Las hortensias son una de las plantas más agradecidas del jardín. Sus grandes bolas de flores llenan terrazas y parterres de color, y lo más curioso es que ese color puede cambiar. Con los cuidados adecuados, una hortensia rosa o violeta puede transformarse en una espectacular hortensia azul. Este fenómeno no depende del azar, sino de la acidez del suelo y de la presencia de aluminio disponible para la planta. Entender cómo influye el pH en la coloración es el primer paso para conseguir ese azul intenso tan característico.

El color de las hortensias varía en función del pH del sustrato. En suelos ácidos, con un pH entre 4,5 y 5,5, las flores tienden al azul porque el aluminio se vuelve soluble y la planta puede absorberlo. En cambio, en suelos neutros o básicos (pH entre 6 y 7,5), el aluminio queda bloqueado y las flores se mantienen rosas o fucsias. Las hortensias blancas, por su parte, no cambian de color porque carecen de pigmentos que reaccionen con el aluminio. En resumen, la clave para modificar el color es mantener el sustrato ácido y garantizar que el aluminio esté disponible en la zona radicular.

El momento ideal para iniciar el proceso es el otoño o el invierno, cuando la planta está en reposo y puede prepararse para la brotación de primavera. Si se empieza en esa época, el aluminio tendrá tiempo de incorporarse al sustrato y estará disponible durante la formación de los capullos florales. Si el tratamiento se inicia más tarde, el cambio no se apreciará hasta la floración del año siguiente.

Cómo acidificar el sustrato y aportar aluminio

Para que las hortensias se vuelvan azules, lo primero es acidificar el sustrato. En maceta, conviene utilizar una mezcla de turba rubia, fibra de coco y corteza de pino, materiales naturalmente ácidos que además mejoran la aireación. Si la planta está en suelo, se puede aplicar azufre en polvo o sulfato de hierro, ambos eficaces para reducir el pH. Lo ideal es mantenerlo entre 5,0 y 5,5 y medirlo periódicamente, incluso en el drenaje de las macetas.

En el riego, el agua de lluvia es la más recomendable. Si solo dispones de agua del grifo y es dura, puedes añadir unas gotas de vinagre o ácido cítrico para ablandarla, siempre con precaución para no dañar las raíces. Un exceso de acidez puede alterar la microbiota del suelo o provocar quemaduras, por lo que conviene actuar con moderación.

Además del ácido cítrico, existen alternativas muy efectivas para acidificar. El ácido nítrico es muy usado en fertirrigación y aporta nitrógeno nítrico, que la planta aprovecha bien sin bloquear el aluminio. El ácido sulfúrico también baja el pH con rapidez y añade azufre, un elemento beneficioso para las hortensias. El sulfato de hierro (FeSO₄) es especialmente interesante, ya que además de acidificar corrige la clorosis férrica y es seguro de manejar. La dosis recomendada es de 3 a 5 gramos por litro de agua, aplicada cada 15 días en otoño e invierno y una vez al mes durante la floración. Por último, el azufre elemental, aunque más lento, mantiene la acidez a medio plazo gracias a la oxidación microbiana.

Conviene evitar el ácido fosfórico y los fertilizantes con alto contenido en fósforo, ya que ambos bloquean el aluminio e impiden el cambio de color. En cualquier caso, cuando trabajes con ácidos fuertes (nítrico o sulfúrico), usa guantes y gafas protectoras, ya que son productos corrosivos si se manipulan sin precaución.

Una vez logrado el pH adecuado, llega el momento de aportar aluminio. La forma más sencilla y segura es mediante sulfato de aluminio (Al₂(SO₄)₃). Se disuelve en agua y se aplica en el riego una vez al mes desde el otoño hasta la primavera, con una dosis aproximada de 2 gramos por litro de agua. Es preferible realizar aportes suaves y regulares que un tratamiento concentrado. El aluminio solo se necesita durante la formación de los capullos florales, cuando los pigmentos (antocianinas) reaccionan con él y se produce el color azul. Una vez abiertas las flores, seguir aportándolo no modifica el color de esa floración.

Calendario y cuidados para mantener el color

Puedes seguir una pauta sencilla a lo largo del año:

  • De octubre a marzo: alterna riegos con sulfato de hierro y sulfato de aluminio cada dos semanas.

  • En abril y mayo: realiza las últimas aplicaciones de aluminio, coincidiendo con la formación de los botones florales.

  • De junio a septiembre: mantén el pH con agua blanda o pequeñas dosis de hierro, sin más aportes de aluminio.

Si prefieres una rutina más concreta, puedes hacerlo así:

  • Semana 1: riego normal.

  • Semana 2: riego con sulfato de hierro (3 g/L).

  • Semana 3: riego normal.

  • Semana 4: riego con sulfato de aluminio (2 g/L).

Y repetir el ciclo hasta primavera. Esta alternancia mantiene el pH estable y evita excesos.

Recuerda no aplicar nunca en exceso: es mejor pequeñas dosis frecuentes que un “golpe fuerte”. Evita los abonos ricos en fósforo y opta por fertilizantes específicos para hortensias o plantas acidófilas, como azaleas o camelias. Mantén siempre el sustrato fresco y húmedo, pero sin encharcar, y procura que el contenedor o suelo tenga un buen drenaje.

El cambio de color no ocurre de inmediato. Normalmente se necesitan una o dos temporadas para ver resultados evidentes. Las hortensias moradas tienden a responder antes que las rosas intensas, porque ya presentan una base pigmentaria más próxima al azul. Si mantienes la constancia en los cuidados, la estabilidad del pH y la humedad del sustrato, el resultado será progresivo y duradero.

También es importante detener la aplicación de aluminio cuando la hortensia entra en plena floración. En ese momento, el color ya está definido y continuar aplicando sulfato de aluminio no tiene efecto sobre esas flores. Lo recomendable es retomar el tratamiento al final del verano o comienzo del otoño, cuando la planta inicia de nuevo su ciclo vegetativo.

Conclusión

Con un poco de paciencia y constancia, conseguir hortensias azules es perfectamente posible. Solo necesitas un suelo ácido (pH entre 5 y 5,5), agua blanda y un aporte moderado de aluminio en el momento adecuado. Si sigues estos pasos, tus hortensias mostrarán ese azul profundo que transforma cualquier jardín o terraza en un rincón elegante y lleno de vida.

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