

Tratamientos y manejo integrado si aparece el damping off

Si ya hay síntomas, actúa rápidamente:

  • Elimina las plántulas afectadas y desecha el sustrato.

  • Suspende el riego unos días.

  • Mejora la ventilación del área.

  • Aplica fungicida localizado si es necesario.

Tratamientos biológicos recomendados:

  • Trichoderma harzianum, Bacillus subtilis, Gliocladium virens, Streptomyces spp.

Fungicidas químicos (uso profesional y autorizado):

  • Propamocarb hidrocloruro: sistémico contra Pythium, Phytophthora.

  • Metalaxil-M (mefenoxam): interfiere con la síntesis de ARN fúngico.

  • Tebuconazol, Flutriafol, Difenoconazol: IBEs útiles contra Fusarium, Rhizoctonia.

⚠️ Los productos químicos deben usarse con precaución y solo en cultivos y fases fenológicas permitidas. El uso excesivo genera resistencias y puede causar fitotoxicidad.

Manejo Integrado (IPM) recomendado:

1- Base biológica desde la siembra.

2- Higiene, ventilación, temperatura y humedad controladas.

3- Fungicidas químicos solo como último recurso en casos severos.

Conclusión

El damping off es devastador, pero totalmente prevenible. Un semillero limpio, aireado, con riego moderado y condiciones térmicas adecuadas es tu mejor defensa. En Fertihouse, recomendamos siempre comenzar con un entorno controlado y apoyarse en microorganismos beneficiosos desde el inicio.

Una buena nascencia es el primer paso hacia una cosecha saludable y productiva.

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