Trampas cromáticas para insectos

Fundamentos de las trampas cromáticas en agricultura profesional

Las trampas cromáticas se han consolidado como una herramienta imprescindible en los programas de manejo integrado de plagas (MIP). Su eficacia radica en la capacidad visual de los insectos, que responden a determinadas longitudes de onda y son atraídos hacia colores concretos.

En invernaderos hortícolas, viveros y semilleros, su uso permite detectar plagas en fases tempranas, cuando todavía no han producido daños visibles. Además, facilitan el seguimiento poblacional, lo que ayuda a planificar con precisión las intervenciones químicas o biológicas.

Entre las plagas más comunes que se monitorizan mediante trampas cromáticas se encuentran trips, mosca blanca, pulgones y minadores, todas ellas de gran relevancia económica para la horticultura intensiva.

Colores y plagas objetivo

El color de la trampa es el factor decisivo en su efectividad. Cada plaga presenta mayor atracción hacia un rango específico de longitudes de onda:

  • Amarillo: el más utilizado en agricultura. Atrae de manera muy eficaz a mosca blanca (Bemisia tabaci, Trialeurodes vaporariorum), pulgones y minadores de hojas (Liriomyza spp.). Su carácter polivalente lo convierte en la opción estándar para monitoreo general.

  • Azul: especialmente indicado para trips (Frankliniella occidentalis, Thrips tabaci), ya que proporciona un contraste visual más atractivo para estos insectos y reduce la captura de auxiliares en comparación con el amarillo.

  • Verde y blanco: de uso más limitado, aunque en determinados cultivos pueden mejorar la detección de cicadélidos u otros insectos secundarios.

La elección adecuada del color permite dirigir el monitoreo hacia la plaga de interés y obtener datos fiables para la toma de decisiones.

Colores de trampas cromáticas
Trampas de colores

Instalación y manejo correcto de las trampas

Para maximizar la eficacia de las trampas cromáticas, es fundamental prestar atención a su colocación y mantenimiento:

  • Altura: situarlas a nivel del dosel vegetal y reajustarlas conforme crece el cultivo. En casos de Sciaridae, también se recomienda colocar algunas trampas a ras de suelo o sustrato.

  • Densidad:

    • Para monitoreo preventivo: 1 trampa cada 10–15 m².

    • En presencia de plaga establecida: 1 trampa cada 2–3 m².

  • Distribución: cubrir de manera homogénea el área de cultivo y reforzar zonas críticas como entradas de aire y pasillos de tránsito.

  • Mantenimiento: reemplazar cada 3–4 semanas o antes si la superficie está saturada de insectos, polvo o humedad.

  • Lectura: registrar capturas semanalmente, identificando la especie y cuantificando su evolución. Estos datos son la base para aplicar umbrales de intervención.

Las trampas no eliminan la plaga, pero sí son un sistema de alerta temprana que permite actuar con rapidez y reducir el impacto en la producción.

Ventajas y limitaciones

Ventajas principales:

  • No dejan residuos químicos ni generan resistencias.

  • Bajo coste y fácil instalación.

  • Compatibles con tratamientos fitosanitarios y con la suelta de auxiliares.

  • Permiten detectar la presencia de plagas incluso antes de que sean visibles en el cultivo.

Limitaciones a considerar:

  • No controlan por sí solas una infestación avanzada.

  • Pueden atrapar insectos beneficiosos si se colocan en exceso o en zonas inadecuadas.

  • Su eficacia disminuye en condiciones de polvo o humedad elevada.

Integración en programas de manejo integrado de plagas (MIP)

Las trampas cromáticas funcionan mejor cuando se integran en una estrategia global de manejo:

  • Con enemigos naturales, como Encarsia formosa contra mosca blanca o Amblyseius swirskii para trips y ácaros.

  • Con insecticidas biológicos selectivos, como spinosad o extractos vegetales, aplicados solo cuando los niveles poblacionales superan los umbrales de acción.

  • Con prácticas culturales, como la instalación de mallas antiinsectos, el control de malas hierbas hospedantes o la eliminación de restos vegetales.

  • Con bioestimulantes, que mejoran la tolerancia del cultivo al estrés y reducen la vulnerabilidad frente a ataques.

De esta forma, las trampas cromáticas dejan de ser un recurso accesorio y se convierten en un instrumento técnico de decisión dentro de la agricultura moderna. En Fertihouse apostamos por un enfoque integral, donde herramientas como las trampas cromáticas se combinan con bioestimulantes, auxiliares e insumos respetuosos con el medio ambiente para lograr cultivos más sanos y sostenibles.

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