Uno de los vegetales con mayor presencia en dietas saludables es el rábano o rabanito por sus múltiples componentes favorables para nuestro organismo. Y, que podemos añadir, a nuestros huertos urbanos.

Un rabanito
Un rabanito

El origen del rábano se dice que está en China, pero posiblemente sean los países del mediterráneo oriental los primeros en cultivarlo. Los egipcios y los babilonios ya lo consumían hace más de 4000 años; los egipcios utilizaban los rabanitos en su alimentación y eran dieta obligada en los constructores de las pirámides, junto a otros alimentos como el ajo, la cebolla y los pepinos, porque les daba fuerza e impedía que cayeran enfermos. Los romanos y los griegos los empleaban en su dieta como producto preciado y además lo extendieron por toda Europa. Hoy en día donde más se consume este producto es en los países del Lejano Oriente.

Su clasificación taxonómica es la siguiente:

Reino:Plantae
División:Magnoliophyta
Clase:Magnoliópsida
Orden:Brassicale
Familia:Brassicaceae
Subfamilia:Raphanoideae
Tribu:Braseiceae
Género:Raphanus
Especie:Raphanus sativus

Contienen mucha vitamina C y también vitamina B1 (tiamina) y B2 (riboflavina). También minerales: yodo, potasio, hierro, magnesio, zinc, fósforo, sodio, calcio. Solo contienen 20 Kcal por cada 100 gr.

Los rábanos están compuestos en gran porcentaje por agua. Esto quiere decir que, además de ser bajos en calorías, mantienen hidratado el cuerpo y ayudan a eliminar toxinas.

Gracias a los glucosinolatos (compuesto azufrado presente en las brásicas) los rábanos cuidan del hígado y la vesícula biliar; los glucosinolatos elevan la producción de bilis. Además, su consumo regular nos permite desintoxicar la vesícula biliar y aligerar las digestiones.

Si pillamos un catarro o una gripe y tenemos mucosidad y congestión es una buena idea acordarnos de los rábanos, porque ablandan la mucosidad y favorecen la expectoración. Tienen la propiedad de disminuir la congestión de las vías respiratorias. Así que los rábanos están indicados para las personas que sufren de asma, sinusitis o bronquitis.

Al contener bastante potasio protegen nuestra salud cardiovascular, porque el potasio ayuda a regular la tensión arterial.

Rabanito: ricos en fibra

Los rábanos nos hacen sentir saciados y así reducen nuestro apetito.

Podemos tomarlos crudos, en ensaladas o incluirlo a la hora de hacer purés, sopas, guisos… El jugo del rabanito exprimido externamente ayuda a curar las heridas de la piel y favorece la cicatrización en casos de quemaduras y congelaciones.

A pesar de sus múltiples propiedades y beneficios, los rábanos contienen indometilglucosinolato, sustancia que ejerce una acción hipotirodea. Por eso no deben consumirlos en abundancia las personas afectadas de hipotiroidismo.

Los rábanos son plantas herbáceas, anuales, alógamas de autoincompatibilidad variable.

Raíz pivotante, desde periférica hasta napiforme, gruesa y carnosa, de carne blanca.

Tallos erectos y velludos, de hasta 1,5 m de altura. Hojas basales en roseta de 5-30 cm de longitud, lirado, pinnatisectas, con lóbulos desiguales e irregularmente dentados.

Las flores aparecen en racimos axilares y terminales.

Del rabanito se aprovecha el engrosamiento del hipocotilo, que es la parte comestible de la planta.

Planta de rabanitos
Planta de rabanitos

Si bien el rabanito prefiere los climas templados, puede ser cultivado durante todo el año, teniendo en cuenta que hay que proteger a los cultivos durante las épocas de elevadas temperaturas.

El ciclo del cultivo depende de las condiciones climáticas, pudiéndose encontrar cultivos que completaron su ciclo en 20-30 días y otros en 70-90 días.

El desarrollo vegetativo tiene lugar entre los 6ºC y los 30ºC, si bien el óptimo se encuentra entre 18-22ºC. La temperatura óptima de germinación está entre 20-25ºC. temperaturas anormalmente altas o bajas durante un periodo prologando estimularía la emisión prematura del tallo floral.

Tallo de rabanito
Tallo de rabanito

Así mismo un exceso de temperatura aumenta el sabor picante de estos.

La humedad relativa adecuada para el buen desarrollo del rabanito se encuentra entre 60% y 70%. Es imprescindible mantener el cultivo húmedo para evitar el sabor amargo de la raíz o la rajadura.

Se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere los suelos profundos, arcillosos y neutros, con alto contenido de materia orgánica, capaces de retener la humedad. El ph debe oscilar entre 5,5 y 6,8. No tolera la salinidad.

La semilla conservada en buenas condiciones mantiene su viabilidad por 3 a 4 años aproximadamente. Podemos sembrarlos en macetas o en cajas de siembra directamente ya que no necesita semillero. Se debe tener cuidado que, en el momento de la siembra, la semilla no sea introducida más allá de dos centímetros, porque a mayor profundidad existe la posibilidad de que el rabanito salga alargado; separaremos las semillas de 3 a 4 cm. Podemos preparar un sustrato mezclando un 60% de turba, un 20% de humus de lombriz y un 20% de perlita.

 Con tiempo bonancible podemos empezar a cosechar rabanitos a partir de 25 días de la plantación; si nos escalamos la siembra y plantamos cada 10 días tendremos rabanitos frescos siempre.

Caja con tierra para siembra de rabanitos
Caja con tierra para siembra de rabanitos

Debido a que el ciclo del cultivo es corto, necesitaremos de elementos nutritivos fácilmente asimilables desde el inicio (nitrógeno en forma nítrica). Son sensibles a la falta de N, K y P. Una solución completa con una relación N/K de 1,7 será más que suficiente.

El rabanito necesita una buena cantidad de agua; mantendremos nuestro sustrato siempre húmedo, pero sin llegar al encharcamiento. Un síntoma de falta de agua es el rajado del fruto.

Existen distintos tipos de rábanos. Los más conocidos en Occidente son los de piel roja con el interior blanco y el negro. El rábano japonés o daikon es el favorito en la cocina asiática. Y se prestan a formar parte de salsas, guisos o nutritivos batidos.

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