La calidad del agua es un factor clave en la eficacia de los tratamientos fitosanitarios y foliares. Uno de los aspectos más importantes a controlar es el pH del caldo de fumigación, ya que influye directamente en la estabilidad, absorción y rendimiento de los productos aplicados.

A continuación, te explicamos los beneficios de acidificar el agua de pulverización, cuándo evitarlo y cómo hacerlo correctamente utilizando soluciones específicas de Fertihouse.

1. Mayor estabilidad de los productos

Muchos productos fitosanitarios son inestables en aguas alcalinas. Por ejemplo, insecticidas como el dimetoato o herbicidas como el glifosato se degradan rápidamente si el pH del agua es superior a 7, perdiendo eficacia.

🔹 Un pH entre 5 y 6 ayuda a mantener la estabilidad química de la mayoría de los agroquímicos.

En Fertihouse recomendamos el uso de Fertihouse pH-, un corrector ácido diseñado específicamente para ajustar el pH del agua antes de la mezcla con productos fitosanitarios, asegurando así la máxima estabilidad de los tratamientos.

2. Mejor absorción foliar

Los productos aplicados por vía foliar, como fertilizantes o reguladores de crecimiento, se absorben mejor si el pH es ligeramente ácido. La cutícula de las hojas es más permeable en estas condiciones, lo que favorece el paso de las sustancias activas.

Para potenciar la absorción foliar, puedes combinar el ajuste del pH con el uso de Fertihouse +. Este fertilizante líquido contiene aminoácidos y carbono orgánico, elementos que mejoran la penetración y asimilación de nutrientes en las hojas.

3. Menos reacciones indeseadas

El agua con pH elevado puede provocar:

  • Precipitación de productos

  • Obstrucción de boquillas

  • Formación de residuos en los tanques

  • Pérdida de efectividad del tratamiento

La acidificación adecuada evita estos problemas, facilitando una aplicación más limpia y eficiente.

4. Reducción de residuos en los equipos

Mantener el pH del caldo entre 5 y 6 previene la formación de sales insolubles, lo que prolonga la vida útil de los equipos de pulverización y reduce los costes de mantenimiento.

Cuándo NO se debe acidificar el caldo

Aunque acidificar el agua suele ser beneficioso, hay situaciones en las que puede ser contraproducente:

  • Productos a base de cobre (oxicloruro de cobre, caldo bordelés): el pH ácido los vuelve fitotóxicos.

  • Algunos fungicidas o herbicidas requieren pH neutro o ligeramente alcalino (como ciertas sulfonilureas).

  • En aguas con alta dureza, acidificar sin control puede liberar cationes como Ca²⁺ y Mg²⁺, disminuyendo la eficacia de algunos productos.

Consulta siempre las indicaciones del fabricante y, en caso de duda, asesórate con nuestro equipo técnico.

¿Cómo acidificar correctamente?

Añade Fertihouse pH- al agua del tanque antes de incorporar fertilizantes o fitosanitarios.

Mide el pH con tiras indicadoras o un medidor fiable.

Ajusta hasta alcanzar un pH de 5 a 6, salvo que el fabricante indique otro valor específico.

Una vez corregido el pH, puedes añadir tus productos habituales o potenciar el tratamiento con Fertihouse + para mejorar la absorción foliar.

💡 Consejo Fertihouse: Agita bien la mezcla y realiza una prueba de compatibilidad si vas a combinar varios productos.

Conclusión

Acidificar el agua de pulverización es una práctica sencilla y eficaz que mejora la estabilidad, la absorción y el rendimiento de los tratamientos. No obstante, debe hacerse con criterio, midiendo el pH y conociendo las posibles excepciones según el tipo de producto.

En Fertihouse te ofrecemos soluciones como Fertihouse pH- y Fertihouse +, diseñadas para optimizar tus caldos de fumigación y mejorar el aprovechamiento de tus tratamientos foliares. Contacta con nosotros para una recomendación personalizada según tu cultivo, etapa y necesidades nutricionales.